Pues a priori se me ocurren dos argumentos de peso para la no intervención española.
1) El Pacto Ibérico seguía vigente por más que el Estado Novo se fuera a la hez. Ese pacto implicaba respeto a la soberanía de la contraparte. Mientras Portugal se limitara a rojear dentro de sus lindes y no se pronunciara sobre el régimen vecino, no habría razón alguna para tomar una decisión que implicaba mandar a tomar por trastero la estabilidad geopolítica de la Península.
2) La situación política en España era muy delicada y que el que parecía el régimen más estable de Europa -desde 1926 sin mayores cambios- se derrumbara en 24 horas tuvo que dejar a mucho preboste franquista con el trastero en llamas. Cualquier intervención contra Portugal a buen seguro habría desestabilizado unos equilibrios muy precarios y conviene recordar que por aquel entonces el ejército era nacional, nutrido con reclutas hijos de sus padres y de sus madres con sus sensibilidades políticas, no unos mercenarios "profesionales" a sueldo. La tropa no sería confiable para una operación evidentemente ofensiva contra un movimiento que gozaba de muchas simpatías en España.
España hizo lo que había que hacer. Ser un buen vecino y no meterse en los asuntos internos de Portugal. De haber hecho otra cosa, España tenía mucho que perder.
Efectivamente, Franco obró bien juzgando que la crisis era un asunto interno de Portugal y que, por lo tanto, tenían que ser ellos mismos los que escogiesen la vía que juzgasen más adecuada. No obstante, discrepo con segundo punto. Como ya hemos dicho antes, la situación social y económica de Portugal era diferente a la española. En una España de clases medias asentadas (a pesar de que la crisis económica ya se estaba notando) y viviendo aún Franco era muy difícil que ocurriera nada parecido, más aún teniendo en cuenta que la oposición eran cuatro gatos, especialmente la democristiana. Otro punto que quisiera resaltar, y esto ya es sobre todo a partir de las independencias de las colonias en el 75, es que Portugal tuvo que hacer frente a cientos de miles de personas que volvieron de las colonias y que lo habían perdido todo. Habían perdido sus propiedades y su dinero, porque en las colonias el dinero que circulaba no eran los escudos portugueses, sino los de las colonias, que tenían un tipo de cambio fijo al escudo metropolitano. Todo ese dinero ya no valía nada.
La problemática de intervenir en Portugal es doble. El 28 de abril de 1975 jovenlandia anunció que iba a emprender la marcha verde, dado que contaba con apoyo useño. Es decir, si España interviene en algún momento de 1974-75 en Portugal, va a tener que luchar en dos frentes distintos, y recordemos que el ejército, si bien contaba con suficientes efectivos, no disponía de tanto material para poder emprender acciones en dos escenarios tan distantes. A eso hay que sumarle lo que pueda ocurrir el día después, pues te encuentras en un país hostil, al borde de la guerra civil, y que hace frontera con tu territorio. De haberse dado semejante escenario la situación se hubiera complicado muchísimo para España, y más en plena transición.
Edito para poner el reportaje completo de Manuel Alcalá sobre la revolución, algo más de una hora, por si queréis verlo
Portugal 1974: Así fue el golpe de estado - RTVE.es