Medusa
Madmaxista
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Detenidos los dos jóvenes colgados del puente de la B-23 en Sant Joan Despí
Si alguna acción hay en cataluña contra la especulación inmobiliaria es la oposición al Plan Caufec. 20 años llevan vecinos y asociaciones luchando para que no se haga realidad la destrucción de una parte de la sierra de Collserola que conlleva recalificar el terreno y aumentar de 30.000 a 234.000 los m2 urbanizables. Por supuesto todos ellos dedicados a la construcción de viviendas de alto standing o, voy a decirlo llanamente, caras de huevones.
En los diarios catalanes van apareciendo periódicamente noticias relacionadas con la oposición al plan. Curiosamente, o no, las descripciones siempre hablan de okupas, niñatos anti-sistema y perroflautas. Es una forma como otra cualquiera, parece que efectiva, de indicar que no es más que el capricho de cuatro jovenzuelos. En realidad los jovenzuelos son los que se atreven a colgarse de los puentes, encadenarse a las grúas y llamar la atención con acciones públicas, detrás hay miles de vecinos sin veleidades perrofláuticas que también se oponen a convertir la montaña en un mar de ladrillos adosados aunque la lamentable realidad es que conforme pasa el tiempo nuestros congéneres convertidos ya en responsables padres de familia, van dejando de lado las legítimas reivindicaciones de mantener las zonas verdes y frenar la especulación inmobiliaria.
Tres acciones de miembros antisistema se han suceddo esta mañana en Barcelona. En una de ellas jóvenes antisistema que se han colgado esta mañana del puente de la B-23 en Sant Joan Despí y en otra se han colgado de un cable atravesado en la calle Entença. De la tercera, en la que se ha protestado por un miembro encarcelado en La Modelo, no se tienen más datos.
Los dos jóvenes, un chico y una chica, se habían colgado de este puente situado frente al edificio de TV3 pasadas las 9.30 horas en muestra de solidaridad con uno de sus compañeros, que cumple 10 días de prisión por negarse a pagar una multa de 60 euros tras protestar contra un plan urbanístico.
El activista ahora encarcelado se negó a pagar una multa de 60 euros que le impuso un juez por desobediencia civil por resistirse a bajar de un edificio de Esplugues de Llobregat (Barcelona) al que se encaramó para protestar contra un plan urbanístico en Collserola, conocido como Plan Caufec. El joven, que cumple hoy su tercer día en la prisión, se negó también a sustituir la condena de diez días por trabajos en la comunidad.
Si alguna acción hay en cataluña contra la especulación inmobiliaria es la oposición al Plan Caufec. 20 años llevan vecinos y asociaciones luchando para que no se haga realidad la destrucción de una parte de la sierra de Collserola que conlleva recalificar el terreno y aumentar de 30.000 a 234.000 los m2 urbanizables. Por supuesto todos ellos dedicados a la construcción de viviendas de alto standing o, voy a decirlo llanamente, caras de huevones.
En los diarios catalanes van apareciendo periódicamente noticias relacionadas con la oposición al plan. Curiosamente, o no, las descripciones siempre hablan de okupas, niñatos anti-sistema y perroflautas. Es una forma como otra cualquiera, parece que efectiva, de indicar que no es más que el capricho de cuatro jovenzuelos. En realidad los jovenzuelos son los que se atreven a colgarse de los puentes, encadenarse a las grúas y llamar la atención con acciones públicas, detrás hay miles de vecinos sin veleidades perrofláuticas que también se oponen a convertir la montaña en un mar de ladrillos adosados aunque la lamentable realidad es que conforme pasa el tiempo nuestros congéneres convertidos ya en responsables padres de familia, van dejando de lado las legítimas reivindicaciones de mantener las zonas verdes y frenar la especulación inmobiliaria.
Los ciudadanos contra el Caufec explican que "en teoría es un plan que tiene la finalidad de enterrar las líneas de alta tensión que vienen de Collserola y pasan por Esplugues hasta llegar a la estación tras*formadora de L'Hospitalet de Llobregat. Para poder financiar el coste de este entierro, se efectuó una modificación del Plan General Metropolitano (PGM), aumentando la superficie edificable de 30.000 m2 a 234.000 m2.
"En realidad el Plan CAUFEC fue una operación especulativa impulsada inicialmente por la empresa FECSA/ENDESA asociada con la sociedad francesa CAUVAL, con la finalidad de revalorizar los terrenos de su propiedad que se expropiaron en su día para instalar las torres de alta tensión. Con el entierro de las líneas de alta tensión, se quiere entregar un terreno sito en una zona urbanísticamente privilegiada, para poner en marcha una de las operaciones urbanísticas más especulativas de los últimos años en Catalunya, construyendo viviendas de alto standing, oficinas y centros comerciales", afirman.
Los "beneficios" que obtendrán los ciudadanos de las zonas afectadas -manifiestan los vecinos- "serán los atascos de vehiculos, la masificación, la pérdida de calidad de vida, el deterioro de los servicios por la carencia de nuevos equipamientos, el encarecimiento de la vivienda, perder la oportunidad de poder efectuar una promoción seria y significativa de viviendas de protección oficial". Según nos indican, "en definitiva, una vez más, pasan los intereses privados por delante de los públicos con la bendición de nuestros gobernantes y se pierde la oportunidad de hacer una ordenación racional del territorio. La excusa de todo esto es eliminar el impacto de las torres eléctricas y acaban sustituyendolo por un puñado de edificios de dimensiones superiores".