Golpe en Bolivia fue liderizado por dirigente cristiano paramilitar, fascista y millonario – con apoyo extranjero
Continuación:
Padrino croata de Camacho e influyente separatista
Branko Marinkovic es un terrateniente de peso que redobló su apoyo a la oposición de derecha luego de que algunas de sus tierras fueron nacionalizadas por el gobierno de Morales. Como presidente del Comité Pro-Santa Cruz, supervisó las operaciones del principal motor del separatismo en Bolivia.
En 2008, la Federación Internacional de Derechos Humanos
denunció al comité como un “actor y promotor del racismo y la violencia en Bolivia”, en una carta dirigida a Marinkovic.
El grupo de derechos humanos agregó que “condenaba la actitud y el discurso secesionista y unionista así como los llamados de desobediencia a los militares de los que el Comité Cívico Pro-Santa Cruz fue uno de los principales promotores”.
En 2013, el periodista Matt Kennard
reportó que el gobierno de los Estados Unidos estaba trabajando muy de cerca con el Comité Pro-Santa Cruz para alentarlos hacia la balcanización de Bolivia para debilitar a Morales. “Lo que [los Estados Unidos] pusieron sobre la mesa fue cómo podían fortalecer los canales de comunicación”, le dijo el vicepresidente del Comité a Kennard. “La embajada dijo que nos ayudarían con nuestro trabajo comunicacional y tienen una serie de publicaciones por donde avanzan sus ideas”.
En un perfil sobre Marinkovic, el
New York Times reconocía el trasfondo extremista del movimiento separatista de Santa Cruz que presidía el oligarca. Describió el área como “un bastión de grupos abiertamente xenofóbicos como la Falange Socialista Boliviana, cuyo saludo mano en alto se inspiró en la Falange fascista de Franco, el antiguo dictador español”.
La Falange Socialista Boliviana era un grupo fascista que le proveyó refugio al criminal de guerra nancy Klaus Barbie durante la Guerra Fría. Un antiguo experto torturador de la Gestapo, Barbie fue reciclado por la CIA a través de su Operación Cóndor, el programa que ayudó a exterminar el comunismo en todo el continente. (A pesar de su nombre anticuado, como los nacional socialistas alemanas, este grupo de extrema derecha era violentamente anti-izquierda, asesinando a varios socialistas).
La Falange boliviana llegó al poder en 1971 cuando su líder, el general Hugo Banzer Suárez
derrocó al gobierno de izquierda del general Juan José Torres González. El gobierno de Torres había enfurecido a los líderes empresariales al nacionalizar las industrias y antagonizar con Washington al expulsar los Cuerpos de Paz, que era visto como un instrumento de penetración de la CIA. De inmediato, la administración Nixon le dio la bienvenida a Banzer con los brazos abiertos y lo cortejó como un bastión contra la expansión del socialismo en la región. (En WikiLeaks aparece
un despacho de 1973 en el que el Secretario de Estado Henry Kissinger le agradecía a Banzer sus felicitaciones por ganar el Premio Nóbel de la Paz).
El legado golpista del movimiento perseveró durante la era Morales a través de organizaciones como la UJC y figuras como Marinkovic y Camacho.
El Times resaltó que Marinkovic también apoyaba las actividades de la UJC, describiendo al grupo fascista como “un brazo cuasi-independiente del Comité liderizado por el señor Marinkovic”. Un miembro de la dirección de la UJC le dijo al rotativo estadounidense en una entrevista que “nosotros protegeremos a Branko con nuestras propias vidas”.
Marinkovic ha adoptado el tipo de retórica nacionalista y cristiana familiar a las organizaciones de extrema derecha de Santa Cruz, por ejemplo llamando a una “
cruzada por la verdad” e insistiendo que Dios está de su lado.
La familia del oligarca proviene de Croacia, por lo que tiene doble nacionalidad. Han sido persistentes los rumores de que sus familiares estuvieron involucrados con el poderoso movimiento fascista ustacha.
La Ustacha colaboró abiertamente con los ocupantes alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Sus sucesores volvieron al poder luego de que Croacia declaró su independencia de la antigua Yugoslavia, un país otrora socialista que fue intencionalmente
balcanizado por una guerra de la OTAN, de la misma manera que Marinkovic esperaba que fuera Bolivia.
