⚡ Se está liando parda en EEUU

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behind the musgo
Esa colina no resplandece



Los oligarcas tomaron la ‘Shining Hill’ mucho antes que las hordas trumpistas

Para mí, lo más preocupante del asalto al Capitolio hace dos semanas ha sido la reacción de mucha buena gente de la izquierda, incluyendo a Alexandria Ocasio-Cortez, aunque al menos ella tiene la excusa de estar en trauma postshock. Me refiero a quienes se han sumado a la CNN y a Joe Biden en sus elogios a la democracia estadounidense y su convicción de que el Capitolio constituye la “tierra sagrada” de la democracia. Aquello de la “ciudad resplandeciente sobre la colina y un faro de libertad para el mundo”.

Es normal que Joe Biden y Kamala Harris se deshagan en elogios por la Shining Hill y el excepcionalismo estadounidense. Nadie debería extrañarse de que un veterano de Washington como Biden anuncie en su discurso de inauguración que “la democracia ha prevalecido” ni que The New York Times destaque la frase en portada con un cuerpo de letra 56 y a cinco columnas.

Lo que no es normal es que nosotros nos lo creamos. Y menos que empecemos a creer que, ante el peligro trumpista, es necesario cerrar filas con Mark Zuckerberg, Jamie Dimon (JP Morgan) y Madeleine Albright, bajo el pretexto de que –por muchos errores que hayan cometido– son todos comprometidos luchadores antifascistas.

Paul Mason ha sido el pionero de esa escuela. Insiste en formar un frente unido contra la ultraderecha en el que puede incluirse hasta la banca internacional. “La izquierda debe decidir cuál es el principal enemigo, las corporaciones neoliberales o los movimientos fascistas”, escribió en el New Statesman. “Yo haré causa común con el consejo de Goldman Sachs contra ellos (los fascistas)”. Mason ha sido un excelente periodista pero, a mi modo de ver, esto es un delirio digno de QAnon.

Para mí, la idea de que todos deberíamos formar una cadena humana antifascista en torno al Capitolio cogidos de la mano de los billonarios de Silicon Valley y Wall Street, en defensa de “una de las democracias mas reverenciadas del mundo” (Alexandria Ocasio-Cortez dixit), es bastante más peligrosa que Donald Trump

Porque la democracia estadounidense no merece ni una pizca de reverencia y el Capitolio no resplandece como un faro en la niebla sino como un casino de Las Vegas. Esto lo sabe todo el mundo en K Street, la calle de los lobistas, a tiro de piedra del Congreso. El término Dolarocracia–acuñado por Bob McChesney– es mucho más gráfico para describir los principios y los valores plasmados en el Capitolio y supuestamente violados por los trumpistas. “Las elecciones democráticas han sido aprehendidas por corporaciones gigantescas, donantes multimillonarios, consultores políticos con ánimo de lucro, medios de comunicación corporativos, think tanks y opinadores a sueldo del poder”, me dijo McChesney, hace un par de años.

La dolarocracia existía mucho antes de Donald Trump, e incluso antes de ‘Citizens United’, la infame decisión del Tribunal Supremo en 2010 de permitir donativos sin límites por parte de grandes corporaciones en las campañas políticas. Eso constituyó un momento fatídico, el punto de no retorno, quizás, pero fue solo la consumación del incesto. Washington siempre ha sido Babilonia. Gore Vidal explica los cimientos podridos del Capitolio en una serie de novelas sobre los fundadores de la democracia estadounidense, notablemente Burr. Poco antes de su muerte, en 2012, Vidal reiteró: “La clase dominante corporativa ha secuestrado la nación (…) nuestro gobierno no es de, ni por, los muchos”, sino “la reserva exclusiva de los pocos”.

Alexander Cockburn y Ken Silverstein escribieron ya en la era de Clinton en su libro Washington Babylon: “Los estadounidenses no se fían del gobierno, de los políticos ni de los medios porque los perciben acertadamente como corruptos (…) ambos partidos políticos han sido comprados con el Big Money de corporaciones y de los estadounidenses más ricos”. Eso fue en 1996. Ahora, tras un cuarto de siglo de concentración de la riqueza en las manos del 5% más rico, se puede decir con seguridad que los oligarcas tomaron la Shining Hill mucho antes que las hordas trumpistas.

Creo que Mike Davis acierta cuando escribe sobre lo ocurrido el pasado 6 de enero: “El ‘sacrilegio’ en nuestro templo de la democracia –¡Oh pobre amada sin consentimiento ciudad sobre la colina!– fue una insurrección solo en el sentido de una comedia negra; fue una pandilla de moteros disfrazados de artistas de circo y bárbaros que tomaron el country club más grande de todos”. Y conviene tener en cuenta que muchos de los que ya se presentan como aliados en la lucha contra la ultraderecha son socios fundadores del mismo country club
 

Spock

Madmaxista
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Esa colina no resplandece



Los oligarcas tomaron la ‘Shining Hill’ mucho antes que las hordas trumpistas

Para mí, lo más preocupante del asalto al Capitolio hace dos semanas ha sido la reacción de mucha buena gente de la izquierda, incluyendo a Alexandria Ocasio-Cortez, aunque al menos ella tiene la excusa de estar en trauma postshock. Me refiero a quienes se han sumado a la CNN y a Joe Biden en sus elogios a la democracia estadounidense y su convicción de que el Capitolio constituye la “tierra sagrada” de la democracia. Aquello de la “ciudad resplandeciente sobre la colina y un faro de libertad para el mundo”.

