Ilusionado
Madmaxista
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Antes de que me empecéis a tirar los cuchillos, dejadme razonar un poco la situación.
Estamos viviendo una etapa de crispación, agitación, radicalismos, extremismos, polarización..usad el sinónimo que queráis). Tanta política de bloques y de bandos no nos va a llevar a nada bueno. Si a una olla a presión le añadimos más agua de la que ya tiene...lo único que puede hacer es explotar. Pues eso mismo puede pasar con España. Si ahora mismo, a febrero de 2019, la cosa está bastante polarizada, no me quiero ni imaginar lo que podría pasar si alcanzara el poder la última fuerza extremista que queda por aparecer (VOX...con apoyo del PP). No me lo quiero ni imaginar. Sería echar más leña al fuego.
Creo que todavía estamos a tiempo antes de llegar al punto de no retorno. En un contexto así de agitado, el ciudadano responsable debe votar, ya no por convicciones políticas, sino por una cuestión de ética de estado. El deber de todos nosotros es destensar la situación, contribuir a que el ambiente se relaje, a que el contexto se calme, a que los extremismos (de ambos lados), pierdan fuerza. Vamos a quitar presión a la olla, antes de que estalle. ¿Y cuál es la mejor manera? Evadir los extremos, y votar opciones que están en el centro del espectro político, y os guste o no, el PSOE, junto con Ciudadanos, es la única fuerza que está más alejada de los extremos. Ante una situación que ya está muy delicada, no podemos avivar el fuego. Hay que hacer un esfuerzo por desinflar el suflé, y votar, aunque no se corresponda con nuestros patrones ideológicos, un partido lo más central y equilibrado posible.
Imaginad que por algún casual VOX toca poder. La tensión social crecería de manera alarmante: huelgas, manifestaciones, los catalanes volverían a desobedecer, los vascos también avivarían su conflicto, habría más posibilidad de altercados debido a la movilización, los sindicatos también meterían mucha presión, Podemos invitaría a no respetar el orden, mucha inseguridad, los medios de comunicación también se levantarían, el ambiente en el congreso sería muy crispado, en lugar de hacer leyes en pro de España, la legislatura sería una batalla campal...la gente estaría triste, muy desanimada, perdería la ilusión.
¿Vosotros creéis que España se merece eso? Yo no sé si VOX lo haría bien o no. Sin embargo, la gente (al menos la sociedad española) no está preparada para esto. Una parte importante de la población se sentiría molesta y se crearía un ambiente de hostilidad terrible, que podría desembocar en algo muy rellenito. Recordad los años 30 del siglo XX. Nadie querría algo así. Un gobierno de VOX sería ingobernable (valga la redundancia), más que nada porque una parte importante de la sociedad no permitiría ciertas medidas. Al final, la gente se dedicaría a mostrar repruebo, y no se harían reformas de gran calado, ya que la presión social sería muy fuerte. Un gobierno de extrema derecha generaría mucho repruebo (aunque lo hiciera bien). No es una cuestión técnica (yo no dudo de que los de VOX lo puedan hacer mal...ningún gobernante quiere hacerlo mal). Lo que pasa es que la sociedad no está preparada, y cuando la mentalidad no está preparada...los resultados no suelen ser buenos. Ya bastante tenemos con nuestras vidas personales como para encima andar buscándonos problemas que ni nos van ni nos vienen. Por lo menos, que podamos salir a pasear tranquilamente por las calles sin tanta agitación política, y disfrutar del sol y de buena comida. Perder eso, sería echarnos 30 años más de vejez. España se merece algo mejor que un empeoramiento de la convivencia.
La extrema izquierda ya ha llegado (el mal está hecho, y ya no tiene solución). Sin embargo, dos no se pelean si uno no quiere. Así que lo mejor que se puede hacer es no dejar que aflore el extremo contrario, y así, la ultraizquierda también queda neutralizada al no tener un enemigo. El deber del 28A es apagar el incendio que ya se ha gestado estos meses...no avivarlo con gasolina. Por lo tanto, mucha cabeza a la hora de votar. En estas elecciones debe primar la cabeza y no tanto el corazón. Aunque a mucha gente no le guste el PSOE, creo que debe hacer un esfuerzo, ya que es una de las fuerzas que mejor está situada en el centro del espectro (no extremismo). Solo por eso creo que merece la pena pensárselo. Cuando el contexto se calme ya habrá tiempo de ir probando otras fuerzas y partidos, pero en el contexto actual de emergencia de vivimos, lo primordial es despolarizar esto, y para despolarizar hay que votar a los no extremos, y ahí el voto útil es el PSOE.
