¿QUÉ HARÁ TRUMP? (I), Felix Rodrigo jovenlandesa

Sigerico

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Reproduzco a continuación el análisis de Felix Rodrigo jovenlandesa sobre TRUMP. Giro de estrategia de EEUU acercándose a RUSIA buscando parar los pies a China , para enfrentarse a CHINA es necesario reforzar los EEUU interiormente lo que pasa por poner freno a la Política de Remplazo Etnico del proletariado Blanco y la demolición del hombre medio ,tambien se pondrá freno a las deslocalizaciones . Tambien freno a la Globalizacion multilateral apoyada en organismo supranacionales y al feminismo. Los Militares y el complejo Militar-Industrial seria el apoyo de TRUMP frente a las élites finaciero -bancarias ( Soros, Rothschield etc) mas partidarias de seguir con el veneno progre a toda maquina. Respecto al aliado Islámico financiado y armado durante décadas por EEUU , los nuevos mandantes de la administración TRUMP lo consideran ya amortizado y procederán a deshacerse del mismo liquidando el ISIS. Un cambio importante pero NO decisivo en lo fundamental , el Capitalismo vira de rumbo pero sigue a toda maquina.

Son tres artículos, Para mas información es el BLOC del autor. No comparto todo el análisis pero me parece muy interesante y digno de ser leído


Esfuerzo y Servicio Desinteresados: ¿QUÉ HARÁ TRUMP? (y III)


¿QUÉ HARÁ TRUMP? (I)


La expectación, en la forma de temor y ansiedad en algunas personas pero en muchas otras expresada como entusiasmo y esperanza, es formidable. Todos sabemos, o intuimos, que la primera potencia mundial está dando un giro a su estrategia, lo que afectará al planeta en su totalidad, también a Europa. Por el momento, la situación está confusa y plagada de interrogantes, también porque en las alturas del poder USA, al parecer, todavía no se ha logrado definir con la suficiente extensión y detalle la nueva línea de intervención estratégica.

¿Cómo podemos saber qué hará Donald Trump? Éste no es más que un instrumento de los poderes efectivamente mandantes, del aparato estatal sobre todo, de manera que sus características personales son un factor subalterno, del mismo modo que lo que ha expuesto en la campaña electoral es sin credibilidad, pues todos los políticos mienten y engañan a su electorado, diciéndole lo que desea oír. Tampoco podemos conocer la línea que va a seguir a través del análisis de los documentos estratégicos básicos que manejan las elites del poder USA, pues son secretos y por tanto no asequibles a la gente común. Nótese que el orden actual es totalitario, no-democrático, dictatorial, y la información realmente decisiva jamás llega al pueblo.

Así las cosas, tenemos que servirnos de tres elementos, el análisis de la situación, para localizar las contradicciones y necesidades objetivas del sistema de dominación estadounidense; lo que se vaya filtrando y llegue a la opinión pública, que será poco, y lo que realice en la práctica el gobierno-Estado presidido nominalmente por Trump. De todo ello lo más importante, cognoscitivamente, es lo primero.

Sí estamos, no obstante, en condiciones de fijar algunos componentes iniciales, determinantes e indudables, sobre la situación.

Primero. La extensión y profundidad de la crisis de la formación social EEUU es ya tan enorme que de no reaccionar ahora acabará perdiendo, a medio plazo, su estatuto como primera potencia mundial[1]. G. Packer lo expone con claridad, no exenta de concesiones melodramáticas que no afectan al meollo de la cuestión, en “El desmoronamiento. Treinta años de declive americano”. Esa es la expresión exacta, desmoronamiento.

Segundo. La gran depresión de 2008/2014 ha sido sobre todo de Occidente, de EEUU y la UE, siendo mucho menos afectadas otras economías, la china casi nada. Ahora hay una bonanza relativa y transitoria, pero cuando retorne un nuevo repunte del caos económico -lo que sucederá en unos pocos años- Occidente puede hasta desintegrarse. Aquella crisis debilitó e incluso destruyó la confianza en el sistema de cientos de millones de personas en EEUU y la UE, creando en ellas un estado de ánimo más favorable a la admisión del ideario revolucionario. Lo por venir lo hará más aún. Desacreditó sobre todo a la política e ideología imperantes en esos años, la progresista, y a sus portavoces y políticos profesionales.

Tercero. El agotamiento, no sólo objetivo sino también subjetivo, del progresismo, en todas sus formas, es enorme y probablemente irreversible, hasta el punto de no servir a la clase dominante ni como fuente de ideas e inspiración de las medidas a adoptar ni como ideología para el manejo y aleccionamiento de las masas. De ahí su enorme crisis.

Cuarto. La ilusión Trump, populista, hoy no es menos irrazonable y descabellada que la ilusión Obama, progresista, hace ocho años, por lo que será ásperamente negada por la realidad en poco tiempo, igual que lo fue la “obamamanía”. Primero porque los poderhabientes USA no están en condiciones de resolver (aunque sí de tratar e incluso paliar o reconducir, hasta cierto punto) los muchos y muy graves problemas de la hora presente, y segundo porque las medidas que van a ir tomando en los próximos años serán agobiantes para la gente de la calle, en lo económico, lo represivo, lo cultural, lo militar, lo policial, etc. El ideario revolucionario ha de distanciarse igualmente del progresismo que del populismo, de la izquierda que de la derecha, avanzando en oposición a ambas, situando en el pueblo, y sólo en él, su meta y sentido.

Quinto. Occidente se adentra, o mejor dicho, se precipita, en una fase de inestabilidad, caos, confusión, cambios radicales, complejidad e impredecibilidad. Trump es un cavernícola vesánico (tanto como lo son la atroz feminista Hillary Clinton y el atildado inútil Obama) pero quienes le apoyan son el sector más sano de la sociedad, aquel que se ha mantenido relativamente apartado del régimen ideológico y político de que se ha servido el capitalismo en el último medio siglo, el bloque progresista exterminacionista. La contradicción entre la gente ingenua y bienintencionada que le sigue, o le vota, y el oligárquico gobierno Trump se irá haciendo más y más tensa en los años venideros, hasta explosionar.