Es normal que Joe Biden y Kamala Harris se deshagan en elogios por la Shining Hill y el excepcionalismo estadounidense. Nadie debería extrañarse de que un veterano de Washington como Biden anuncie en su discurso de inauguración que “la democracia ha prevalecido” ni que The New York Times destaque la frase en portada con un cuerpo de letra 56 y a cinco columnas.

Lo que no es normal es que nosotros nos lo creamos. Y menos que empecemos a creer que, ante el peligro trumpista, es necesario cerrar filas con Mark Zuckerberg, Jamie Dimon (JP Morgan) y Madeleine Albright, bajo el pretexto de que –por muchos errores que hayan cometido– son todos comprometidos luchadores antifascistas.

Paul Mason ha sido el pionero de esa escuela. Insiste en formar un frente unido contra la ultraderecha en el que puede incluirse hasta la banca internacional. “La izquierda debe decidir cuál es el principal enemigo, las corporaciones neoliberales o los movimientos fascistas”, escribió en el New Statesman. “Yo haré causa común con el consejo de Goldman Sachs contra ellos (los fascistas)”. Mason ha sido un excelente periodista pero, a mi modo de ver, esto es un delirio digno de QAnon.

Para mí, la idea de que todos deberíamos formar una cadena humana antifascista en torno al Capitolio cogidos de la mano de los billonarios de Silicon Valley y Wall Street, en defensa de “una de las democracias mas reverenciadas del mundo” (Alexandria Ocasio-Cortez dixit), es bastante más peligrosa que Donald Trump

Porque la democracia estadounidense no merece ni una pizca de reverencia y el Capitolio no resplandece como un faro en la niebla sino como un casino de Las Vegas. Esto lo sabe todo el mundo en K Street, la calle de los lobistas, a tiro de piedra del Congreso. El término Dolarocracia–acuñado por Bob McChesney– es mucho más gráfico para describir los principios y los valores plasmados en el Capitolio y supuestamente violados por los trumpistas. “Las elecciones democráticas han sido aprehendidas por corporaciones gigantescas, donantes multimillonarios, consultores políticos con ánimo de lucro, medios de comunicación corporativos, think tanks y opinadores a sueldo del poder”, me dijo McChesney, hace un par de años.

La dolarocracia existía mucho antes de Donald Trump, e incluso antes de ‘Citizens United’, la infame decisión del Tribunal Supremo en 2010 de permitir donativos sin límites por parte de grandes corporaciones en las campañas políticas. Eso constituyó un momento fatídico, el punto de no retorno, quizás, pero fue solo la consumación del incesto. Washington siempre ha sido Babilonia. Gore Vidal explica los cimientos podridos del Capitolio en una serie de novelas sobre los fundadores de la democracia estadounidense, notablemente Burr. Poco antes de su muerte, en 2012, Vidal reiteró: “La clase dominante corporativa ha secuestrado la nación (…) nuestro gobierno no es de, ni por, los muchos”, sino “la reserva exclusiva de los pocos”.

Alexander Cockburn y Ken Silverstein escribieron ya en la era de Clinton en su libro Washington Babylon: “Los estadounidenses no se fían del gobierno, de los políticos ni de los medios porque los perciben acertadamente como corruptos (…) ambos partidos políticos han sido comprados con el Big Money de corporaciones y de los estadounidenses más ricos”. Eso fue en 1996. Ahora, tras un cuarto de siglo de concentración de la riqueza en las manos del 5% más rico, se puede decir con seguridad que los oligarcas tomaron la Shining Hill mucho antes que las hordas trumpistas.

Creo que Mike Davis acierta cuando escribe sobre lo ocurrido el pasado 6 de enero: “El ‘sacrilegio’ en nuestro templo de la democracia –¡Oh pobre amada sin consentimiento ciudad sobre la colina!– fue una insurrección solo en el sentido de una comedia negra; fue una pandilla de moteros disfrazados de artistas de circo y bárbaros que tomaron el country club más grande de todos”. Y conviene tener en cuenta que muchos de los que ya se presentan como aliados en la lucha contra la ultraderecha son socios fundadores del mismo country club
Entre un tío que dicen la Fox, la CCN, TVE y Dapena3 que es fascista y uno que ha viajado a un país gobernado por nazis para darles dinero y apoyo militar el iluso del Mason ese elige creer a los que cobran por apoyar al segundo. Es curioso cómo los anglos cambian el sentido de todas las palabras, la democracia dejó de significar lo que llevaba dos milenios y pico significando, los liberales son más meapilas que la culona y los antifascistas le podrían dar lecciones de dictadura al propio Mussolini. También es gracioso ver cómo muchos de los que echan pestes del "socialismo" de Biden abrazan con fervor las tesis defendidas por Moumbaten en los treinta, todos bajo la patita anglosionista creyendo que son independientes.

