Realmente sólo estamos mejor que cómo la dejó Franco tras la Guerra Civil.
Pero es curioso y demoledor a qué punto sin salida nos ha llevado el sistema capitalista.
Más aún tras la última etapa de capitalismo especulativo financiero a base de crear deuda, tras la cual, el billón doscientos mil millones de deuda ha sido transferido a nuestras élites económicas, las nacionales y también las de fuera.
Podemos afirmar con orgullo y satisfacción que con nuestra deuda martirológica hemos generado una clase económica enormemente rica y numerosa.
Nuestros sucesores bendecirán con su sangre y el sudor de su frente por siempre los fastos de esa época dorada, en que el pueblo fue expoliado y engañado con la zanahoria colgando frente a su nariz.
Revolquémonos congratulados en el lodo estéril de esta amarga verdad por y para la cual nació este el aforo, mientras esperamos el advenimiento del apocalipsis del cual todo resurgirá de nuevo.
Hay que decil.lo:
"Gran espíritu creador de toda vida, un guerrero va hacia ti rápido y directo como una flecha lanzada al sol, dale la bienvenida, y déjale ocupar su lugar en el fuego del consejo de mi pueblo, es Uncas, mi hijo, dile que tenga paciencia, y pídele a la muerte que venga porque todos están ya contigo menos uno, yo, Chingahook"
Podemos estar ante un final épicamente apoteósico