Españoles eran gente enjuta, de una tierra poco amigable, que se pusieron el mundo como bandera y expandieron el catolicismo y la herencia grecorromana a medio orbe.
En esa empresa fueron parte activa señores vizcaínos (como se les llamaba entonces al os vascos) que navegaron y lucharon codo con codo con el resto de subdito del Rey en nombre de la Monarquia Hispánica, por mucho que te aguante.
El vasco más universal por cierto fue fundador de una de las Órdenes religiosas más longevas, para mayor gloria de Dios.
El nacionalismo garrulesco, que no es más que otra manifestación del provincianismo, es un fenómeno muy reciente, una mota de polvo en la Historia, que ha conseguido nublar la esencia del vasco confundido, y de los hijos de burgaleses acomplejados.