No cabe un simple más en este planeta, uno puede dar la vuelta al globo y estar ochenta días escuchando las mismas estupideces en cada país que visite.
 

Spock

Madmaxista
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La vida de la 'discriminada' Kamala: lujo, poder, un viejo amante corrupto y un marido millonario a sus pies.
El exalcalde de San Francisco acusado de corrupción asegura que ayudó a la vicepresidenta en su ascenso meteórico laboral y político.

Kamala Harris se jacta de haber llegado a la cima de su carrera política y profesional después de haber sufrido un verdadero calvario como "mujer racializada". La vicepresidenta de EEUU es definida por el mainstream mediático como una pobre víctima de un país que discrimina a los afroamericanos cruelmente. Kamala se alza como la representante mesiánica que todos esperaban: una mujer humilde que apenas pudo abrirse camino en el mundo laboral, debido a su género, color de su piel y a su rara mezcla étnica. Puro marketing.

Lejos del relato mediático, político y propagandístico, la vida real de Kamala Harris nada tiene que ver con esta narrativa, que ella misma alimenta diariamente y que le ha venido de perlas para conseguir el cargo que ostenta. Lo cierto es que Kamala no tiene nada de "pobre", ni de "desfavorecida", más bien es justo lo contrario. Es la parte que Google no quiere mostrar y que el 90% de medios ocultan. Algunos hasta borran artículos de años anteriores, como es el caso del Washington Post, diario del dueño de Amazon, Jeff Bezos. Sus responsables han borrado los fragmentos de la vida de Kamala que no cuadran con el cuento de "la pobre niña negra", según una investigación del noticiero Epoch Times.


Kamala Harris posa junto a su madre (Shyamala Gopalan) y su hermana.
Élite californiana

Para empezar, los padres de la vicepresidenta de EEUU pertenecían a la élite californiana. Su madre, Shyamala Gopalan, procedía de una casta de ricos de la India y no vivió episodios dramáticos por ser mujer e india en Estados Unidos, según cuenta la misma mujer. De hecho, llegó a ser una reconocida biocientífica que estudió las hormonas relacionadas con el cáncer de mama en Estados Unidos. Precisamente, fue en la India donde no pudo estudiar la carrera de ciencias por ser mujer. Sin embargo, sí pudo matricularse en EEUU y su trabajo fue recibido con grandes honores entre los círculos científicos más prestigiosos de América.

Sin embargo, a Kamala Harris no se la oye hablar de la India y culpa a Estados Unidos de ser un país racista donde no se puede prosperar, pese a que la brillante trayectoria de su madre fuera posible gracias a la admisión en las universidades americanas. Pero de esto ella no dice ni pío.


Los Padres de Kamala Harris: Shyamala Gopalan y Donald Harris.
La historia de amor de dos pagapensiones: cómo se conocieron los padres de Kamala Harris.

Su madre conoció en las protestas de la Afro-American Association a su padre, Donald Jasper Harris, un joven oscuro de las élites ricas de Jamaica, que estudiaba en la Universidad de Berkeley en California. Ambos se codearon con los fundadores de los Panteras Negras, partido radical izquierdista con tintes de supremacismo oscuro. Finalmente se casaron en 1963 y tuvieron a Kamala y a su hermana en California. De afroamericana no tiene nada, aunque ella misma y la orquesta de medios de comunicación esbirros del Partido Demócrata se empeñen en decir que sí.

Sobre ello, Ali Alexander, un activista afroamericano de derechas ha cuestionado su "africanidad" en varias ocasiones, alegando que es mitad india y jamaicana. No obstante, Kamala ha decidido autodenominarse como "una mujer negra", más que nada porque es la raza del momento, la que vende más políticamente entre los izquierdistas, según han dicho muchos de sus detractores.

Novio acusado de corrupción.

Kamala, la primera mujer vicepresidenta negra no negra, tampoco ha tenido un pasado hostil lleno de penurias económicas, como describen sus fans socialcomunistas. Resulta que su ídolo pertenece al 1% de la población estadounidense que es rica, de acuerdo a sus declaraciones financieras y documentos fiscales, publicados en la revista Forbes. Y, además, también estudió lo que le dio la gana y en buenas universidades. No hay visos de machismo aquí tampoco.

Como estudiante se graduó en Ciencia Política y Economía en la Universidad Howard, en Washington DC. Posteriormente regresó a California y en 1990 comenzó a trabajar como fiscal del Distrito de Alameda en San Francisco. A sus 29 años, siendo fiscal comenzó a salir con Willie Brown, un popular alcalde demócrata de la ciudad acusado de corrupción y tráfico de influencias. Fueron amantes. Era uno de los hombres más poderosos de California y le sacaba 31 años a Kamala. Él tenía 60 años, cuatro más que el padre de la demócrata, pero a ella parecía darle igual la edad.