Sexto. Dado que la estabilidad que ha conocido Occidente en los últimos decenios se está convirtiendo en su contrario, habrá más oportunidades para las corrientes, ideas y tendencias revolucionarias, reducidas a casi nada por la presión aterradora de la izquierda y la progresía, que han sido el enemigo principal (financiado desde el poder) de la revolución popular civilizatoria en el último medio siglo. Por tanto, una percepción esperanzada e incluso entusiasta del futuro es la apropiada, salvo para los que desean meramente vivir “mejor”, consumiendo más bajo el actual orden, que se verán enfrentados a crecientes restricciones, cargas, obligaciones y escaseces. El tiempo de la sociedad de consumo es cosa del pasado y en el futuro lo que se anuncia es un orden de penuria y carestía materiales.

Séptimo. La situación es tan volátil y embrollada que se está produciendo una fractura, una grieta, un conflicto, en el seno de las elites mandantes, una parte de las cuales desea continuar con el progresismo y otra parte, ahora ya mayoritaria, quiere liquidar todo eso y poner rumbo hacia un nuevo escenario. Esta lucha en el seno de las minorías mandates tiránicas favorece a las fuerzas de la revolución, al caotizar y debilitar el desempeño político, mediático y de otros tipos del poder constituido

Octavo. El sistema de dominación tiene que hacer ahora frente a sus propias disfuncionalidades, contradicciones, cortoplacismos y costes ocultos. Disposiciones que tomó hace, por ejemplo, cincuenta años le han servido muy bien durante decenios pero ahora, dos generaciones después, demandan que se satisfagan los daños estructurales, a menudo enormes, que han ido creando en el sistema mismo. Éste opera sacrificando el futuro al presente y ahora ha llegado el momento en que el futuro se hace presente, de manera que ya no puede seguir con esa línea de acción.

¿Cuáles son las disfunciones principales del imperio EEUU?, ¿cuáles son sus causas?

La primera de todas es el derrumbe del sujeto medio, de su calidad, funcionalidad y valía. Si no se comprende esto no se puede entender todo lo demás. El desplome de la persona realmente existente significa que ya escasea la gente preparada para atender a las necesidades del Estado, servir en el ejército y la policía y ser mano de obra competente y productiva, y que disminuirá aún más en el futuro. El individuo nadificado -fabricado desde arriba- lo es ya tanto, tantísimo, que su existencia como criatura dudosamente humana, en realidad post-humana, entra en oposición con las necesidades estratégicas fundamentales del orden constituido.

La desintegración del individuo se expresa en todo: enfermedades físicas, drojadicción, disfunciones psíquicas, falta de potencial reproductor, torpeza e inutilidad general, estulticia de masas, asocialidad egocentrada extrema, sobremortalidad, despilfarro a gran escala, irresponsabilidad y amoralidad casi universales, etc. Se espera, con aprensión, una caída drástica de la esperanza media de vida. Eso, en sí mismo y más aún en relación con otros factores, desencadenaría el caos en la sociedad. Sería una repetición de experiencias históricas muy lúgubres, como la crisis del siglo III en Roma, o la crisis del siglo XIV en Europa occidental, verdaderas catástrofes las dos en las que desapareció por muerte prematura un porcentaje elevado de la población[2]. La primera de ellas fue ocasionada por la sobre-extensión del Estado romano y la segunda por la instauración del Estado actual, tras semi-derrotar a la revolución popular altomedieval que se inicia con el alzamiento armado bagauda en el siglo V. Hoy sucede algo similar, pues es la creación de un poder estatal del todo monstruoso, y de un poder empresarial rematadamente despótico e insufrible lo que está literalmente laminando, triturando, al individuo. Muchos millones de personas en EEUU (y en Europa) están ya en una situación en que su vida y supervivencia no quedan aseguradas en el medio plazo.

Las causas últimas de esa situación son la naturaleza colosalmente invasiva del poder estatal y de su perrillo faldero, el empresarial. Cuando el Estado se apodera del 50% o más de la riqueza producida, una buena parte de ella para entregarla a la gran empresa multinacional, ese dinosauro tan autoritario y deshumanizador como senil e incompetente, el futuro se esfuma[3].

¿Las causas, en concreto? Enumerémoslas: la ausencia de libertad de conciencia, libertad política y libertad social, el Estado de bienestar, el trabajo asalariado tecnologizado actual, la pedagogía progresista junto con el sistema escolar y académico, la destrucción de la familia (primero de la extensa y de los lazos de vecindad, luego de la nuclear y finalmente de toda relación interpersonal estable que haga sombra al control estatal absoluto sobre el individuo), la vida en las ciudades-cárceles, la medicalización institucionalizada, la pésima alimentación, la soledad impuesta desde arriba, la guerra de los sexos, la represión del amor erótico heterosexual, la ciega fe en la tecnología, el aleccionamiento mediático, la prohibición de facto de la maternidad y la paternidad, la agricultura industrial en todas sus variedades y la imposición de la mentalidad hedonista, felicista y epicúrea, intrínsecamente inmoral. Hay más por supuesto, pero éstas son las significativas.

La cosa no acaba ahí. La “basura blanca”, o sea las clases trabajadoras de siempre en EEUU, pongamos unos 150 millones de personas, ya no son útiles ni al ente estatal ni a la patronal. Por eso hay un proyecto, nunca expuesto a la opinión pública, por razones obvias, pero cabalmente visible en los hechos, de exterminarlas, de hacerlas desaparecer. Estamos, por tanto, ante la mayor operación de limpieza étnica de la historia contemporánea. La eliminación de poblaciones y etnias enteras ha sido realizada numerosas veces en la historia. Exterminacionista con la población autóctona rural propia de la península Ibérica fue el Estado de la religión del amor andalusí instaurado por el terror a petición de la clase dominante visigoda en el año 711, una formación genocida. Lo fueron también los españoles con los guanches en Canarias, a partir del siglo XV, y con los indígenas de Cuba y otros territorios americanos un poco después. Se efectuó exterminacionismo con las poblaciones indígenas de América del Norte, que eran inhábiles para el tipo específico de trabajo no-libre que se esperaba de ellas, por lo que fueron acorraladas y casi aniquiladas[4], para ser reemplazadas por trabajadores europeos aptos para el laboreo neo-servil, y por trabajadores jovenlandeses habituados al quehacer productivo servil. Éstos lo eran por proceder de sociedades que no habían sido capaces de liquidar la esclavitud, mantenida por poderosas elites autóctonas que primero capturaban a los esclavos entre sus súbditos y luego los vendían en la costa, cargados de cadenas, a los europeos.


