El 95% de la peña que vende espiritualidad son vendemotos. Pueden empezar a ofrecer sus servicios pidiendo la voluntad, incluso a modo trueque o a un precio módico, pero a la mínima que se les sube el éxito y a disparar los precios.
Lo triste es que te lo justifican diciendo que es tema de la abundancia y tal, que en su estado bibracional alto el flujo de clientes que atraen es el que puede pagarlo y se lo merecen por sus santos cojones astrales.
El 5% restante son personas que se mantienen en ofrecer un buen servicio y mejorar en sus conocimientos. Aunque sea su principal modo de vida, ofrecen precios bastante asumibles o incluso ofrecer una parte de ellos de forma gratuita. También, dependiendo de la práctica, pueden ser mas o menos selectivos a la hora de que clientes atender, como que solo acuda gente nueva por recomendación de un cliente de confianza. Tampoco les va a molestar si haces una sesión por hora, y se alarga 10, 20 o 30 minutos por lo que sea, no van a pedir dinero extra por el tiempo extendido.
Yo ya me di cuenta hace años, y huí de ese puto mundillo, porque eso, de 20 personas solo habrá una que vale la pena, quizás ni eso. El resto, una mayoria de borregos etéricos, encabezaos por vendemotos astrales.