Kamala Harris (29 años) y Willie Brown (60 años), alcalde demócrata de San Francisco acusado de corrupción. Fueron novios hasta que ella ascendió.
Willie Brown (politician) - Wikipedia

Su relación duró cinco años y fue decisiva para la carrera de la demócrata, ya que consiguió llegar a fiscal del Estado y obtuvo un impresionante ascenso dentro del Partido Demócrata. ¿Casualidad? Parece que no. Según varias fuentes consultadas, Willie Brown fue acusado por el FBI e investigado por tráfico de influencias. Era habitual que utilizara su posición para sobornar y conseguir cargos para sus socios o allegados. Este pez rellenito del Partido Demócrata llegó a admitir que "un poco de corrupción estaba bien", en una entrevista en el medio KQED.

Brown no solo estuvo con Kamala pues tenía una larga lista de amantes. Después de ser nombrada fiscal del Estado, la demócrata llegó a amenazarlo con perseguir sus delitos. De cara a la opinión pública, ella se benefició del ascenso gracias a que tenía información comprometedora del exalcalde y éste utilizó su influencia para que Kamala consiguiera llegar a fiscal del Estado y pasar a las primeras filas del Partido Demócrata. Ella dijo en su momento que "no le debía nada a él", pero sus argumentos no convencieron a buena parte de la prensa por aquel entonces.

El mismo Willie Brown confesó recientemente en su columna en el diario San Francisco Chronicle que ayudó a Kamala en su ascenso meteórico dentro del Partido Demócrata. "Sí, salimos. Fue hace más de 20 años. Sí, es posible que haya influido en su carrera al nombrarla para dos comisiones estatales cuando era presidente de la Asamblea. Y ciertamente la ayudé con su primera carrera para fiscal del distrito en San Francisco. También he ayudado en las carreras de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, el gobernador Gavin Newsom, la senadora Dianne Feinstein y a una gran cantidad de otros políticos. La diferencia es que Kamala fue la única que, después de que la ayudé, me envió un mensaje de que sería acusado formalmente si "caminaba imprudentemente", escribía el exalcalde de San Francisco en el periódico local.

Marido millonario
Finalmente, Kamala rompió repentinamente con Brown y apenas se conoce otro noviazgo hasta que se topa con el que es su actual marido. La vicepresidenta feminista elevó su estatus económico casándose con Douglas Emhoff. Es la segunda relación que ha trascendido y resulta que Emhoff está forrado. Este adinerado abogado se ha convertido ahora en la segunda dama de EEUU, o como él mismo declaró, "segundo caballero", después de que Kamala fuera nombrada vicepresidenta de EEUU.

El patrimonio de la pareja, que se casó en 2014, ronda los 6 millones de dólares (casi cinco millones de euros). Sus activos incluyen mansiones en Los Ángeles, Washington DC y San Francisco por un valor estimado de 5,8 millones de dólares. También hay cuentas de jubilación por valor de al menos 1,4 millones de dólares. Y dos cuentas de capital vinculadas a bufetes de abogados donde Emhoff ha trabajado. El año pasado ambos ganaron más de 2 millones de dólares, según Forbes.

Kamala Harris y su marido Douglas Emhoff
Cabe recordar que, cuando Kamala era candidata a la vicepresidencia, ella abandonó la batalla por la nominación demócrata en diciembre de 2018 señalando que no era "millonaria" y que no podía "financiar su propia campaña". La exsenadora hizo creer que andaba sin blanca y lamentaba "su duro pasado". Pero de ningún modo fue así.

Cuando se convirtió en fiscal de distrito en San Francisco ya ganaba 140.000 dólares al año (115.082 euros), y su salario aumentó a 260.000 dólares anuales (213.725 euros) en 2011. Con sus libros tampoco le ha ido nada mal. Kamala ha recibido casi medio millón de euros en anticipos. No parece la vida de una mujer discriminada por su color de piel, tal y como quieren hacernos ver el oligopolio mediático pro-Biden y las tecnológicas.

Tampoco hablarán sus aliados sobre noticias controvertidas que salpican a Harris, como, por ejemplo, la información publicada por el medio americano NTD. Tal y como mencionan en el diario estadounidense, el marido de Kamala, con el que lleva siete años de relación, cambió de trabajo cuando ella pasó a ser senadora. Emhoff se hizo socio de DLA Piper, uno de los bufetes de abogados más poderosos internacionalmente. Según apunta NTD, este despacho global de abogados trabaja en estrecha colaboración con el Partido Comunista Chino (PCCh), según refleja el reportaje del diario. Los miembros actuales y anteriores del PCCh también trabajan o se asocian con DLA Piper y esta firma está ligada fuertemente a los comunistas chinos, indica la investigación de NTD.