El PSOE, alejado de los nacionalistas, no es un partido tan malo como algunos os creéis. Todo lo contrario. Si se arrima a los buenos partidos (Ciudadanos), el resultado puede ser excelente. Estos meses, por supervivencia, a lo mejor Pedro ha tenido que relacionarse con gente con la que no le gustaría (Podemos, independentistas, Bildu...). Pero ahora, borrón y cuenta nueva....como decía mi abuela: mañana, es otra historia. Eso es lo bueno. Pensad que vais a votar a un PSOE sin extremismos. Entonces, la agitación social se atenuaría, que es el objetivo de este 28A: al menos, no empeorar el clima de agitación, y si puede ser posible, mejorar un poco la situación y traer menos agitación y más calma. Ahora no es el Pedro Sánchez de Podemos, sino el Pedro Sánchez centrado, moderado, con sentido de estado. Pensadlo bien. Podemos y los nacionalistas querían envenenar al PSOE, eran los principales culpables de que el PSOE virara tanto a la izquierda. Ahora que se ha centrado, se convierte, a mi juicio, en el mejor representante del centro del espectro político.
El ciudadano debe ser responsable, y no debe empeorar un clima que ya está enrarecido, y por eso, a veces, hay que tragarse el orgullo y votar con cabeza y responsabilidad, aunque ese partido no os guste. Yo lo que quiero es poder pasear tranquilamente por la calle, ver a la gente feliz, ver a los políticos hablando de forma cordial, llegando a acuerdos, negociando...pero sin repruebo ni rencor. Con lo bonita que es la vida para perderla en crispaciones de este tipo. España se merece eso. Votar a la ultraderecha sería poner la última pieza del puzzle que nos llevaría al desastre. Todavía estamos a tiempo no ponerla. Sin la ultraderecha, la ultraizquierda queda neutralizada. Y solo queda el centro, y desde el centro, todo puede ser bueno. No necesitamos irnos a los cerros de Úbeda.
Estamos viviendo una etapa de crispación, agitación, radicalismos, extremismos, polarización..usad el sinónimo que queráis). Tanta política de bloques y de bandos no nos va a llevar a nada bueno. Si a una olla a presión le añadimos más agua de la que ya tiene...lo único que puede hacer es explotar. Pues eso mismo puede pasar con España. Si ahora mismo, a febrero de 2019, la cosa está bastante polarizada, no me quiero ni imaginar lo que podría pasar si alcanzara el poder la última fuerza extremista que queda por aparecer (VOX...con apoyo del PP). No me lo quiero ni imaginar. Sería echar más leña al fuego.
Creo que todavía estamos a tiempo antes de llegar al punto de no retorno. En un contexto así de agitado, el ciudadano responsable debe votar, ya no por convicciones políticas, sino por una cuestión de ética de estado. El deber de todos nosotros es destensar la situación, contribuir a que el ambiente se relaje, a que el contexto se calme, a que los extremismos (de ambos lados), pierdan fuerza. Vamos a quitar presión a la olla, antes de que estalle. ¿Y cuál es la mejor manera? Evadir los extremos, y votar opciones que están en el centro del espectro político, y os guste o no, el PSOE, junto con Ciudadanos, es la única fuerza que está más alejada de los extremos. Ante una situación que ya está muy delicada, no podemos avivar el fuego. Hay que hacer un esfuerzo por desinflar el suflé, y votar, aunque no se corresponda con nuestros patrones ideológicos, un partido lo más central y equilibrado posible.
Imaginad que por algún casual VOX toca poder. La tensión social crecería de manera alarmante: huelgas, manifestaciones, los catalanes volverían a desobedecer, los vascos también avivarían su conflicto, habría más posibilidad de altercados debido a la movilización, los sindicatos también meterían mucha presión, Podemos invitaría a no respetar el orden, mucha inseguridad, los medios de comunicación también se levantarían, el ambiente en el congreso sería muy crispado, en lugar de hacer leyes en pro de España, la legislatura sería una batalla campal...la gente estaría triste, muy desanimada, perdería la ilusión.
