M. Priede
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Nosotros, peor que EEUU.
Gilad Atzmon, que como todos los judíos disidentes del judaísmo resulta de imprescindible lectura, dice lo que vengo diciendo aquí desde hace ocho años: que todas estas movilizaciones tienen por objetivo desviar la atención de lo que está ocurriendo: que la élite se enriquece más que nunca y los demás nos empobrecemos. Como eso generará un conflicto de clases nada mejor que generar un conflicto racial que desvíe el problema.
En España, gran parte de la inmi gración descontrolada no se integrará, y ahora le van a dar una paga mientras cientos de miles de personas, sobre todo autónomos, se quedan sin nadie que les ayude [ 'Entra en acción' el artículo 7 del Ingreso Mínimo Vital: "El Gobierno flexibiliza las normas para facilitar el arraigo y la reagrupación familiar" ], el aforamiento del hembrismo, la subvención a la LGTB, la instigación del repruebo entre jóvenes y jubilados, en España añádase impulsar el secesionismo, ahora desmantelar la monarquía (y se está haciendo desde el Gobierno, que pretende encausar a Juan Carlos I, el mismo Gobierno, como el anterior, que mantiene a los Pujol en libertad), la ingeniería social desde los medios y especialmente en la Educación, tienen como fin principal fragmentar la sociedad al máximo para neutralizar o conducir a un callejón sin salida el conflicto de clases que ya se veía venir desde la crisis de 2008 y que en España no se acabó de superar, ni tampoco en todo el mundo hasta ahora desarrollado; sólo los anabolizantes de los bancos centrales lograron mantener a duras penas nuestros niveles de vida. Se veía (añádase el cénit del petróleo) que tarde o temprano este problema llegaría. Bill Gates y el Evento 201 fueron el detonante.
Acordaos que 'liberal' en EEUU es lo que aquí llamamos 'progresista'.
Weimar 2020
08 DE JUNIO DE 2020 POR GILAD ATZMON
Por Gilad Atzmon
¿Has notado el hecho peculiar de que, a pesar del cierre patronal, la crisis económica, decenas de millones de desempleados y varias corporaciones que se declaran en bancarrota, Wall Street se está divirtiendo? Jim Cramer, de CNBC , examinó esta anomalía hace unos días, su veredicto: “estamos viendo una recuperación en forma de V en el mercado de valores, y eso no tiene casi nada que ver con una recuperación en forma de V en la economía. Lo que está sucediendo es una de las mayores transferencias de riqueza de la historia ".
Cramer señala que mientras las pequeñas empresas están cayendo como moscas, las grandes empresas, junto con, por supuesto, con una mayor riqueza, están atravesando la crisis prácticamente indemne.
Cramer proyecta que la transferencia tendrá un "efecto horrible" en los Estados Unidos. Ya estamos viendo un tsunami de quiebras. Las consecuencias económicas son inevitables. Los datos federales muestran que la nación enfrenta una tasa de desempleo del 13.3 por ciento . [Es mucho más: en EEUU cuando un trabajador cumple tres meses en la lista de desempleo deja de figurar en ella porque se considera que no quiere trabajar y pasa a recibir una ayuda para alimentos] La fortuna de los multimillonarios estadounidenses aumentó en $ 565 mil millones entre el 18 de marzo y el 4 de junio, mientras que en el mismo período de 11 semanas también se registraron 42,6 millones de estadounidenses que presentaron solicitudes de desempleo. Los resultados son devastadores, aunque apenas una noticia: mientras el pueblo estadounidense se está empobreciendo, los ricos se están volviendo más ricos.
Uno hubiera pensado que la izquierda estadounidense y las instituciones políticas progresistas serían las primeras en alarmarse por estos acontecimientos. Tendemos a creer que templar a los ricos y su codicia, cuidar a los trabajadores y luchar por la igualdad de oportunidades y la justicia en general son las principales preocupaciones de la izquierda.