Sea o no esto cierto, lo que sí se puede deducir es que Kamala no ha elegido irse con un proletario estadounidense. Kamala es élite izquierdista y la élite izquierdista millonaria se casa con la élite izquierdista millonaria. Todo un clásico. El socialismo para los demás.

De todos modos, el esposo de Kamala ya ha dicho que planea dejar su trabajo para dedicarse por entero a ser "segundo caballero". Emhoff desea honrar y dedicarse a la carrera de su mujer las 24 horas si hace falta, "estaré a sus pies todo lo que ella me necesite", ha subrayado en más de una ocasión.

Mansiones, millones de dólares, lujos, poder, amantes, un marido que comparte su fortuna con ella, y ahora la vicepresidencia, después de un cuestionado resultado electoral empañado por las acusaciones de fraude. Desde luego, no parece la historia de una víctima del "machismo y racismo sistémico de Estados Unidos", tal y como Kamala predica en sus intervenciones. Que se prepare Biden.
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Willie Brown (politician) - Wikipedia
Who is Willie Brown and how is he connected to Kamala Harris?.
Lo que sabe California sobre Kamala Harris.

La influencia del fabricante de reyes (y reinas) de San Francisco, Willie Brown


El expresidente de la Asamblea estatal y alcalde de San Francisco, Willie Brown, ha ayudado a acelerar muchas carreras políticas exitosas en California (incluida la del actual gobernador Gavin Newsom). Harris también recibió un impulso de Brown.

En marzo de 1994, el legendario columnista del San Francisco Chronicle, Herb Caen, describió la escena de la fiesta sorpresa del cumpleaños número 60 de Brown. Clint Eastwood estaba allí, escribió Caen, y “derramó champán en la nueva fijación del Orador Brown, Kamala Harris”. En su columna, Caen describió a Harris, entonces fiscal de distrito adjunta del condado de Alameda, como “algo nuevo en la vida amorosa de Willie”. Es una mujer; no una chica”.

La relación terminó después de dos años, pero su conexión con Brown, 30 años mayor que ella, tuvo un efecto enorme en su carrera.

“Me parece justo decir que la mayoría de la gente de San Francisco la conoció a través de Willie”, dijo recientemente a Politico John Burton, quien fue presidente pro tempore del Senado estatal, expresidente del Partido Demócrata de California y un poderoso político de San Francisco por derecho propio.

Brown le dio a Harris un par de puestos en dos juntas reguladoras estatales: la Junta de Apelaciones del Seguro de Desempleo y la Comisión de Asistencia Médica de California. “Si te pidieran que estuvieras en una junta que regulara la atención médica, ¿dirías que no?” Harris dijo a SFWeekly unos años después.

La conexión de Harris con Brown también le ayudó a hacer conexiones en la alta sociedad de San Francisco y la élite política de California. En 1996, un año después de que Brown se convirtiera en alcalde y Harris rompiera la relación, se unió al consejo de administración del Museo de Arte Moderno de San Francisco. (Dato curioso: unos años más tarde, salió con el presentador del programa de entrevistas Montel Williams.)
 

Arturo Bloqueduro

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¿La propuesta del chamán Yelowstone Wolf, diciendo que está dispuesto a testificar contra Gorila Naranja, al sentirse engañado por este, cuando acudió a ocupar el Capitolio, será otro motivo pa que Trumposo la lie parda?
 
Última edición:

Abu-Yunis

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¿La propuesta del chamán Yelowstone Wolf, diciendo que está dispuesto a testificar contra Gorila Naranja, al sentirse engañado por este, cuando acudió a ocupar el Capitolio, será oto motivo pa que Trumposo la lie parda?
El chamán puede presentarse a senador cuando resuelva sus asuntos con la Justicia. A lo mejor si colabora, testificando contra su capo, le reducen sustancialmente la condena.
 

Orgelmeister

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Biden firma órdenes ejecutivas para abordar el cambio climático y subraya que el enfoque de EEUU debe ser "audaz".
Yayo Biden (32 Órdenes Ejecutivas).


El Yayo Biden dice que legislar mediante órdenes ejecutivas convertiría a un Presidente en un Dictador, lo mismo que está haciendo él al llegar al poder. Como dice el Refrán: Por la boca muere el pez.


jorobar que bocachancla, digno de cualquier echenique del montón. Supongo que sus feligreses tampoco se inmutarán, igual que los mugremitas de aquí.
 

Decipher

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Biden firma órdenes ejecutivas para abordar el cambio climático y subraya que el enfoque de EEUU debe ser "audaz".
Yayo Biden (32 Órdenes Ejecutivas).


El Yayo Biden dice que legislar mediante órdenes ejecutivas convertiría a un Presidente en un Dictador, lo mismo que está haciendo él al llegar al poder. Como dice el Refrán: Por la boca muere el pez.


Es que Obama fue el que introdujo eso. Aquie estamos acostumbrados a los decretos ley. Cada vez mas los gobiernos se comportan como dictaduras.
 