¿Vosotros creéis que España se merece eso? Yo no sé si VOX lo haría bien o no. Sin embargo, la gente (al menos la sociedad española) no está preparada para esto. Una parte importante de la población se sentiría molesta y se crearía un ambiente de hostilidad terrible, que podría desembocar en algo muy rellenito. Recordad los años 30 del siglo XX. Nadie querría algo así. Un gobierno de VOX sería ingobernable (valga la redundancia), más que nada porque una parte importante de la sociedad no permitiría ciertas medidas. Al final, la gente se dedicaría a mostrar repruebo, y no se harían reformas de gran calado, ya que la presión social sería muy fuerte. Un gobierno de extrema derecha generaría mucho repruebo (aunque lo hiciera bien). No es una cuestión técnica (yo no dudo de que los de VOX lo puedan hacer mal...ningún gobernante quiere hacerlo mal). Lo que pasa es que la sociedad no está preparada, y cuando la mentalidad no está preparada...los resultados no suelen ser buenos. Ya bastante tenemos con nuestras vidas personales como para encima andar buscándonos problemas que ni nos van ni nos vienen. Por lo menos, que podamos salir a pasear tranquilamente por las calles sin tanta agitación política, y disfrutar del sol y de buena comida. Perder eso, sería echarnos 30 años más de vejez. España se merece algo mejor que un empeoramiento de la convivencia.
La extrema izquierda ya ha llegado (el mal está hecho, y ya no tiene solución). Sin embargo, dos no se pelean si uno no quiere. Así que lo mejor que se puede hacer es no dejar que aflore el extremo contrario, y así, la ultraizquierda también queda neutralizada al no tener un enemigo. El deber del 28A es apagar el incendio que ya se ha gestado estos meses...no avivarlo con gasolina. Por lo tanto, mucha cabeza a la hora de votar. En estas elecciones debe primar la cabeza y no tanto el corazón. Aunque a mucha gente no le guste el PSOE, creo que debe hacer un esfuerzo, ya que es una de las fuerzas que mejor está situada en el centro del espectro (no extremismo). Solo por eso creo que merece la pena pensárselo. Cuando el contexto se calme ya habrá tiempo de ir probando otras fuerzas y partidos, pero en el contexto actual de emergencia de vivimos, lo primordial es despolarizar esto, y para despolarizar hay que votar a los no extremos, y ahí el voto útil es el PSOE.
El PSOE, alejado de los nacionalistas, no es un partido tan malo como algunos os creéis. Todo lo contrario. Si se arrima a los buenos partidos (Ciudadanos), el resultado puede ser excelente. Estos meses, por supervivencia, a lo mejor Pedro ha tenido que relacionarse con gente con la que no le gustaría (Podemos, independentistas, Bildu...). Pero ahora, borrón y cuenta nueva....como decía mi abuela: mañana, es otra historia. Eso es lo bueno. Pensad que vais a votar a un PSOE sin extremismos. Entonces, la agitación social se atenuaría, que es el objetivo de este 28A: al menos, no empeorar el clima de agitación, y si puede ser posible, mejorar un poco la situación y traer menos agitación y más calma. Ahora no es el Pedro Sánchez de Podemos, sino el Pedro Sánchez centrado, moderado, con sentido de estado. Pensadlo bien. Podemos y los nacionalistas querían envenenar al PSOE, eran los principales culpables de que el PSOE virara tanto a la izquierda. Ahora que se ha centrado, se convierte, a mi juicio, en el mejor representante del centro del espectro político.
El ciudadano debe ser responsable, y no debe empeorar un clima que ya está enrarecido, y por eso, a veces, hay que tragarse el orgullo y votar con cabeza y responsabilidad, aunque ese partido no os guste. Yo lo que quiero es poder pasear tranquilamente por la calle, ver a la gente feliz, ver a los políticos hablando de forma cordial, llegando a acuerdos, negociando...pero sin repruebo ni rencor. Con lo bonita que es la vida para perderla en crispaciones de este tipo. España se merece eso. Votar a la ultraderecha sería poner la última pieza del puzzle que nos llevaría al desastre. Todavía estamos a tiempo no ponerla. Sin la ultraderecha, la ultraizquierda queda neutralizada. Y solo queda el centro, y desde el centro, todo puede ser bueno. No necesitamos irnos a los cerros de Úbeda.