La realidad estadounidense, sin embargo, sugiere lo contrario. [Jajajaja. No conoce la española] En lugar de unirnos en una feroz batalla contra Wall Street y su amplio robo a la luz del día de lo que queda de la riqueza estadounidense, la izquierda estadounidense está invirtiendo sus últimas gotas de energía política en una "guerra racial". En lugar de comprometernos con los valores ideológicos clave de la izquierda, a saber: la lucha de clases que nos une en un puño furioso de resistencia contra este robo y discriminación, y sin tener en cuenta nuestra raza, género u orientación sensual, la izquierda estadounidense nos hace luchar entre nosotros. [En la derecha trumpista ocurre igual. Que venga a Burbuja y verá qué bien trabajan aquí los asalariados del Imperio rama Bannon. Los demás, la inmensa mayoría, rama Soros. Seguro que son los mismos, por mañana -por un decir- en Menéame y por la tarde en Burbuja]
El silencio de la izquierda sobre las actuales "transferencias de riqueza" de Wall Street no es un accidente. La izquierda estadounidense y las instituciones progresistas cuentan con el apoyo financiero y de Wall Street y financieras globales. [Y aquí también. Aquí tenemos a Ana Patricia nos quiere gobernar (1) y (2)] Este financiamiento significa que, en la práctica, la izquierda estadounidense opera como una oposición controlada. Mantiene su relevancia al mantener las tensiones sociales y raciales que desvían la atención de Wall Street y sus crímenes. La llamada 'izquierda' también es reacia a señalar a Wall Street y su robo actual, ya que tal crítica, aunque legítima, sería inmediatamente censurada como 'antisemita' por las instituciones judías que se han designado para vigilar el discurso público occidental.
Hay mucha historia de políticas tan divisivas de la izquierda y la forma en que a menudo termina traicionando a la clase obrera. El colapso de la izquierda alemana a principios de la década de 1930 es probablemente el estudio de caso más interesante de esto.
Antes del colapso económico de 1929, el movimiento fascista de Alemania era un fenómeno relativamente marginal que consistía en varias facciones competidoras. En las elecciones de 1928, el Partido nancy recibió el 2.8 por ciento (810,000 votos) del voto general. Pero luego el colapso de 1929 condujo a un rápido y agudo aumento del desempleo; de 1,2 millones en junio de 1929 a 6 millones en enero de 1932. En medio de la crisis, la producción cayó un 41,4 por ciento desde 1929 hasta finales de 1931, lo que resultó en una pobreza vertiginosa. Al igual que millones de estadounidenses en este momento, a principios de la década de 1930, millones de alemanes pasaron muchos días y noches haciendo colas de comida.
Uno supondría que el colapso del capitalismo habría sido políticamente celebrado por los comunistas y marxistas alemanes cuando los alemanes perdieron la esperanza en la "democracia burguesa" y el capitalismo por igual. El Partido Comunista Alemán (KPD), al igual que el partido nancy, aumentó su poder exponencialmente después del colapso económico. Sin embargo, la izquierda alemana perdió su oportunidad de oro. A pesar de la pobreza y las medidas de austeridad, fue Hitler quien finalmente ganó los corazones y las almas de la clase obrera alemana. En las elecciones de septiembre de 1930, Hitler había ganado el 18,3 por ciento y luego, en julio de 1932, el 37,4 por ciento. En solo cuatro años, los nazis aumentaron su apoyo en 13 millones de votos.
Se ha escrito mucho sobre el fracaso de la izquierda alemana, tanto marxistas como comunistas, para hacer frente a Hitler y al fascismo. Algunos marxistas son lo suficientemente honestos como para admitir que en realidad fue el KPD, su política autoritaria y divisiva, lo que allanó el camino para Hitler y el nazismo.
Al igual que Stalin, el KPD alemán se apresuró a emplear el término "fascista" para describir a todos y cada uno de los opositores políticos. En un acto de marginación gradual, la izquierda alemana se redujo a un ruido político irracional que finalmente perdió contacto con la realidad. El KPD estaba tan alejado de entender la transición política en Alemania que el 30 de enero de 1933, el día en que Hitler fue nombrado Canciller de Alemania, el KPD declaró sencillamente: "¡Después de Hitler, nos haremos cargo!"
Al igual que la izquierda radical estadounidense hoy, el KPD luchó en batallas callejeras contra los nazis desde 1929 hasta 1933. Estas batallas costaron la vida de cientos de nazis y miembros del KPD. Pero en 1933 ningún grupo político pagó un precio tan alto en sangre como el KPD. Casi un tercio de los miembros de KPD terminaron en prisión.
Es notable que uno de los aspectos más preocupantes de la política de izquierda es el hecho peculiar de que los agitadores que dicen estar inspirados por la "dialéctica" parecen ciegos a su propio pasado ideológico. En consecuencia, están separados del presente y totalmente apartados de un concepto de "futuro".
He estado diciendo durante algún tiempo que Trump a menudo toma las decisiones correctas si siempre por razones equivocadas. Por ejemplo, declaró "una guerra" contra el autoritarismo de las redes sociales en nombre de la 1ra Enmienda. Aunque este es claramente el resultado correcto, Trump no está motivado por ninguna preocupación genuina por la 'libertad de expresión' o los 'derechos humanos', simplemente está molesto porque sus tweets están sujetos a 'verificaciones de hechos'. La izquierda, curiosamente, tiende a tomar decisiones equivocadas, por lo general, por buenas razones. La lucha contra el racismo es, sin duda, un objetivo importante; Combatir la brutalidad policial o la discriminación racial de Estados Unidos es una gran batalla crucial, sin embargo, alimentar un conflicto racial es el peor camino posible para eliminar tanto el racismo como la discriminación. Tal táctica solo profundizará la división que ya divide a la clase trabajadora estadounidense.
Hoy, mientras los progresistas y los izquierdistas estadounidenses se preparan para una batalla larga e implacable, tengo un pequeño consejo que ofrecer. La historia nos enseña que el fascismo siempre gana cuando las condiciones para una revolución marxista son perfectas. Cuando presiona por un conflicto racial y una mayor fragmentación de la sociedad estadounidense, tenga en cuenta que puede terminar enfrentando a un verdadero personaje de Trump (a diferencia de Donald) que puede unir a Estados Unidos y hacer que sea genial de verdad, pero usted No encontrará su lugar en él.
[Ni Trump es fascista ni el progretariado es comunista, tal y como dicen los simples de Vox aconsejados por Jiménez Losantos. Hoy la lucha está entre el liberalismo (el de Jiménez Losantos) y el progretariado, y ambos, consciente o estúpidamente, obedecen a los mismos.]
Weimar 2020 — Gilad Atzmon thoughts and music
Gilad Atzmon, que como todos los judíos disidentes del judaísmo resulta de imprescindible lectura, dice lo que vengo diciendo aquí desde hace ocho años: que todas estas movilizaciones tienen por objetivo desviar la atención de lo que está ocurriendo: que la élite se enriquece más que nunca y los demás nos empobrecemos. Como eso generará un conflicto de clases nada mejor que generar un conflicto racial que desvíe el problema.
En España, gran parte de la inmi gración descontrolada no se integrará, y ahora le van a dar una paga mientras cientos de miles de personas, sobre todo autónomos, se quedan sin nadie que les ayude [ 'Entra en acción' el artículo 7 del Ingreso Mínimo Vital: "El Gobierno flexibiliza las normas para facilitar el arraigo y la reagrupación familiar" ], el aforamiento del hembrismo, la subvención a la LGTB, la instigación del repruebo entre jóvenes y jubilados, en España añádase impulsar el secesionismo, ahora desmantelar la monarquía (y se está haciendo desde el Gobierno, que pretende encausar a Juan Carlos I, el mismo Gobierno, como el anterior, que mantiene a los Pujol en libertad), la ingeniería social desde los medios y especialmente en la Educación, tienen como fin principal fragmentar la sociedad al máximo para neutralizar o conducir a un callejón sin salida el conflicto de clases que ya se veía venir desde la crisis de 2008 y que en España no se acabó de superar, ni tampoco en todo el mundo hasta ahora desarrollado; sólo los anabolizantes de los bancos centrales lograron mantener a duras penas nuestros niveles de vida. Se veía (añádase el cénit del petróleo) que tarde o temprano este problema llegaría. Bill Gates y el Evento 201 fueron el detonante.
Acordaos que 'liberal' en EEUU es lo que aquí llamamos 'progresista'.
Weimar 2020
08 DE JUNIO DE 2020 POR GILAD ATZMON
Por Gilad Atzmon
¿Has notado el hecho peculiar de que, a pesar del cierre patronal, la crisis económica, decenas de millones de desempleados y varias corporaciones que se declaran en bancarrota, Wall Street se está divirtiendo? Jim Cramer, de CNBC , examinó esta anomalía hace unos días, su veredicto: “estamos viendo una recuperación en forma de V en el mercado de valores, y eso no tiene casi nada que ver con una recuperación en forma de V en la economía. Lo que está sucediendo es una de las mayores transferencias de riqueza de la historia ".
