MrSmith
Himbersor
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El CNI escuchaba los móviles de los asesinos de Las Ramblas cinco días antes de la matanza .
La evidencia definitiva que revela cuán estrechamente vigilaba el CNI a los discípulos del imán yihadista de Ripoll, menos de una semana antes de que cometieran los atentados de Barcelona y Cambrils, procede de uno de los informes reservados que el propio Centro Nacional de Inteligencia facilitó al amplio equipo de investigadores de los tres cuerpos policiales, y de la Fiscalía, que trabajan en el esclarecimiento de los hechos. En realidad, esa prueba de cargo se debe a un desliz de redacción por parte de los servicios secretos que revela que en vísperas de la masacre de Las Ramblas los espías españoles estaban escuchando y anotando todas las conversaciones que mantenían (a través de sus móviles) quienes después cometerían la matanza.
Ese informe es el que relata el viaje que efectuaron a París Omar Hichamy –el hermano pequeño, con sólo 21 años, de Mohamed Hichamy, del que hablamos en el artículo anterior– y el autor material de los 13 asesinatos por atropello en Las Ramblas, Younes Abouyaaqoub. Como se puede ver en el fragmento reproducido más arriba de ese informe supersecreto –al que Público ha tenido acceso en su integridad–, ese viaje tuvo lugar “entre el 11 y el 12.08.2017”. Es decir, concluyó sólo cuatro días antes de que el cabecilla de la célula, Abdelbaki es Satty, volase en pedazos mientras manipulaba el polvorín de los terroristas en Alcanar, provocando el improvisado atentado del día siguiente en la calle más famosa de Barcelona.
El relato minuto a minuto que hace el informe del CNI de las andanzas de Omar y Younes en su viaje relámpago a París ya demuestra que los servicios secretos españoles estaban vigilando muy de cerca todos sus movimientos:
El último viaje de los asesinos a París, minuto a minuto
“…ambos salieron de España por el paso de Aragnouet [por la A-138 que llega a Francia desde Bielsa] el día 11.08.2017 a las 11:36 horas. Para ello, utilizaron el mencionado A-3 [citado en el artículo de ayer]”.
“El día 11.08.2017 llegaron a las 20.22 h a París, donde se alojaron en el B&B Malakoff, sito en el barrio del mismo nombre a las afueras de la capital francesa”.
Además, los analistas de la inteligencia tenían intervenidos los teléfonos de los dos jóvenes terroristas, ya que pueden ahora detallar las llamadas y búsquedas por Internet que hicieron desde esos móviles; aparatos a los que el CNI nunca llegó a tener acceso físico, pues fueron recuperados por los Mossos que abatieron a seis de los terroristas, y depositados en el juzgado:
“Omar Hichamy buscó por internet ese mismo día el Hotel Hibiscus (66 Rue de Malte, 75011 París), en el que no llegaron a alojarse. Sin embargo, no se ha detectado una búsqueda similar para el B&B Malakoff”.
“Dos comunicaciones realizadas por Mohamed Hichamy señalan que este conocía los detalles del viaje, ya que hace una llamada cuando Youness y Omar están en el hotel, y al día siguiente, antes de cruzar la frontera franco-española. Además, espera su vuelta al día siguiente para mantener un encuentro”.
El espionaje no sólo tiene geolocalizados los móviles de esos veinteañeros sin antecedente policial ninguno, sino que...
Ahora bien, lo más habitual en caso de intervención telefónica –siempre autorizada por un juez, aunque en el caso del CNI recibe carta blanca para ello por parte del magistrado del Supremo asignado para atender las demandas del servicio secreto– es que esa vigilancia de las comunicaciones se limite a la geolocalización de los aparatos involucrados, el registro de su tráfico de llamadas y la identificación de los accesos a Internet desde esos terminales; controles conocidos en la jerga de inteligencia como “tarificaciones telefónicas”. Y el relato que había hecho el informe del CNI hasta ese punto parecía ceñirse a ese escenario, aunque no deja de ser notable que la Inteligencia de España estuviera siguiendo al dedillo cada movimiento de unos veinteañeros sin antecedente policial ninguno.