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¿QUÉ HARÁ TRUMP? (II)




¿Qué es lo que no agrada y no desea de la clase trabajadora actualmente existente a los poderes políticos y económicos en ejercicio en EEUU? Dos cuestiones, su rebeldía frente a los poderes estatales y su resistencia a admitir las nuevas formas de salariado, cada vez más degradadas en tanto que trabajo. Con la revolución de las comunicaciones y la revolución de los transportes las minorías mandantes disponen de la posibilidad de realizar uno de sus más decisivos sueños seculares, dotarse de unas clases subalternas completamente serviles de forma estructural en lo político, lo religioso, lo ideológico, lo laboral y lo económico. Para ello buscan la extinción de las existentes hasta ahora, su liquidación física como forma de eliminación de una determinada cosmovisión, la que emerge en Europa Occidental de la revolución altomedieval, según el dicho de que “muerto el perro se acabó la rabia”.

La meta es sustituir a esa clase, el viejo proletariado estadounidense, por pagapensiones, tan aculturados, atomizados, aterrorizados, desestructurados y desorganizados (como grupo y como personas) que se adapten dócilmente a las nuevas formas mega-degradadas de salariado, que acepten sueldos perversoss y, sobre todo, condiciones de existencia y trabajo abyectas, peores que las de los esclavos de la Antigüedad. Pero eso no es todo. Desean que esa nueva clase laboral sea al mismo tiempo ilimitadamente sumisa en lo político, que se doblegue y supedite al ente estatal como deidad todopoderosa, que se reduzca a dejarse gobernar, manejar, de un modo y con un ánimo dócil y sumiso al completo, no como las clases populares autóctonas, que han sido durante siglos (hoy mucho menos) causa permanente de revueltas, motines e incluso revoluciones.

En EEUU el proceso de extermino de la veterana clase obrera se ha ido ya realizando en los últimos decenios sometiéndola al acoso de las jaurías exterminacionistas del progresismo y la izquierda, financiadas todas ellas por el Estado. Como dijo Hillary Clinton los “racistas, xenófobos, machistas, homófobos e islamófobos”, esto es, los hombres y mujeres de las clases populares, tienen que ser perseguidos y linchados, lo que muestra quiénes componen las bandas exterminacionistas (formadas, entrenadas y financiadas sobre todo en las universidades), en primer lugar el feminismo, luego el racismo oscuro, después los gayses y lesbianas y finalmente (para EEUU, no para la UE) los fieles a la religión del amor.

Estos grupos, todos ellos fomentados y organizados desde el poder, llevan muchos años atacando a los trabajadores para destruir su autoestima, excitar el autoodio y forzarles a numerosas formas de suicidio, directo e indirecto, y muerte prematura aceptada. El paso siguiente debe ser marginarlos al completo como modo de liquidarlos en tanto que grupo humano, sustituyéndoles por emigrantes, a poder ser fieles a la religión del amor, que llegan habituados a someterse y obedecer, lo que es magnífico para los poderes constituidos, pues no se olvide que islam significa “obediencia”. Por eso el gran capital alemán, tormento y verdugo de Europa toda, ha metido en su país sólo en 2016, más de un millón de pagapensiones fieles a la religión del amor. Como en tiempos de los nazis la fascistización de Europa hace necesaria su islamización.

Una masa laboral infinitamente obediente, sumisa, entregada al poder constituido, es una necesidad apremiante para el nuevo capitalismo multinacional. Con ella espera resolver el “enigma de la productividad del trabajo”, es decir, el estancamiento de los rendimientos laborales en las empresas desde finales de los años 60 del siglo XX, a pesar de la incorporación de sucesivas tandas de tecnología[1], lo que se explica por la hostilidad persistente y multiforme de los trabajadores al salariado neo-esclavista hiper-tecnologizado, comportamiento que surge de los fundamentos mismos de la cosmovisión peculiar y propia de la cultura occidental[2]. Ésta ha entrado hace mucho en colisión con el capitalismo de última generación, multinacional, además de con el Estado hipertrofiado actual. La solución que acarician éstos es destruir la base étnica de tal resistencia, sustituyendo a la población autóctona por la emigrante, en particular por la musulmana, habituada a obedecer y a someterse de un modo excepcionalmente efectivo y rotundo, dado que en sus sociedades ni siquiera existe la noción de libertad individual ni de libertad colectiva ni de libertad política ni de libertad civil, y mucho menos la de libertad de conciencia.

Pero este proyecto genocida, apoyado con furor por la izquierda y las jaurías, tiene graves inconvenientes para el poder constituido. El primero es que quienes van a ser exterminados se resisten. De hecho, la resistencia al feminismo, el principal vector exterminacionista en EEUU, es ya tan fuerte (en mujeres quizá más que en hombres) y está tan extendida que ha estado a punto de producirse un alzamiento popular contra él, de manera que Trump ha intervenido para evitarlo, encauzando el descontento popular por vías institucionales y parlamentaristas. Lo mismo, aunque menos, con el racismo oscuro, particularmente militarista y codicioso.

El segundo es que si se otorga un trato tan despiadado a esas gentes es imposible que proporcionen soldados de una mínima calidad, en un momento en que el enfrentamiento militar con China se sitúa a la vuelta de la esquina. Porque, aunque hoy el ejército de EEUU, que es el meollo del poder imperial USA, está formado en una proporción excesiva, en relación con su porcentaje poblacional, de personas de color, feministas y gayses, los novísimos lansquenetes del capitalismo multinacional yanki, numéricamente son insuficientes en términos absolutos. Así pues, Trump tiene que intervenir para que los intereses políticos y militares sean tenidos en cuenta, de manera que no sea sacrificado todo a la codiciosa voluntad empresarial de disfrutar de una nueva clase trabajadora mega-esclava.