Spock

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https://mobile.twitter.com/archbishopgomez
- La «valentía» del arzobispo José Gómez: George Weigel defiende su carta a Biden sobre el aborto.
- El comunicado firmado por el presidente de la USCCB y arzobispo de los Ángeles, Mons. José Gomez, añade: “No podemos quedarnos en silencio cuando casi un millón de vidas por nacer son terminadas anualmente en nuestro país a través del aborto.

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Biden: devoto católico, apostólico y ‘gayfriendly’.
El nuevo presidente, uno de los más religiosos de las últimas décadas, forma parte de una corriente liberal creciente en unos Estados Unidos, donde la fe ocupa un lugar primordial en la política.

“Cuando hay desacuerdo, unión. Cuando hay duda, fe. Cuando hay oscuridad, luz”. El 14 de diciembre, día en que los Estados certificaron los votos de las elecciones presidenciales que le hacían ganador frente a los bulos difundidos por Donald Trump, Joe Biden citó a san Francisco de Asís. Durante la campaña, mientras pedía el voto en cada escenario, había mencionado a otro Francisco, el Papa. En concreto, rescató una encíclica en la que se preguntaba: “¿Por qué hago esto? ¿Cuál es mi verdadero propósitos?”. Esas cuestiones, decía el entonces candidato demócrata, son las que debería plantearse cualquier persona que quiera dirigir el país. También había invocado a Juan Pablo II en un mitin y apelado a los ciudadanos a “no tener miedo”.


Biden lleva siempre consigo un rosario de su hijo fallecido, Beau; es de misa semanal, de rezo frecuente y tiene un discurso muy público sobre su fe, que contempla como andamio para el propósito, un motor político. También tiene sus creencias a gala la presidenta de la Cámara de Representantes, la a su vez demócrata Nancy Pelosi, cuya carta a los miembros de la Cámara para informar de los pasos para el nuevo impeachment a Trump, comenzaba así: “En este domingo, mientras rezamos para que Dios siga bendiciendo a América…”. La fe también puede colarse en una rueda de prensa. Hace unos meses, un periodista le preguntó si “odiaba” a Trump y Pelosi se revolvió: “Como católica, me ofende que use la palabra repruebo en una frase dirigida a mí”. Y dijo que rezaba a diario por el presidente republicano.

La ferviente religiosidad de los líderes demócratas de Estados Unidos llamaría la atención si no fuera porque hasta el rostro más visible y joven de la izquierda estadounidense, la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, ha citado a la Biblia en el Congreso para defender la legislación del cambio climático y ha abordado en los medios su catolicismo, pues es algo que en la primera potencia mundial siempre se pregunta a un político.

Pese a la escrupulosa separación entre iglesia y Estado, la religión ocupa un lugar preeminente en la política de Estados Unidos, un elemento distintivo respecto al resto de democracias occidentales, a un nivel casi exótico para los estándares europeos. Para la mitad de los ciudadanos es importante (32%) o muy importante (20%) que el presidente del país tenga fuertes creencias religiosas, según un sondeo del Centro Pew elaborado en febrero de 2020.

Y Biden, segundo presidente católico de la historia de Estados Unidos (el primero fue John F. Kennedy), es uno de los presidentes más religiosos de las últimas décadas. Al menos, entre los demócratas, no ha habido otro tan devoto desde el baptista Jimmy Carter, que daba clases a niños los domingos en una iglesia.

“Cualquier lugar en el que había monjas, era hogar”, dice Biden sobre su infancia en la autobiografía Promises to keep. “Soy tan católico cultural como católico teológico. Mi idea sobre uno mismo, sobre la religión o la comunidad en el mundo viene directa de mi religión. No tiene tanto que ver sobre la Biblia, los 10 mandamientos, los sacramentos o las oraciones que aprendí. Es la cultura”, explica el mandatario, nacido en 1942 en el seno de una familia de origen irlandés en Scranton, una pequeña ciudad industrial de Pensilvania.

El profesor de Teología Massimo Faggioli, autor del libro Joe Biden y el catolicismo en Estados Unidos (2020), cree que el catolicismo de Biden se construye sobre la base de una “evaluación optimista de la creación” y lo asocia a un movimiento religioso de izquierda que está ganado peso en Washington, uno en el que la defensa de los derechos LGBT “no es antirreligioso, sino lo contrario, es más fiel a los principios de la religión”.

Una de las nuevas voces izquierdistas del Congreso, la afroamericana Cori Bush, representante por Misuri y gran promotora del lema “recorten fondos a la policía”, era pastora, al igual que el nuevo senador demócrata de Georgia Raphael Warnock, ambos procedentes de territorios tradicionalmente republicanos. Y el primer precandidato abiertamente gays de la historia, el demócrata Pete Buttigieg, destacó su perfil creyente en la campaña.

“Creo que el catolicismo de Biden está muy influenciado por la tradición del catolicismo social de gente como Dorothy Day [una conocida escritora y activista anarquista que abrazó la fe católica], que pone la atención en los desfavorecidos. Él también cree en el buen principio católico de la dignidad del trabajo y eso, por ejemplo, es uno de los motivos por los que se identifica tanto con los sindicatos”, opina Randall Balmer, profesor de religión en la Universidad de Dartmouth.