Sin embargo, en el siguiente párrafo los agentes del CNI que redactaron el informe cometieron un desliz enormemente revelador [al inicio de esta próxima reproducción se repite el final de la página anterior para ayudar a la comprensión del lector]:
La evidencia definitiva que revela cuán estrechamente vigilaba el CNI a los discípulos del imán yihadista de Ripoll, menos de una semana antes de que cometieran los atentados de Barcelona y Cambrils, procede de uno de los informes reservados que el propio Centro Nacional de Inteligencia facilitó al amplio equipo de investigadores de los tres cuerpos policiales, y de la Fiscalía, que trabajan en el esclarecimiento de los hechos. En realidad, esa prueba de cargo se debe a un desliz de redacción por parte de los servicios secretos que revela que en vísperas de la masacre de Las Ramblas los espías españoles estaban escuchando y anotando todas las conversaciones que mantenían (a través de sus móviles) quienes después cometerían la matanza.
Ese informe es el que relata el viaje que efectuaron a París Omar Hichamy –el hermano pequeño, con sólo 21 años, de Mohamed Hichamy, del que hablamos en el artículo anterior– y el autor material de los 13 asesinatos por atropello en Las Ramblas, Younes Abouyaaqoub. Como se puede ver en el fragmento reproducido más arriba de ese informe supersecreto –al que Público ha tenido acceso en su integridad–, ese viaje tuvo lugar “entre el 11 y el 12.08.2017”. Es decir, concluyó sólo cuatro días antes de que el cabecilla de la célula, Abdelbaki es Satty, volase en pedazos mientras manipulaba el polvorín de los terroristas en Alcanar, provocando el improvisado atentado del día siguiente en la calle más famosa de Barcelona.
El relato minuto a minuto que hace el informe del CNI de las andanzas de Omar y Younes en su viaje relámpago a París ya demuestra que los servicios secretos españoles estaban vigilando muy de cerca todos sus movimientos:
El último viaje de los asesinos a París, minuto a minuto
“…ambos salieron de España por el paso de Aragnouet [por la A-138 que llega a Francia desde Bielsa] el día 11.08.2017 a las 11:36 horas. Para ello, utilizaron el mencionado A-3 [citado en el artículo de ayer]”.
“El día 11.08.2017 llegaron a las 20.22 h a París, donde se alojaron en el B&B Malakoff, sito en el barrio del mismo nombre a las afueras de la capital francesa”.
Además, los analistas de la inteligencia tenían intervenidos los teléfonos de los dos jóvenes terroristas, ya que pueden ahora detallar las llamadas y búsquedas por Internet que hicieron desde esos móviles; aparatos a los que el CNI nunca llegó a tener acceso físico, pues fueron recuperados por los Mossos que abatieron a seis de los terroristas, y depositados en el juzgado:
“Omar Hichamy buscó por internet ese mismo día el Hotel Hibiscus (66 Rue de Malte, 75011 París), en el que no llegaron a alojarse. Sin embargo, no se ha detectado una búsqueda similar para el B&B Malakoff”.
“Dos comunicaciones realizadas por Mohamed Hichamy señalan que este conocía los detalles del viaje, ya que hace una llamada cuando Youness y Omar están en el hotel, y al día siguiente, antes de cruzar la frontera franco-española. Además, espera su vuelta al día siguiente para mantener un encuentro”.
El espionaje no sólo tiene geolocalizados los móviles de esos veinteañeros sin antecedente policial ninguno, sino que...
Ahora bien, lo más habitual en caso de intervención telefónica –siempre autorizada por un juez, aunque en el caso del CNI recibe carta blanca para ello por parte del magistrado del Supremo asignado para atender las demandas del servicio secreto– es que esa vigilancia de las comunicaciones se limite a la geolocalización de los aparatos involucrados, el registro de su tráfico de llamadas y la identificación de los accesos a Internet desde esos terminales; controles conocidos en la jerga de inteligencia como “tarificaciones telefónicas”. Y el relato que había hecho el informe del CNI hasta ese punto parecía ceñirse a ese escenario, aunque no deja de ser notable que la Inteligencia de España estuviera siguiendo al dedillo cada movimiento de unos veinteañeros sin antecedente policial ninguno.
Sin embargo, en el siguiente párrafo los agentes del CNI que redactaron el informe cometieron un desliz enormemente revelador [al inicio de esta próxima reproducción se repite el final de la página anterior para ayudar a la comprensión del lector]: