Yo tengo una niña de 13 meses y estoy de acuerdo que es una experiencia como no hay otra. Dura de narices, sin duda. Tu vida se ve reducida a curro y bebé, bebé y curro. La hipervigilancia es agotadora tanto a nivel físico como psíquico. Se acabaron los hobbies, el deporte, incluso la más básica relajación es un artículo escaso. Mi mujer y yo tenemos unas ojeras que lo flipas, nos acostamos doblados y nos levantamos cansados. Mas tienes perfectamente claro que todo merece la pena pues cuando miras a tu niña te sientes absolutamente bendecido. El amor por un hijo es el mayor que puede sentir una persona, el único realmente desinteresado. Es un amor que no se puede describir: ABSOLUTO, no es comparable a ningún otro tipo de amor. Y esto lo dice alguien que era muy escéptico con el tema, más cercano al bando "anti-niños" que al "pro-niños"... pues ahora pienso que ojalá los hubiera tenido antes.
El que no tenga hijos sin duda vivirá una vida más cómoda y placentera pero a cambio se perderá la experiencia más enorme que puede vivir un ser humano. Recomiendo vivamente a todos los escépticos --insisto en que yo lo era-- que tengan hijos, al menos uno. MERECE LA PENA EL ESFUERZO.
En mi caso particular, yo que soy atiquense veterano, debo decir que haber tenido una hija, no un hijo, ha sanado mucho mi herida para con el sesso femenino. Sigo pensando que hay una cantidad enorme de petardas (no puedo negar la evidencia que ven mis ojos) pero también veo que el eterno femenino que aprecio en mi niña es algo bueno, algo hermoso. Me he dado cuenta de lo necesaria que es, para nosotros los hombres, la femineidad (a esa edad ya se diferencian los niños de las niñas) y, en proporción, lo infinitamente triste que es su perversión a manos de este sistema podrido de hez.
Concluir que los hijos se deben tener de jóvenes y no de viejos. No sólo por los riesgos inherentes a los hijos de padres añosos sino porque su crianza requiere mucha energía y como seas un cuarentón largo vas a acabar deslomado si lo quieres hacer bien.