Creo que, cuando menos, hay que preguntar y no dar las cosas por sentado sólo porque las diga un médico o cualquier especialista. Lo que ayer era un remedio hoy es un veneno y viceversa. Es posible que lo que se aplique sea lo único que se conoce para dar un tratamiento, pero eso no quiere decir que sea lo mejor en todos los casos ni para todas las personas. Por otra parte, determinados efectos secundarios, aunque te mantengan con vida, pueden no merecer la pena para alguien concreto, según su caso, en función de expectativas vitales que prefiere cumplir, a pesar de acortar su esperanza de vida.