Lo que hay en este asunto es, en realidad, un dilema para el poder imperial yanki, que no puede atender a dos metas discordantes a la vez. La situación ha empeorado para aquél debido a que China, su verdadero rival, no está desfondándose en lo económico y social sino que mantiene su vigor económico y financiero casi intacto, mientras que EEUU decae día a dia. Por tanto, en la perspectiva de un choque militar, o de un sistema de nueva guerra fría, a imitación de la que libró contra la Unión Soviética, el Pentágono, que es el principal poder de facto en EEUU, exige moderar e incluso suspender por un tiempo la estrategia de exterminio de la vieja clase obrera. Eso requiere no sólo poner el cubreboca a las jaurías y dejar de lado diversos proyectos de ingeniería social sino tomar, tal vez, un conjunto de medidas económicas (reforzar la base industrial del país reduciendo las deslocalizaciones, etc.), demográficas, culturales, poblacionales y otras.

China es el enemigo. La orientación de mantener a este país centrado en llevar al mercado mundial productos baratos mientras EEUU, Europa y Japón se especializan en bienes de alto valor añadido ha resultado un fiasco, pues China ha logrado burlar tal proyecto y está a punto de ser la primera potencia tecnológica, por tanto, la muy posible primera potencia militar del planeta en sólo un decenio. Esto ha originado pánico en las elites yankis, y la consecuencia es Trump.

La línea estratégica para derrotar a China ahora se concreta en buscar la alianza con Rusia, que no es rival en lo económico, sólo en lo militar y precariamente por su endeblez productiva y financiera. Con Rusia al lado, y con Japón de aliado, China puede ser volteada. Pero eso significa entregar a Europa a la avidez imperial de Rusia, que es el pago que ésta exige para alinearse con EEUU. Esta es la razón, una de ellas, por la cual Trump está siendo recibido en la UE con una tempestad de insultos y calumnias. En particular, Alemania siente temor ante la retirada de EEUU de Europa, lo que la dejaría en una frágil situación ante Rusia.

Trump exige que la UE eleve su gasto militar hasta el 2%, más del doble del actual, si quiere defenderse, pero esto será una carga más para la debilitada economía europea, por no hablar de su exhausta demografía, su mayor punto débil. Trump se va a replegar estratégicamente en Europa, dejándola abandonada a su suerte, para centrase en el Pacifico y Asía, que es donde hoy se disputa el futuro de la hegemonía imperial mundial. Así las cosas, la UE se convertirá en una potencia cada vez menos relevante, lo que tendrá una derivación económica decisiva. Europa hoy es, en todos los aspectos, el pasado, salvo que se reinvente con la revolución popular, como hizo en la Alta Edad Media.

En todo ello hay un cambio de estrategia. Hasta ahora el plan general era una alianza entre EEUU, UE y el islam para cercar y vencer a China, entregando Europa a éste, como compensación y para realizar la sustitución étnica, la limpieza racial. Recordemos el discurso de Obama en El Cairo en junio de 2009 ante la plana mayor del clero islámico suní, que vino a revalidar la alianza estratégica entre las élites occidentales y la clerecía islámica mundial suscrita en 1945, que a su vez actualizaba el pacto secreto firmado en el siglo XIX, gracias al cual, entre otros muchos servicios de dicho clero al imperialismo de Occidente, Franco pudo reclutar 100.000 fieles a la religión del amor y prevalecer en la guerra civil. Pero los acontecimientos de Siria han manifestado que el clero de la religión del amor suní es mucho más débil de lo que EEUU suponía, además de ser un aliado poco fiable. Esto ya se puso de manifiesto en los sucesos de 2001, cuando Los Saud de Arabia (o al menos una fracción de ellos) atacaron a EEUU con los atentados de septiembre, convencidos de que podrían derrotarlo, acto que fue mero voluntarismo irracionalista, un enorme error estratégico alentado y dirigido por Bin Laden, aquel multimillonario violento que tenía el cerebro colapsado por un exceso de religiosidad.

Los cambios estratégicos en este terreno se iniciaron hace años, aunque dubitativamente, buscando la alianza con el islam chií, con Irán y algunos de sus satélites, lo que es ya una sólida realidad. Pero sobre todo, con la llamada “revolución energética” de USA que, por sus consecuencias últimas, es una ruptura implícita con el clero islámico planetario, al reducir notoriamente los ingresos de las petromonarquías de extrema derecha. De todo ello puede salir una crisis sin precedentes de esa religión, ya sometida a una exposición, tensión y riesgo enormes, que puede entrar en estado de desarreglo no tardando. Si no lo ha hecho ya es por el descomunal apoyo del imperialismo occidental, que la mantiene y alienta de un número enorme de formas y maneras. Pero el futuro de los Saud es probable que se asemeje mucho al de la familia Gadafi, sobre todo si Trump da vía libre a la billonaria demanda que les han puesto los familiares de las víctimas del 11-S. Pero, ¿lo hará? Obama empezó la ofensiva apoyando bajo cuerda a los rebeldes del Yemen, lo que ha llevado a una guerra en que Arabia se está desangrando.

Siria ha manifestado no sólo la torpeza y debilidad de EEUU sino la endeblez del aparato clerical suní, incapaz de mover a escala mundial más que a unos miles de combatientes. Parece cierto que la gran mayoría de las personas que viven en los países de religión musulmana no siguen al clero en aventuras militares, sólo lo hace una reducida minoría. EEUU ha sido derrotada en Siria, quedando Rusia como vencedor. Además, las fuerzas islamofascistas suníes financiadas por EEUU han demostrado ser altamente disfuncionales, permanentemente enzarzadas en sangrientas disputas intestinas por poder y dinero e incapaces de unirse, con escasa capacidad combativa y sólo buenas para hacer matanzas que ponen en evidencia a sus padrinos, en Occidente EEUU, Inglaterra y Francia, en el islam los Saud, Qatar y el clero islámico europeo ligado a los servicios secretos, una buena parte de él. Así pues, Trump expresa su limitado interés por un aliado que además de ser incompetente y débil crea problemas de todo tipo. De ahí su “islamofobia”. En consecuencia desea estrechar lazos con el Estado sionista, lo que será un varapalo para los amplios sectores del pueblo palestino que se han vendido al islamofascismo, perdiendo con ello toda autoridad y legitimidad frente al sionismo.

