El vapuleo del coronel Pérez de los Cobos ha sido bestial. Se ha llevado por delante al defensor Melero, que no sabía ni por donde meterse. Y Forn, totalmente cagado de miedo por la que se le viene encima. Trapero también queriendo que la tierra se lo trague.
Mientras el separatismo llena las redes sociales de envases de Fairy y demás imbecilidades de niño pequeño, en la celda hay un hombre apellidado Forn que está dando vueltas y vueltas en su camastro. Se acabó la semana de los discursitos políticos y de las cursiladas en la sede judicial. Ya se han lucido los acusados. Les toca bajarse del altar y responder ante los testimonios y los hechos.
Ahora vienen los testigos, las pruebas. Se multiplican las ojeras en el banquillo de los acusados. Hasta a Jordi Sánchez se le va a quitar la sonrisa de iluso que habitualmente luce.
Mientras se avecina el desastre, los subsidiados y paniaguados que agitan un trapo estrellado (motor de España y de Europa, se hacen llamar), continuarán con los botecitos de Fairy, llamando a fulanito "muy de derechas", caca, trastero, pedo, pis. Auténticos intelectuales que ignoran la importancia de estos testimonios y los intentan denigrar con chistes infantiles. Auténticos intelectuales que ignoran que los acusados están cada día más inquietos, con mucho que perder.