El Fuhrer Adolph Hitler se encuentra con el fundador de Ustasha Ante Pavelić en 1941
Marinkovic niega que su familia formaba parte de la Ustacha. Alegó en una entrevista con el New York Times que su padre luchó contra los nazis.
Pero incluso algunos de sus simpatizantes son escépticos. Un analista de los Balcanes de la firma privada de inteligencia Stratfor, que trabaja con mucha proximidad con el gobierno estadounidense y popularmente conocida como “
la CIA paralela“, produjo
un tosco perfil de Marinkovic, especulando que “todavía no conozco su historia completa, pero apostaría una buena suma de $$$ a que los padres de este personaje son [croatas] de primera generación (su nombre es demasiado esclavo) y que eran simpatizantes de la ustacha (léase: nazis) que huyeron de los comunistas de Tito luego de la Segunda Guerra Mundial”.
El analista de Stratfor sacó extractos de
un artículo del periodista Christian Parenti de 2006, que había visitado a Marincovich en su finca en Santa Cruz. La “reforma agraria de Evo Morales puede conducir a una guerra civil”, le advirtió a Parenti en un acento tejano que había agarrado mientras estudiaba en la Universidad de Texas, en Houston.
Hoy en día, Marinkovic es un simpatizante apasionado del líder de extrema derecha brasileño,
Jair Bolsonaro, cuya única queja sobre Augusto Pinochet es que “
no había dado de baja de la suscripción de la vita suficiente“.
También es admirador público de la oposición venezolana. “
Todos somos Leopoldo“, tuiteó en apoyo a Leopoldo López, quien ha estado involucrado en numerosos intentos de golpe contra el gobierno electo de Venezuela.
Mientras Marinkovic negó cualquier papel en actividades militantes armadas en la entrevista con Parenti, fue acusado en 2008 de jugar un papel determinante en el intento por asesinar a Morales y sus aliados del MAS.
A menos de dos años antes de que se desarrollara la trama golpista, le dijo al New York Times que “si no hay mediación internacional a nuestra cirisis, habrá una confrontación. Y, desafortunadamente, va a ser sangrienta y dolorosa para todos los bolivianos”.
Un complot de asesinato vincula a la derecha boliviana con fascistas internacionales
En abril de 2009, una unidad especial de los servicios de seguridad bolivianos ingresaron a una habitación de hotel de lujo dándole de baja a tres hombres que se dijo que estaban involucrados en un complot para asesinar a Evo Morales. Otros dos lograron escapar. Cuatro de los presuntos conspiradores tenían raíces húngaras o croatas y vínculos con la política de derechas de Europa oriental, mientras que otro,
Michael Dwyer, era un derechista irlandés que había llegado a Santa Cruz hacía apenas seis meses.
Presunto asesino del conspirador Michael Dwyer con sus armas
Se dijo que el líder del grupo era un periodista de izquierda llamado Eduardo Rosza-Flores que se convirtió al fascismo y pertenecía al Opus Dei, el culto tradicionalista católico que emergió bajo la dictadura de Francisco Franco. De hecho, el
nombre código que asumió Rosza-Flores en el complot de asesinato fue “Franco”, en honor al Generalísimo.
Durante los 90, Rosza peleó en el Primer Pelotón Croata Internacional, o el PIV, en la guerra para separarse de Yugoslavia. Un periodista croata le dijo a la revista Time que “el PIV era un grupo tristemente célebre: 95% de ellos tenían historial criminal, muchos pertenecían a grupos nazis o fascistas, de Alemania a Irlanda”.
Para 2009, Rosza había regresado a su Bolivia natal para emprender la cruzada a nombre de otro movimiento separatista, esta vez en Santa Cruz. Y fue ahí donde murió en un hotel de lujo sin una fuente de ingreso aparente y un enorme acopio de armas.
Posteriormente el gobierno publicó fotos de Rosza y un co-conspirador posando con sus armas. Publicaciones de correos entre el jefe de la célula e
Istvan Belovai, un antiguo oficial de inteligencia militar húngaro que prestó servicios como doble agente para la CIA, afianzó la percepción de que la mano de Washington estaba metida en la operación.
Rosza y Dwyer con sus armas en Bolivia
Posteriormente Marinkovic
fue acusado de proveer a los complotados 200 mil dólares. El oligarca croata-boliviano inicialmente huyó a los Estados Unidos, donde se le dio asilo, y luego se reubicó en Brasil, donde vive hoy en día. Negó haber estado involucrado en el plan para asesinar a Morales.