Para Biden, son los valores católicos los que le empujan a posiciones progresistas en cuestiones de igualdad social o racial. El pasado junio, por ejemplo, tras la muerte del afroamericano George Floyd, se refirió a la “doctrina social católica” para recalcar que “la fe sin trabajo está muerta”. Al mismo tiempo, en su época de vicepresidente, expresó su apoyo al matrimonio entre personas del mismo sesso antes incluso que el presidente Barack Obama, y una de las primeras medidas que ha adoptado ha sido permitir el servicio de los transgénero en el Ejército, que Trump había vetado.

El apoyo de Biden a los derechos LGBT y al aborto le ha granjeado el rechazo de los conservadores cristianos, los judíos ortodoxos, los protestantes evangélicos y católicos radicales, que no le consideran un creyente pata negra. El día de su toma de posesión, no había terminado apenas el discurso cuando el arzobispo de Los Ángeles José Gómez, que preside la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, emitió un comunicado denunciando unas políticas de Biden que “avanzarían males morales”, sobre todo en áreas como “el aborto, los métodos anticonceptivos, el matrimonio y el género”.

El voto religioso se volcó en Donald Trump ―casado tres veces, con un largo historial de supuestas infidelidades, como las que pagó para silenciar con una actriz de cine prono y una modelo de Playboy, y acusado de abusos― como se ha volcado con cualquier republicano, independientemente de lo ejemplar de su vida. Para el historiador Bruce. J. Schulman, de la Universidad de Boston, el creciente partidismo del voto religioso es un fenómeno de los últimos 30 o 40 años, al igual que la exhibición de la religiosidad se remonta a medio siglo atrás.

No siempre los presidentes han sido devotos, pero la fe ha sido un valor importante en cualquier carrera política desde el “Gran despertar religioso” de los setenta, una reacción contra el secularismo de los sesenta, el aborto y otros giros sociales. En el 76, en medio de ese movimiento y tras el estupor nacional generado por el escándalo Watergate, los estadounidenses eligen como presidente a Jimmy Carter.

Nada de esto ha frenado la secularización de la sociedad y el giro progresista en causas sociales, pero independientemente del color político, las menciones al Señor o la fe suelen estar presentes en los discursos y es difícil que uno acabe un mensaje importante sin cuatro palabras mágicas, o santas: “Dios bendiga a América”.
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Biden - Rachel Levine (Subsecretaria de Salud):
- Joe Biden nombrará a la Dra. Rachel Levine como asesora de salud.
- Biden escoge a la doctora trans Rachel Levine como subsecretaria de Salud.
- Biden nomina a un/a transexual judía (transgénero) para su equipo de gobierno.
- Biden elige a un transexual como su consejero de sanidad.
- Biden nombra a un médico travolo como subsecretaria de Salud.


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gaysidad y cristianismo - Wikipedia
gaysidad en la Biblia - Wikipedia
Sodoma y Gomorra - Wikipedia
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Denuncian que en EEUU se cometen 800.000 Abortos al año.
Biden - ProAborto:
- Obispo auxiliar de Los Ángeles denuncia los “800.000 abortos al año en Estados Unidos”.
- Obispos responden a Biden: 'Deje de financiar abortos o de afirmar ser católico' - La Gaceta de la Iberosfera
- Biden se enfrenta a los obispos de EE.UU. al eliminar trabas al aborto.
- Joe Biden deroga trabas de acceso al aborto, un día antes de marcha por la vida.
- Biden firma memorándum que revierte restricciones de Trump sobre aborto.
Y el 76% de los encuestados indicó que quieren que el aborto se prohíba o se limite a los primeros tres meses de embarazo, como máximo

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La Iglesia y el aborto: una lucha interminable.
El catolicismo es una de las religiones más estrictas en lo que se refiere a la interrupción voluntaria del embarazo.

La Biblia, el libro sagrado de la religión cristiana, reconoce que todas las vidas son sagradas y, por lo tanto, considera que un aborto es poner fin a una vida que se está gestando.




https://youtu.be/14AL6z0O3Xs
 

porcospin

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Me había propuesto no volver a entrar en BURBUJA y lo había conseguido durante todo el día. Pero los vicios son difíciles de dejar.
1 dia sin dosis de conspiraciones y y has recaido.
Sino lo han creado el centro RETO para conspiracionistas ya estan tardando.

No tiene culpa este foro de como me siento . Todo lo contrario , agradezco tantas increíbles aportaciones que habría sido imposible de encontrar en ninguna otra parte , la calidad intelectual de la mayoría de los foreros....
Este chiste si que es bueno meparto:meparto:

PERO ESTE HILO HA SIDO UNA fruta ESTAFA .
Me siento tan avergonzado de haber enviado enlaces y molestado a mis amigos con wasaps conspiranoicos y previsiones absurdas que finalmente no se han cumplido , que me toman por chalado , culpan a este foro de mi estado mental y me insisten que no vuelva a entrar y en ese dilema me hallo .


