¿Qué se ha creído el Papa?

catleya

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¿Qué se ha creído el Papa?
  • LUIS MARÍA ANSON
Miércoles, 8 mayo 2019 - 02:08
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Admiré a Pío XII. Besé el anillo pastoral de Juan XXIII. Acompañé a Pablo VI en Tierra Santa cuando bajó hasta el río Jordán.
EFE
Admiré a Pío XII. Besé el anillo pastoral de Juan XXIII. Acompañé a Pablo VI en Tierra Santa cuando bajó hasta el río Jordán. Tuve la suerte de estar en varias ocasiones con Juan Pablo II en España y de hablar con él sobre la poesía de San Juan de la Cruz. Conocí a Benedicto XVI cuando era el cardenal Ratzinger y me asombró su coherencia y su firmeza en el análisis de la relatividad. Ya Papa, condensó su pensamiento en varias encíclicas, sobre todo Caritas in veritatey Deus caritas est. No me gusta hablar de mis creencias religiosas en público. Siempre he afirmado, sin embargo, que soy católico, profundamente católico.
Pero ¿qué se ha creído el Papa Francisco? ¿Quién o quiénes le informan tan sesgadamente sobre España? Hace dos meses dijo que visitará nuestra nación "cuando haya paz". ¿Es que el Santo Padre piensa que los 83 millones de extranjeros que vinieron a España de vacaciones en 2018 no se aseguraron de que acudían a un país en paz? Todo el mundo sabe que nuestra nación es un paraíso de prosperidad, de seguridad y de convivencia pacífica. Este fin de semana, el Papa, en lugar de rectificar, se permitió afirmar que se tenía que pensar si visitaba España.
El catolicismo es una religión ecuménica, pero, como una cuestión de hecho, casi la mitad de los católicos del mundo hablan español, entre ellos el Papa Francisco. La inmensa mayoría de las naciones en las que el catolicismo es la religión mayoritaria son de evangelización española. España fue el país que tuvo el orgullo histórico de difundir el catolicismo, desde las Islas Filipinas a Chile, desde las Islas Marianas a Guinea Ecuatorial. Incluso la evangelización de Brasil correspondió a un misionero español, el canario padre Anchieta, en la época en que la gran nación americana formó parte de las Españas.
El buen sentido exige al Papa Francisco contestar cuando le pregunten sobre una visita a nuestro país: "En cuanto me sea posible estaré encantado de viajar a España". A la España evangelizadora de medio orbe, luz de Trento y cuna de San Ignacio. Quiero expresar, en fin, mi profundo respeto para la figura del Santo Padre. Y, a la vez, exigir a sus colaboradores que le informen seriamente sobre la realidad española. La verdad nos hace libres. Y con enorme tristeza he escrito estas líneas desde lo que, en mi opinión, es la verdad, la pura verdad.
Luis María Anson, de la Real Academia Española.
 

Komanche O_o

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El Vatic_asno, una dictadura teocratica como Arabia Saudi. No necesitamos otra visita para que las oligarquías locales peguen su pelotazo
 

catleya

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El Vaticano odia a España, no nos perdonan que no nos dejemos hacer desaparecer. El Vaticano lo lleva intentando desde la primera guerra carlista hace ya 190 años. En los últimos años le falló el intento etarra y le ha fallado el intento separatista catalán. En esas estamos.


El Papa cabreado nos mira con desprecio y nos viene a decir que si no nos dejamos jorobaR no viene a vernos.

Para que un meapilas como Ansón esté enfadado tiene que ser subida de peso la cosa.
 

365

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Será tu santo padre o de quien quiera santos padres. Para mi es el ciudadano Bergoglio. Un personaje bastante vulgar, hipocrita y de falsa humildad. Altivo, teatrero, ficticio y demoniaco.
He entrado al hilo para ver si lo dimitian o lo echaban a patadas del Vaticano.Veo que no y me voy.
 

maromo

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en la parra
El Vaticano odia a España, no nos perdonan que no nos dejemos hacer desaparecer. El Vaticano lo lleva intentando desde la primera guerra carlista hace ya 190 años. En los últimos años le falló el intento etarra y le ha fallado el intento separatista catalán. En esas estamos.


El Papa cabreado nos mira con desprecio y nos viene a decir que si no nos dejamos jorobaR no viene a vernos.

Para que un meapilas como Ansón esté enfadado tiene que ser subida de peso la cosa.
El Vaticano no odia España. El Vaticano ha estado, está y estará con quien vea que tiene el poder y el dinero.