Tal como reseñó el periodista Matt Kennard, había otro hilo que amarraba la conspiración a los Estados Unidos: la supuesta participación de un dirigente de ONG llamado Hugo Achá Melgar.
“Roza no llegó hasta acá por su cuenta; lo trajeron”, le dijo a Kennard el principal investigador del gobierno boliviano sobre el caso. “Hugo Achá Melgar lo trajo”.
La Human Rights Foundation desestabiliza Bolivia
Achá no era sólo el líder de una ONG común y corriente. Había fundado la subsidiaria boliviana de la Human Rights Foundation (HRF), una organización internacional que es conocida por acoger una “escuela para la revolución” para activistas que buscan el cambio de régimen en estados que son objetivos del gobierno de los Estados Unidos.
La HRF es dirigida por
Thor Halvorssen, hijo del oligarca venezolano y agente de la CIA, Thor Halvorssen Hellum. EL primo del veterano golpista Leopoldo López, Halvorsseen era un activista universitario del partido republicano que llevó una cruzada contra lo políticamente correcto y otros duendes familiares de derecha.
Luego de una breve carrera como agitador de derecha y productor de películas, donde supervisó un escandaloso documental “
antiambientalista” financiado por una corporación minera, Halvorssen se rebautizó a sí mismo como un promotor del liberalismo y un enemigo del autoritarismo global. Lanzó la HRF
con becas de multimillonarios como Peter Thiel, fundaciones conservadoras y ONGs, incluyendo Amnistía Internacional. Desde entonces el grupo ha estado al frente en el entrenamiento de activistas para acciones insurreccionales desde Hong Kong al Medio Oriente a América Latina.
Aunque los Estados Unidos le concedieron asilo a Achá, la HRF continuó presionando por el cambio de régimen en Bolivia. Como
escribió Wyatt Reed para The Grayzone, Jhanisse Vaca Daza, “freedom fellow” de la HRF, ayudó a activar la fase inicial del golpe culpando a Morales de los incendios en el Amazonas que consumieron partes de Bolivia en agosto, movilizando protestas internacionales en su contra.
Para ese momento, Daza posaba de “activista ambiental” y de estudiante de la no-violencia que articulaba sus preocupaciones en llamados aparentemente moderados, pidiendo más ayuda internacional para Bolivia. Mediante Ríos de Pie, su ONG, ayudó a lanzar la etiqueta #SOSBolivia, que fue la señal de salida de la inminente operación de cambio de régimen con apoyo extranjero.
Cortejando a la derecha regional, preparando el golpe
Mientras que Daza convocaba protestas en las afueras de las embajadas de Bolivia en Europa y los Estados Unidos, Fernando Camacho permanecía detrás de las cámaras, haciendo lobby en los distintos gobiernos de la región para bendecir el golpe que venía.
En mayo, Camacho
se reunió con el presidente de Colombia, Iván Duque. Camacho ayudaba a apuntalar los esfuerzos regionales para socavar la legitimidad de la presidencia de Evo Morales en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, buscando bloquear su candidatura en las elecciones de octubre.
Camacho con el presidente colombiano Ivan Duque en mayo
En ese mismo mes el agitador boliviano también
se reunió con Ernesto Araújo, el canciller de la administración de Jair Bolsonaro en Brasil. En esa reunión, Camacho aseguró con éxito el apoyo de Bolsonaro para el cambio de régimen en Bolivia.
Este 10 de noviembre, Araújo
apoyó de forma entusiasta el derrocamiento de Morales, declarando que “Brasil apoyará la transición democrática y constitucional” del país.
Luego en agosto, dos meses antes de la elección presidencial de Bolivia, Camacho recibió la atención de oficiales del régimen golpista de Venezuela. Estos incluían a
Gustavo Tarre, el embajador fake de Guadó ante la OEA, quien previamente había trabajado con el think tank Centro para los Estudios Estratégicos e Internacionales (
CSIS) en Washington.
Luego de la reunión, Camacho tuiteó su gratitud a los golpistas venezolanos, así como a
Colombia y Brasil.
Luis Fernando Camacho
✔@LuisFerCamachoV
No vamos a parar hasta tener una democracia real! Seguimos avanzando!
Vamos sumando apoyo... ahora lo hace Venezuela...Gracias a Dios.. hay esperanza!
Gracias Colombia!
Gracias Venezuela!
Gracias Brasil!
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