¿Cómo puede recuperarse el mercado cuando la economía no lo ha hecho? La respuesta de Cramer es muy simple. “Porque el mercado no representa a la economía; representa el futuro de las grandes empresas ".
Cramer señala que mientras las pequeñas empresas están cayendo como moscas, las grandes empresas, junto con, por supuesto, con una mayor riqueza, están atravesando la crisis prácticamente indemne.
Cramer proyecta que la transferencia tendrá un "efecto horrible" en los Estados Unidos. Ya estamos viendo un tsunami de quiebras. Las consecuencias económicas son inevitables. Los datos federales muestran que la nación enfrenta una tasa de desempleo del 13.3 por ciento . [Es mucho más: en EEUU cuando un trabajador cumple tres meses en la lista de desempleo deja de figurar en ella porque se considera que no quiere trabajar y pasa a recibir una ayuda para alimentos] La fortuna de los multimillonarios estadounidenses aumentó en $ 565 mil millones entre el 18 de marzo y el 4 de junio, mientras que en el mismo período de 11 semanas también se registraron 42,6 millones de estadounidenses que presentaron solicitudes de desempleo. Los resultados son devastadores, aunque apenas una noticia: mientras el pueblo estadounidense se está empobreciendo, los ricos se están volviendo más ricos.
Uno hubiera pensado que la izquierda estadounidense y las instituciones políticas progresistas serían las primeras en alarmarse por estos acontecimientos. Tendemos a creer que templar a los ricos y su codicia, cuidar a los trabajadores y luchar por la igualdad de oportunidades y la justicia en general son las principales preocupaciones de la izquierda.
La realidad estadounidense, sin embargo, sugiere lo contrario. [Jajajaja. No conoce la española] En lugar de unirnos en una feroz batalla contra Wall Street y su amplio robo a la luz del día de lo que queda de la riqueza estadounidense, la izquierda estadounidense está invirtiendo sus últimas gotas de energía política en una "guerra racial". En lugar de comprometernos con los valores ideológicos clave de la izquierda, a saber: la lucha de clases que nos une en un puño furioso de resistencia contra este robo y discriminación, y sin tener en cuenta nuestra raza, género u orientación sensual, la izquierda estadounidense nos hace luchar entre nosotros. [En la derecha trumpista ocurre igual. Que venga a Burbuja y verá qué bien trabajan aquí los asalariados del Imperio rama Bannon. Los demás, la inmensa mayoría, rama Soros. Seguro que son los mismos, por mañana -por un decir- en Menéame y por la tarde en Burbuja]
El silencio de la izquierda sobre las actuales "transferencias de riqueza" de Wall Street no es un accidente. La izquierda estadounidense y las instituciones progresistas cuentan con el apoyo financiero y de Wall Street y financieras globales. [Y aquí también. Aquí tenemos a Ana Patricia nos quiere gobernar (1) y (2)] Este financiamiento significa que, en la práctica, la izquierda estadounidense opera como una oposición controlada. Mantiene su relevancia al mantener las tensiones sociales y raciales que desvían la atención de Wall Street y sus crímenes. La llamada 'izquierda' también es reacia a señalar a Wall Street y su robo actual, ya que tal crítica, aunque legítima, sería inmediatamente censurada como 'antisemita' por las instituciones judías que se han designado para vigilar el discurso público occidental.
Hay mucha historia de políticas tan divisivas de la izquierda y la forma en que a menudo termina traicionando a la clase obrera. El colapso de la izquierda alemana a principios de la década de 1930 es probablemente el estudio de caso más interesante de esto.
Antes del colapso económico de 1929, el movimiento fascista de Alemania era un fenómeno relativamente marginal que consistía en varias facciones competidoras. En las elecciones de 1928, el Partido nancy recibió el 2.8 por ciento (810,000 votos) del voto general. Pero luego el colapso de 1929 condujo a un rápido y agudo aumento del desempleo; de 1,2 millones en junio de 1929 a 6 millones en enero de 1932. En medio de la crisis, la producción cayó un 41,4 por ciento desde 1929 hasta finales de 1931, lo que resultó en una pobreza vertiginosa. Al igual que millones de estadounidenses en este momento, a principios de la década de 1930, millones de alemanes pasaron muchos días y noches haciendo colas de comida.