Una pequeña dosis de raciocinio, que podria indicar que tu estado mental con ayuda es recuperable. Suerte y buscate un hobbie para quemar el tiempo libre. ;)
 

Spock

Madmaxista
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The Secret History of the Shadow Campaign That Saved the 2020 Election.
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El reportaje narra que personas poderosas, activistas y corporaciones urdieron el plan en la sombra para cambiar las leyes electorales.
La revista 'Time' desvela el complot que dio la victoria a Biden: "Trump tenía razón".
La revista americana Time abiertamente pro-Biden ha reconocido que hubo un complot secreto para amañar las elecciones y dar la victoria al candidato demócrata. Sin ningún tapujo y con total descaro, los editores han titulado el reportaje "La historia secreta de la campaña en la sombra que salvó las elecciones de EEUU". Lo cierto es que no se han cortado ni un pelo en admitir la conjura que hubo por detrás y que medios como Libertad Digital han ido narrando, pese a que los mismos que ahora revelan la gran trama fraudulenta tachaban dichas informaciones de conspiranoicas.

El reportaje desvela que cientos de importantes empresas estadounidenses se volvieron contra Donald Trump. "Todo fue muy, muy extraño", dijo el expresidente republicano el 2 de diciembre. "A los pocos días de las elecciones, fuimos testigos de un esfuerzo orquestado para ungir al ganador, incluso cuando todavía se estaban contando muchos estados clave. En cierto modo, Trump tenía razón", reza uno de los párrafos.

Lo más escandaloso viene a continuación. El Time asume con orgullo que se perpetró esta conspiración por el bien de la nación. Según transmiten, gente poderosa y corporaciones de la élite estadounidense urdieron el plan dirigiendo a los medios de comunicación, influyendo en la opinión pública y cambiando las reglas y leyes electorales para así salvar la democracia americana. Todo fue fruto de un pacto entre los activistas de izquierda y las grandes empresas:

"Se estaba desarrollando una conspiración entre bastidores, que redujo las protestas y coordinó la resistencia de los directores ejecutivos. Ambas sorpresas fueron el resultado de una alianza informal entre activistas de izquierda y titanes empresariales. El pacto se formalizó en una declaración conjunta concisa y poco notoria de la Cámara de Comercio de Estados Unidos y la AFL-CIO publicada el día de las elecciones. Ambas partes llegarían a verlo como una especie de negociación implícita, inspirada por las masivas, a veces destructivas protestas por la justicia racial del verano, en la que las fuerzas laborales se unieron con las fuerzas del capital para mantener la paz y oponerse al asalto de Trump a la democracia".

Pero aún hay más. El reportaje confirma que la victoria artificial de Biden "fue un extraordinario esfuerzo en la sombra de los activistas de izquierdas con el apoyo de las empresas. "Consiguieron que los estados cambiaran los sistemas de votación y las leyes electorales. Así ayudaron a asegurar cientos de millones en fondos públicos y privados. Se defendieron de las demandas por supresión de votantes, reclutaron ejércitos de trabajadores electorales y consiguieron que millones de personas votaran por correo por primera vez", refleja la revista.

Nuevamente, en los párrafos siguientes vuelven a insistir en que todo se hizo para salvar la democracia, dando la razón así al equipo legal de Trump, y al arsenal de pruebas presentadas por Rudy Giualiani y Jenna Ellis, en las diferentes audiencias celebradas en los cinco estados del campo de batalla. En todos ellos se paralizó el conteo en mitad de la noche de forma simultanea y más de 1.000 testigos bajo pena de guandoca juraron en sus testimonios que vieron fraude, como ya publicara Libertad Digital. Cabe recordar que las evidencias y los testigos fueron ignorados por la Corte Suprema y todos los tribunales menores.

Para rematar, y por si aún no quedaba claro, el Time continúa exponiendo los detalles del complot: "Esta es la historia interna de la conspiración para salvar las elecciones de 2020, basada en el acceso al funcionamiento interno del grupo, documentos nunca antes vistos y entrevistas con docenas de personas involucradas de todo el espectro político. Es la historia de una campaña creativa, decidida y sin precedentes cuyo éxito también revela lo cerca que estuvo la nación del desastre", aseveran.

Por último, justifican el comportamiento delictivo de los participantes en la trama, porque ellos mismos quieren que se de a conocer "la historia secreta" de las elecciones de 2020. Y concluyen: "Aunque suene como un sueño febril paranoico: una camarilla bien financiada de personas poderosas, que abarcan industrias e ideologías, trabajaron juntas detrás de escena para influir en las percepciones y cambiar las reglas y las leyes. Al dirigir la cobertura de los medios y controlar el flujo de información, no estaban manipulando las elecciones; la estaban fortaleciendo. Y creen que el público debe comprender la fragilidad del sistema para garantizar que la democracia en Estados Unidos perdure". O lo que es lo mismo, para defender la democracia dieron un golpe contra ella por detrás.