El asunto del Estado Islámico ha sido un descrédito enorme para el progresismo y el feminismo mundial. Constituido por el par B. Obama-Hillary Clinton, o sea, por el poder oscuro progresista y el poder feminista de EEUU, ha resultado ser tan monstruoso como torpe, desleal y disfuncional. Mientras EEUU deseaba que derrotase a Assad, por tanto, a los rusos y a los iraníes al mismo tiempo, lo que hizo fue asentarse en determinados territorios para crear un despotismo de la religión del amor propio, siguiendo las orientaciones de los Saud. Sus maldades y carnicerías han puesto en evidencia, al mismo tiempo, al islam, haciendo que millones de personas, no fieles a la religión del amor y fieles a la religión del amor, empiecen a comprender la verdadera naturaleza de esa religión, lo que entorpece en mucho el proyecto de islamización/fascistización de Europa (el de Hitler y los nazis, adoptado hoy con escasas alteraciones) que Alemania y sus cipayos locales (Mariano Rajoy en nuestro caso, en esto respaldado por Pablo Iglesias) desean efectuar.

Que el par progresismo oscuro-feminismo militante haya sido capaz de crear, financiar y equipar un grupo fascista clerical de unos 40.000 efectivos armados manifiesta la verdadera naturaleza del progresismo contemporáneo, una forma de totalitarismo, una nueva expresión de fascismo, en la forma de fascismo de izquierdas[3]. Hay que retroceder hasta las andanzas de los jémeres gente de izquierdas en 1975-1979, los comunistas que mataron a 1,5 millones de personas en Camboya, para encontrar algo similar. Es coherente que Hillary, feminista de toda la vida, haya puesto en pie a un régimen de terror tan extremo que es capaz de quemar vivas a 19 mujeres iraquíes en junio de 2016 por negarse a tener sesso con gerifaltes del Estado Islámico, esto es, con los amigos, protegidos y aliados de Hillary. Sin duda, quemar vivas a 19 mujeres es muchísimo más que los “micromachismos” que preocupan a los y las discípulas locales de la jerarca yanki.

Llegados a este punto de perfidia y disfuncionalidad el progresismo y sus jaurías entran en regresión. Y llega Trump con una nueva estrategia. Una vez que los mayores poderhabientes yankis están alcanzando la conclusión de que el poder islámico mundial sólo puede ser, dado su elevado grado de decadencia, fragmentación, alejamiento de la realidad, limitado apoyo popular e incompetencia persistente, un peón secundario que a menudo ocasiona más problemas que aportaciones a la contienda por la hegemonía mundial en las nuevas condiciones, hay que variar de doctrina estratégica[4].

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finalmente copio también la tercera parte

¿QUÉ HARÁ TRUMP? (y III)



¿Será Trump proteccionista?
Los dogmáticos del libre comercio y la mundialización no desean ver los problemas tan colosales que está creando todo aquello en los países industrializados. La globalización de la economía hace que los países ricos se vuelvan más ricos y los pobres más pobres, y que los pobres de los países ricos se hagan casi tan míseros como los de los países pobres. Una muestra de ello es Alemania, que se ha hecho poderosísima económicamente gracias al desarme arancelario propio de la UE, mientras que España y los otros países medianos cada día están más debilitados[1]. ¿Pasará Trump a “proteger” la industria nacional con medidas eficaces? A mi entender lo hará sólo de manera puntual y muy insuficiente, pues la economía mundializada, en la que una empresa adquiere sus componentes en docenas de países, vende sus productos a otras varias docenas e invierte sus ganancias a muchos otros, no lo permite. Es este un asunto sin solución dentro del capitalismo. Por tanto, los salarios de los países ricos, junto con la totalidad de sus condiciones materiales de vida, seguirán descendiendo hasta equipararse a los de la mano de obra de China, India, Bangladés, etc. Es lo que se ha llamado la instauración del modelo chino de economía en todo el planeta. Para imponerlo en España ha sido creado Podemos desde arriba. La transición puede quedar culminada en unos quince años.

La mundialización del par formado por la gran empresa y el Estado es un acontecimiento que está por encima de lo que Trump y el aparato de poder yanki puedan planear y realizar. Sólo una gran revolución popular integral será capaz de situar lo local, lo próximo y cercano en el centro de la vida de los seres humanos. EEUU es el país más beneficiado por la mundialización, así que ¿se va a oponer a ella retornando a proteccionismos decimonónicos y a nacionalismos del siglo pasado? El futuro deseado por las minorías con poder es un planeta sin fronteras para que quienes mandan puedan hacerlo desde un solo centro de poder, en el imaginario de la aristocracia de EEUU situado en su propio país. Por eso han diseñado un mundo con una economía globalizada y un Estado-Estados unificado, con el inglés como lengua y el islam como religión. Sólo la lucha de los pueblos puede evitar que ese proceso culmine y que luego sea revertido en lo que haya avanzado.

¿Expulsará masivamente a los emigrantes y levantará un muro con Méjico? En este asunto la hipocresía del progresismo es ilimitada, pues quien realmente alzó el muro, que ya existe, es Bill Clinton, a la vez que Obama ha deportado entre 2 y 3 millones de pagapensiones en cada uno de sus dos mandatos. La creencia de que “la extrema derecha” y “el fascismo” son contrarios a la inmi gración es una de las muchas mentiras oficiales en circulación. Los nazis llevaron a su país unos 7 millones de trabajadores extranjeros, entre prisioneros de guerra y voluntarios de países amigos u ocupados, y gracias a ellos, a los emigrantes, mantuvieron abastecida hasta el último día su máquina de guerra. Es básico saber que aquellos que emigraron voluntariamente a Alemania a trabajar fueron considerados como colaboracionistas con los nazis, y tratados como tales a todos los efectos. Lo cierto es que ningún país capitalista puede dejar de expoliar mano de obra a los países pobres pues en ello radica lo fundamental de su prosperidad. Los defensores de la emigración se sitúan en el mismo lugar que los antiguos traficantes de esclavos. Y en el mismo lugar que los nazis, que llenaron Alemania de emigrantes para fortalecerse, hacer la guerra y realizar la prosperidad del capitalismo germano.