Uno supondría que el colapso del capitalismo habría sido políticamente celebrado por los comunistas y marxistas alemanes cuando los alemanes perdieron la esperanza en la "democracia burguesa" y el capitalismo por igual. El Partido Comunista Alemán (KPD), al igual que el partido nancy, aumentó su poder exponencialmente después del colapso económico. Sin embargo, la izquierda alemana perdió su oportunidad de oro. A pesar de la pobreza y las medidas de austeridad, fue Hitler quien finalmente ganó los corazones y las almas de la clase obrera alemana. En las elecciones de septiembre de 1930, Hitler había ganado el 18,3 por ciento y luego, en julio de 1932, el 37,4 por ciento. En solo cuatro años, los nazis aumentaron su apoyo en 13 millones de votos.
Se ha escrito mucho sobre el fracaso de la izquierda alemana, tanto marxistas como comunistas, para hacer frente a Hitler y al fascismo. Algunos marxistas son lo suficientemente honestos como para admitir que en realidad fue el KPD, su política autoritaria y divisiva, lo que allanó el camino para Hitler y el nazismo.
Al igual que Stalin, el KPD alemán se apresuró a emplear el término "fascista" para describir a todos y cada uno de los opositores políticos. En un acto de marginación gradual, la izquierda alemana se redujo a un ruido político irracional que finalmente perdió contacto con la realidad. El KPD estaba tan alejado de entender la transición política en Alemania que el 30 de enero de 1933, el día en que Hitler fue nombrado Canciller de Alemania, el KPD declaró sencillamente: "¡Después de Hitler, nos haremos cargo!"
Al igual que la izquierda radical estadounidense hoy, el KPD luchó en batallas callejeras contra los nazis desde 1929 hasta 1933. Estas batallas costaron la vida de cientos de nazis y miembros del KPD. Pero en 1933 ningún grupo político pagó un precio tan alto en sangre como el KPD. Casi un tercio de los miembros de KPD terminaron en prisión.
Es notable que uno de los aspectos más preocupantes de la política de izquierda es el hecho peculiar de que los agitadores que dicen estar inspirados por la "dialéctica" parecen ciegos a su propio pasado ideológico. En consecuencia, están separados del presente y totalmente apartados de un concepto de "futuro".
He estado diciendo durante algún tiempo que Trump a menudo toma las decisiones correctas si siempre por razones equivocadas. Por ejemplo, declaró "una guerra" contra el autoritarismo de las redes sociales en nombre de la 1ra Enmienda. Aunque este es claramente el resultado correcto, Trump no está motivado por ninguna preocupación genuina por la 'libertad de expresión' o los 'derechos humanos', simplemente está molesto porque sus tweets están sujetos a 'verificaciones de hechos'. La izquierda, curiosamente, tiende a tomar decisiones equivocadas, por lo general, por buenas razones. La lucha contra el racismo es, sin duda, un objetivo importante; Combatir la brutalidad policial o la discriminación racial de Estados Unidos es una gran batalla crucial, sin embargo, alimentar un conflicto racial es el peor camino posible para eliminar tanto el racismo como la discriminación. Tal táctica solo profundizará la división que ya divide a la clase trabajadora estadounidense.
Hoy, mientras los progresistas y los izquierdistas estadounidenses se preparan para una batalla larga e implacable, tengo un pequeño consejo que ofrecer. La historia nos enseña que el fascismo siempre gana cuando las condiciones para una revolución marxista son perfectas. Cuando presiona por un conflicto racial y una mayor fragmentación de la sociedad estadounidense, tenga en cuenta que puede terminar enfrentando a un verdadero personaje de Trump (a diferencia de Donald) que puede unir a Estados Unidos y hacer que sea genial de verdad, pero usted No encontrará su lugar en él.
[Ni Trump es fascista ni el progretariado es comunista, tal y como dicen los simples de Vox aconsejados por Jiménez Losantos. Hoy la lucha está entre el liberalismo (el de Jiménez Losantos) y el progretariado, y ambos, consciente o estúpidamente, obedecen a los mismos.]
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