En Pais Vasco te montará una banda terrorista así como en Madrid negociará con el partido que sea que esté en el poder para seguir manteniendo sus privilegios.

Tampoco les importará excomulgar, tal y como hicieron, a los que se levantaron en Mayo del 62 contra los Franceses hasta que eso si, los franceses empezaron a saquear iglesias y llevarse las cosas de valor entonces si, se sumaron al levantamiento. Varios días después....

No les importará crear misas lgtb en usa o pedir inmi gración musulmana si ven que el loby NWO es el más fuerte ahora.

No te equivoques, no están en contra de países, están con quien tiene el poder. Así llevan siglos.
 

Decipher

¿¡Qué más dará!?
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¿Este fantoche no ha estado en Cuba?
 

Mateo77

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Hasta donde entiendo el Papa se refiere a que es inaceptable el enfrentamiento entre obispos, sacerdotes y laicos en relación a la independencia de Cataluña. Esta desunión no es propia de los cristianos. La cuestión no es que no haya paz (esto es un hecho) sino qué hacer para solucionar el problema.
Desde mi punto de vista está claro: la unidad de España es un bien religioso a defender, por cómo se concretó. Frente al modelo rapiñador de los anglosajones supone un globalismo sano, basado en la unión de pueblos ante Dios, de manera similar a la de un matrimonio. Como tal ha dado muy abundantes frutos en la propagación de la fe por el mundo. El problema es que, siguiendo la tónica en que estamos inmersos, otros grupos dentro de la Iglesia defienden una visión más "protestante" donde cobra mayor relevancia la individualidad y los hechos diferenciales. Esto no creo que sea malo per sé, pero en el caso de España sí estoy convencido de que se equivocan los que tratan de destruir su unidad, en particular los que lo hacen desde la Iglesia.
 

BGA

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Es posible que la guerra a la que se refiere no sea la que la mayoría tiene en mente sin descartar del todo que haya algo de ella. Después de todo, cuando las cosas no van bien cualquier desencuentro, por pequeño que sea, suma desproporcionadamente. La guerra que tiene él en mente tal vez sea la que se está librando dentro de la cúpula de la Iglesia Española en la que puede darse de todo, desde tiranteces por los separatismos a cierto recelo por su propia figura como primer Papa de lengua española después de mucho tiempo y la asepsia, cuando no distancia teatralmente ambigua, sobre nuestro país.

Se suman las críticas contra su persona y ésto debería preocuparle y obligarlo a meditar sobre su trayectoria, pues aún cuando sabe de la asombrosa capacidad que tienen muchos en encontrar "argumentos" contra su papado, debería saber que entre los fieles crece el desconcierto. Un bueno pastor abandona el rebaño por ir a buscar la oveja descarriada pero se cuida muy mucho de dejarlo en paz y en buenas manos. Es encomiable su labor misionera pero le deja a uno perplejo el aparente desdén que manifiesta ante la posibilidad, diría que manifiesta, de dejar a los que nunca se fueron o están regresando a la intemperie. Si fuéramos tan leales y nuestras fortalezas tantas, que es lo que parece querer exigirnos cuando se lanza a recorrer el mundo, debería pensar en qué punto todas esas exigencias acabarían poniendo en cuestión su propio papel como Pastor de la Iglesia.

Las masas humanas, la sociedad, no son la suma de sus miembros. Sus comportamientos automáticos se acercan más a la torpeza y a la confusión que a las mejores virtudes que puedan exhibir los mejores entre nosotros. Siempre es igual y por ello rechazo siempre ese simplismo que hace caer sobre la sociedad responsabilidades que como tal suma de individuos le es ajena e injustamente impuesta. Las ideologías colectivistas con manifiestas fobias en contra del individuo y de su dignidad, emplean a menudo como insulto o como promesa que la sociedad es groseramente borrega y que puede aspirar a dejar de serlo. Eso es totalmente falso por más que suene seductor hasta que se piensa un poco a fondo sobre nuestra naturaleza gregaria y el modo en que a falta de firmes referencias externas las fuerzas internas chocan entre sí promoviendo la alienación, la parálisis e incluso el colapso.

Toda sociedad que quiera funcionar bien debe tener esa referencia aceptada y adoptada por las mayoría que se concierta en el hilo conductor de las energías de sus miembros. Esto lo consiguen las tiranías por puro miedo y ésto lo consiguen las sociedades virtuosas por lealtad y esperanza.

Son extraordinarias las ocasiones en que la persona y el cargo como servicio nacieron el uno para el otro. Más numerosas han sido aquellas en las que el cargo provoca cambios positivos en la persona, pero muchas más aquellas en las que el cargo es apenas un vestido, un bastón de mando en manos de la persona, que ya no es transformada por el cargo, sino que es ella quien lo transforma a su discreción vaciándolo del contenido aceptado por el que le fuera entregado.

Como español yo también me siento dolido. Mi patria está en peligro y un guiño, una leve complicidad a a favor del país cuya lengua habla, que en absoluto llegaría a suponer para otros un agravio comparativo siendo tan pequeño el gesto que se le pide por más que para nosotros fuera tan importante, pondría a salvo quizás no solo la paz interna de esta nación sino tal vez la propia confianza en el ministerio Papal de no pocos creyentes españoles.
 

catleya

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Es posible que la guerra a la que se refiere no sea la que la mayoría tiene en mente sin descartar del todo que haya algo de ella. Después de todo, cuando las cosas no van bien cualquier desencuentro, por pequeño que sea, suma desproporcionadamente. La guerra que tiene él en mente tal vez sea la que se está librando dentro de la cúpula de la Iglesia Española en la que puede darse de todo, desde tiranteces por los separatismos a cierto recelo por su propia figura como primer Papa de lengua española después de mucho tiempo y la asepsia, cuando no distancia teatralmente ambigua, sobre nuestro país.

Se suman las críticas contra su persona y ésto debería preocuparle y obligarlo a meditar sobre su trayectoria, pues aún cuando sabe de la asombrosa capacidad que tienen muchos en encontrar "argumentos" contra su papado, debería saber que entre los fieles crece el desconcierto. Un bueno pastor abandona el rebaño por ir a buscar la oveja descarriada pero se cuida muy mucho de dejarlo en paz y en buenas manos. Es encomiable su labor misionera pero le deja a uno perplejo el aparente desdén que manifiesta ante la posibilidad, diría que manifiesta, de dejar a los que nunca se fueron o están regresando a la intemperie. Si fuéramos tan leales y nuestras fortalezas tantas, que es lo que parece querer exigirnos cuando se lanza a recorrer el mundo, debería pensar en qué punto todas esas exigencias acabarían poniendo en cuestión su propio papel como Pastor de la Iglesia.

Las masas humanas, la sociedad, no son la suma de sus miembros. Sus comportamientos automáticos se acercan más a la torpeza y a la confusión que a las mejores virtudes que puedan exhibir los mejores entre nosotros. Siempre es igual y por ello rechazo siempre ese simplismo que hace caer sobre la sociedad responsabilidades que como tal suma de individuos le es ajena e injustamente impuesta. Las ideologías colectivistas con manifiestas fobias en contra del individuo y de su dignidad, emplean a menudo como insulto o como promesa que la sociedad es groseramente borrega y que puede aspirar a dejar de serlo. Eso es totalmente falso por más que suene seductor hasta que se piensa un poco a fondo sobre nuestra naturaleza gregaria y el modo en que a falta de firmes referencias externas las fuerzas internas chocan entre sí promoviendo la alienación, la parálisis e incluso el colapso.

Toda sociedad que quiera funcionar bien debe tener esa referencia aceptada y adoptada por las mayoría que se concierta en el hilo conductor de las energías de sus miembros. Esto lo consiguen las tiranías por puro miedo y ésto lo consiguen las sociedades virtuosas por lealtad y esperanza.

Son extraordinarias las ocasiones en que la persona y el cargo como servicio nacieron el uno para el otro. Más numerosas han sido aquellas en las que el cargo provoca cambios positivos en la persona, pero muchas más aquellas en las que el cargo es apenas un vestido, un bastón de mando en manos de la persona, que ya no es transformada por el cargo, sino que es ella quien lo transforma a su discreción vaciándolo del contenido aceptado por el que le fuera entregado.

Como español yo también me siento dolido. Mi patria está en peligro y un guiño, una leve complicidad a a favor del país cuya lengua habla, que en absoluto llegaría a suponer para otros un agravio comparativo siendo tan pequeño el gesto que se le pide por más que para nosotros fuera tan importante, pondría a salvo quizás no solo la paz interna de esta nación sino tal vez la propia confianza en el ministerio Papal de no pocos creyentes españoles.
Dices: "Mi patria está en peligro", y en gran parte con participación activa de la IGLESIA CATÓLICA APOSTÓLICA ROMANA. jorobar, es muy simple. ¿Cuando ha desautorizado el papa al separatismo vasco, a ETA, al terrorismo, a Montserrat, a los obispos catalanes todos ellos separatistas?
Nunca. Lo demás son cuentos.