Trump en esto será continuista con Obama. Hará con estruendo y fanfarria, para satisfacer a sus electores, lo que aquél hizo de tapadillo e hipócritamente. Probablemente, regule con más rigor el flujo de la mano de obra, adecuándola a las necesidades de la economía, pero expulsar de forma expeditiva a los emigrantes es algo impensable e imposible, que nadie desea ni demanda, salvo si se pretendiese paralizar y arruinar al país.

Lo mismo cabe exponer del supuesto “racismo” de Trump. Teniendo en cuenta que los personas de color están sobrerrepresentados en el ejército y los cuerpos policiales, siendo una parte decisiva de ellos, y considerando que el imperio necesita ahora más que nunca reforzar los aparatos castrenses, ¿va a implementar el nuevo presidente una medida tan debilitante del orden militar yanki como la de marginar a las minorías étnicas? Tales acusaciones son paparruchas calumniosas sin base. Lo mismo puede decirse del carácter “misógino” de Trump. El ejército depende en buena medida de las feministas (explícitas e implícitas) que se han alistado, y la economía del país se sirve, por encima del 50%, de mano de obra femenina, así que en esto también habrá continuismo. Lo que sí es probable que haga Trump es parar los pies a los racistas personas de color, que se han ganado el aborrecimiento general, incluidos los personas de color decentes, no racistas, que se sienten indignados con el rápido enriquecimiento de los primeros gracias a su discurso victimista, rebosante de revanchismo, ignorancia y locura, el cual desacredita y daña a la totalidad de la comunidad negra. Cuando personas de color y mujeres son una parte conspicua de los altos funcionarios, los mandos del ejército, los jefes de la policía, las estrellas de la industria del entretenimiento y la elite empresarial creer que se pueden aplicar criterios de principios del siglo XX es equivocarse del todo.

Lo mismo hará, seguramente, con el feminismo, que al enfrentar a hombres y mujeres socava la unidad nacional, necesaria para librar la gran guerra contra China, además de que la sinrazón neo-nancy y neo-patriarcal del feminismo ha tocado techo y la gran mayoría de la población, sobre todo las mujeres, espera que reciba su merecido. Pero el feminismo le es imprescindible al sistema de dictadura vigente, para poder enfrentar a hombres y mujeres, lo que es parte sustantiva del aparato de dominación. Si el islam es el más eficaz régimen de dictadura y liberticidio de la historia de la humanidad se debe en gran medida a la segregación radical por sexos que realiza, aunque es verdad que eso tiene costos económicos formidables, lo que tiende a explicar la pobreza y atraso de las actuales sociedades islámicas sin petróleo. Por tanto, el feminismo, en tanto que neo-funcionariado espléndidamente financiado por el poder constituido, continuará en sus labores de enfrentamiento y escisión en EEUU (y en Europa), aunque inicialmente Trump quizá le embride y contenga un poquito. Lo cierto es que está tan corrompido, enfrentado con las clases populares y vacío por dentro que si le quita aunque sólo sea una parte de las prebendas y subvenciones se vendrá abajo. Y eso no es bueno para el sistema. Para Trump tampoco.

El peligro para las mujeres no viene tanto de Trump como de la alianza, ya existente de facto, entre feminismo e islam. La islamización de Occidente, de realizarse, no llevará a enterrar a las mujeres en el hogar, o en el harén, sino a usarlas como mano de obra esclava, o semi-esclava, en fábricas y empresas especialmente preparadas para ellas, como ya se está empezando a hacer en Arabia de los Saud. Esas factorías concentracionarias de siervas con velo, obligadas a realizar jornadas de trabajo agotadoras en unas condiciones laborales espantosas y a cambio de salarios que controlarán sus maridos o autoridades masculinas pertinentes, resultarán de la islamización de la UE, dirigida por una mujer, la alemana Ángela Merkel. Hoy el islam es superestructura de un capitalismo muy agresivo, de manera que hará con las mujeres lo que aquél requiera y necesite, aportando, sin duda, el toque sangriento del patriarcado más severo.

Las mujeres de las clases populares de EEUU y la UE son las perdedoras netas en todas las operaciones en curso entre las superpotencias. Por eso tienen que ser ellas, las mujeres, las que estén en la primera fila de la resistencia, la movilización y la acción ofensiva. En la clase mandante occidental hay ahora una duda, una vacilación, sobre si retornar al viejo patriarcado bajo nuevas condiciones, con la islamización/fascistización, o establecer definitivamente un nuevo patriarcado a cargo del Estado feminista. Pero también puede escoger una fusión de ambas opciones, en realidad muy próximas. Trump no se ha definido hasta ahora sobre esta determinante cuestión, pero en los próximos años veremos qué sucede.

¿Reducirá Trump el volumen del Estado y limitará el gasto estatal? En esto ha sido muy ambiguo y cauteloso siempre pero la situación indica que no lo hará, más bien al contrario. Sí se ocupará de reestructurar la forma concreta de efectuar dicho gasto, intentando que sea más efectivo y reduciendo en algo el parasitismo, pero con medidas cuyos efectos prácticos serán insignificantes o nulos. El Estado de EEUU necesita más y más poder, en el interior y en el exterior, de manera que los costes y gastos de dominación continuarán creciendo. Quienes se dicen liberales, muchos de los cuales respaldan a Trump, son tan hipócritas como los estatólatras de la izquierda, pues no puede haber contracción del volumen y el costo del ente estatal sin aceptar que su capacidad para dominar a las clases populares tiene que empequeñecerse. Los liberales nada dicen sobre disminuir la policía, bajar los gastos militares o renunciar a rescatar a las grandes empresas privadas en bancarrota, de manera que deberían poner sordina a su demagogia.

Roma (y el imperio romano por tanto) pereció cuando la expansión del Estado llegó a ser tan colosal que la sociedad ya no podía hacer frente a unas cargas fiscales y tributarias descomunales, ni con personas (mano de obra y soldados) ni con bienes. EEUU transita por el mismo camino. Para vencer a China tiene que expandir los gastos militares, improductivos económicamente, lo que pudre y malea su economía, pero sin imponerse bélicamente al país asiático no puede mantenerse como gran potencia planetaria, tampoco en lo económico. Esa es su contradicción interna fundamental y su tragedia.

¿Resolverá Trump lo que se ha llamado “el desastre fiscal de Estados Unidos”? No lo creo, pues el endeudamiento continuado del ente estatal es la medida de su capacidad creciente para mandar y dominar, para imponer y reprimir, para adoctrinar y manipular. Puesto que nadie, en las alturas del poder, desea que el Leviatán dé un paso atrás, los gastos seguirán creciendo y creciendo, al mismo tiempo que la base productiva de EEUU mengua, sobre todo en términos reales, porque cada vez pesan más en el cálculo del PIB las actividades especulativas, puramente financieras y nominales, que no son riqueza verdadera. Así pues, si los ingresos declinan y los gastos aumentan, en particular para militarizar la sociedad, las cuentas del fisco no van a mejorar, todo lo contrario. EEUU, su ente estatal, seguirá gastando mucho más de lo que ingresa, mucho más.

Ciertamente, aún no sabemos cuál será la estrategia que va a seguir EEUU para librar la guerra con China. Quizá el asunto se aclare en los próximos meses. Lo que sí podemos tener por seguro es que Trump va a militarizar EEUU, no sólo reforzando y ampliando el aparato castrense sino organizando militarmente la vida social toda.

¿Invertirá Trump en infraestructuras?
Sí, porque en esto EEUU está bastante mal. Pero sólo lo mínimo necesario para que el país no se colapse. ¿Podrá evitar una nueva crisis económica, que será devastadora? No, y tal crisis llegará en unos pocos años, seguramente bajo su presidencia. ¿Será policialmente represivo? Sin duda, mucho o muchísimo, de tal manera que la lucha contra la represión y el Estado policial tiene que ser una de las actividades populares más comunes, aunque no dentro de la línea del progresismo burgués sino desde el proyecto de revolución integral. ¿Pondrá coto a la demencia que convulsiona a las universidades, convertidas en bastiones del totalitarismo y fascismo progre? Veremos. Quizá sí, algo. El universo académico es hoy el centro de la reacción, el espacio de las jaurías, donde se organiza la agresión permanente a las clases populares. Las universidades crean muy poco, y las cátedras entregadas a las religiones políticas hace bastantes años que no suministran más que consignas, amenazas, llamamientos a censurar, violencia y gritos de repruebo. Se han quedado, además, anticuadas y seniles, atrapadas en una fase estratégica previa, de las que alguien debería sacarlas.

Conviene enfatizar que si el problema central es la degradación de la persona, el sujeto agente causal es el poder constituido, que lleva más de medio siglo entregado a la tarea del envilecimiento y encanallamiento programados de los individuos de las clases populares. La conversión forzada a la maldad, en todas sus formas, de la gente de la calle, de las masas, ha permitido al poder constituido USA acaparar un grado de dominio descomunal. Pero ahora, dos generaciones después, los seres nada que ha construido ya no sirven para las tareas de sostenimiento del poder del Estado y la buena marcha de los negocios. Al destruir al pueblo se ha destruido a sí mismo. ¿Hará algo Trump para mejorar la calidad de la persona media en EEUU? Probablemente sí, conforme a sus fines. Pero no podrá lograr resultados concluyentes ni estables, pues ha sido sobre todo el Estado, el Leviatán bíblico, quien ha demolido y encanallado al individuo, de modo que la causa del mal no puede ser su solución.

El ente estatal, llevado por la lógica de maximizar su poder de mandar y dominar, segrega constantemente factores de descomposición de la comunidad popular y del individuo. Por eso no puede haber una vida moral bajo su dictadura, ni puede actuarse éticamente, ni hay lugar para una existencia sustentada en valores trascendentes. Y cuanto más poder tiene el Estado mayor es la degradación del pueblo. Trump ni siquiera se ha referido a la recuperación moral de la sociedad estadounidense… Pero sin una revolución ética que acompañe y complemente al resto de los cambios objetivos y subjetivos necesarios no puede haber superación del actual estado de cosas.

Hemos llegado al final. No nos quedemos en la pregunta, “¿qué va a pasar?” sino que demos un paso más y nos hagamos también esta otra, “¿qué voy a hacer?, ¿qué vamos a hacer?”. Responder a estas últimas preguntas demanda diseñar toda una estrategia. Lo haremos.
 
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Vamosya

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¿Podrías poner el enlace? ¿Y comentar algo del autor, para los que no lo conocen?
 

Sigerico

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Y a este quien le paga?

Felix Rodrigo jovenlandesa ataca al Estado , al Capital , a la derecha y a la izquierda , yo creo tras seguirlo durante años que es independiente por eso sus excelentes libros no se pueden encontrar en el FNAC o El Corte Ingles, por eso no lo invita a sus tertulias ni la COPE ni la SECTA.
 

frangelico

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Parece bastante probable mucho de eso .


Desglobalizar de verdad es imposible y habrá cosmética.

a Rusia le caerá en premio tener manos libres en el Bático y Ucrania: es el sacrificio que deberá hacer Europa, porque no veo a Rusia invadiendo Suecia ni Alemania; pero tampoco dejando que su "Lebensraum" vecino sea pisoteado
Lo siento por lo bálticos pero me temo que mucho futuro no tienen. Claro que tampoco pilinguin va a ser eterno , ya ha sobrepasado la edad a la que casi todos los rusos1 mueren de cáncer.
Alemania tendrá que saber jugar sus cartas , Schröder ya estuvo en muy buenos términos con Rusia y fue USA quien impuso a Merkel el enfrentamiento menso . para Europa el rearme necesario para cubrir su defensa no es tan alto , casi todo lo que ha gastado la OTAN desde 1990 ha sido para dar de baja de la suscripción de la vida por puro vicio y a ordenes de la.la mafia petrolera, no por ayudar a Europa (destruir Libia no parece una brillante operación defensiva)


Habrá incluso contradicciones en la política migratoria porque sI USA lograse el milagro de mantener la fuerza del dólar y reducir las importaciones, al crearse más empleo aparecerían en los Estados del SO demandas de mano de obra barata que solamente puede venir de donde ya sabemos .


Y lo mismo en la militar: Trump a la vez ha criticado a las mafias extractivas y prometido "rehacer el ejército " justo cuando el país está en récord histórico de gasto militar
Si lo incrementa aún más será para fabricar más armas y dar lo suyo al complejo militar -industrial , porque falta no le harán si se repliega de Europa.
Al menos va ser algo nuevo, en algunos aspectos , lo que veamos .
 
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davitin

Será en Octubre
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Felix Rodrigo jovenlandesa ataca al Estado , al Capital , a la derecha y a la izquierda , yo creo tras seguirlo durante años que es independiente por eso sus excelentes libros no se pueden encontrar en el FNAC o El Corte Ingles, por eso no lo invita a sus tertulias ni la COPE ni la SECTA.
Pues atacando a todo el mundo por sistema no se consigue nada, mas que intentar ser polemico por que si, sin mas.
 

Vamosya

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Me he leído los artículos que comentas y como buena teoría de la conspiración es interesante, pero algunas cosas me gustaría saber de donde las ha sacado. Por ejemplo, en el capítulo II de qué hará Trump habla de

Recordemos el discurso de Obama en El Cairo en junio de 2009 ante la plana mayor del clero islámico suní, que vino a revalidar la alianza estratégica entre las élites occidentales y la clerecía islámica mundial suscrita en 1945, que a su vez actualizaba el pacto secreto firmado en el siglo XIX, gracias al cual, entre otros muchos servicios de dicho clero al imperialismo de Occidente, Franco pudo reclutar 100.000 fieles a la religión del amor y prevalecer en la guerra civil.
¿Qué pactos son esos, incluido el secreto firmado en el siglo XIX?

Por lo demás, es de agradecer que no haya mencionado (creo) ni a Israel ni a los judíos, tan alucinatoriamente sobredimensionados en este foro (con seguidores de los chorroprotocolos de Sion incluidos).
 
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Asdrúbal el Bello

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en la Porra
Pensar que Trump es instrumento de algo o alguien es no enterarse de nada.

Trump es un fruto descontrolado del populismo estadounidense. Que los establishment militares y de inteligencia de EEUU y Reino Unido se estén reorganizando para intentar fagocitarlo y digerirlo es una cosa. Que haya alguien detrás otra. Washington ahora está como pollo sin cabeza, Londres recogiéndola del suelo y Berlín asomándose en la cuna pidiendo que le cambien los pañales.

pilinguin y Li Kegian esperan tranquilos.

 

Funciovago

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Muy bueno lo de Hillary, es Hillarante ver a las feministas radicales defender la libertad de la mujer y la religión más machista de la tierra al mismo tiempo, eso deja bastantes claras sus intenciones que son ni más ni menos que la esclavitud de la mujer blanca, tener a la mujer currando 10 meses solo para pagar impuestos, mientras las moras se quedan en casa rascándose el cachopo viviendo de lo que aportan las primeras.
 

Sigerico

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Me he leído los artículos que comentas y como buena teoría de la conspiración es interesante, pero algunas cosas me gustaría saber de donde las ha sacado. Por ejemplo, en el capítulo II de qué hará Trump habla de



¿Qué pactos son esos, incluido el secreto firmado en el siglo XIX?

Por lo demás, es de agradecer que no haya mencionado (creo) ni a Israel ni a los judíos, tan alucinatoriamente sobredimensionados en este foro (con seguidores de los chorroprotocolos de Sion incluidos).

No se ha que pactos se refiere el autor por que Sigerico no es FRM , lo que si es públicamente conocido son los pactos tras el abandono del Patron Oro por Nixon en 1973 entre Arabia Saudi y sus satélites con EEUU por los que el Petroleo se vendería en Dolares respaldando asi el uso internacional del Dolar para adquirir petroleo y convirtiendo de facto el petroleo saudi en el respaldo del Dolar y consecuentemente del poder de la FED . La " joint venture " del terrorismo islamico vino después como la "invasion" de los refugiados.

El mensaje de fondo es valido; el ISLAM ES UN ALIADO DEL CAPITAL INTERNACIONAL Y DE EEUU
 

ProfePaco

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como lectura para reflexionar...está muy bien.


Peeero. Trump ha ganado con un discurso esperpéntico. Y la candidata oficial era Clinton.

¿cómo se como eso?
¿estaba todo preparado?
anda ya
Precisamente los que han votado a trump no son los más aleccionados.

Eso sí...que vienen tiempos interesantes, y que la invasión musulmana de Europa es un arma para que dejemos de ser el niño mal criado del mundo...eso ya lo saben hasta las charos...
 

Mineroblanco

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La mayoría de los países occidentales se están endeudando cada vez más para financiar sus déficits públicos y comerciales. Eso a largo plazo no es viable, no se puede financiar. Y para poder competir con los países industrializados, no sólo con China, tendrían que reducir muchísimo los sueldos de sus funcionarios y obreros, de la gran mayoría de la gente, y eso no parece posible. No me imagino a un médico de la SS aceptando cobrar 900 euros al mes.
Sobre la situación política mundial yo creo que la alianza de Rusia y de China continuará, aunque Rusia no creo que apoye todo lo que haga China, los aliados no tienen siempre los mismos intereses. Para USA el problema que conlleva un enfrentamiento comercial con China es que ese país es uno de los principales acreedores de USA, y si el gobierno de USA establece unos elevados aranceles a las exportaciones chinas, China puede dejar de comprar títulos de la deuda pública de USA.
Sobre los pagapensiones como fuerza militar al servicio de la élite económica, los extremistas fieles a la religión del amor pueden servirles para eso, los progres son incapaces de asaltar una trinchera.