¿En quién pensaban los soldados cuando iban a la guerra? En sus novias. ¿Para quién han trabajado siempre los maridos? Para sus mujeres. Ellas han sido el centro de atracción sobre el que giraba su vida ordenada, más o menos feliz según el caso, pero funcional. A eso me refiero cuando digo que tienen que "ser las reinas". (Y que nadie se confunda: no hablo de ser la reina necesariamente del hogar. Debería poder serlo de su vida independiente si así lo decide).
Pero ojo, una reina tiene que saber estar en su sitio, y dejarte el tuyo. Hacerte sentir que el centro eres tú, de vez en cuando. A eso me refiero con esconder el cetro.
Así han sido todas las sociedades que han funcionado.
El problema es cuando se creen la reina de Saba sin aportar a cambio nada. Cuando rompen el acuerdo y se dedican a atizar con el cetro, porque por ahí nos tienen cogidos. Entonces lo destrozan todo, como usted bien dice.
Igual que lo destrozaríamos todo nosotros si nos pusiéramos a ello, sólo que el centro de atracción a corto plazo son ellas...y rápido volveríamos a desviar nuestras energías a otras cosas en cuanto ellas volvieran a querer jugar.
Otro debate es quién las mueve a estos comportamientos, quién les vende esos sueños mal entendidos y ese victimismo barato. Yo creo que es una red de secuaces con cuatro orates en su cumbre, que manipula deseos y esperanzas legítimas y las empuja hasta el absurdo más destructivo. De todos modos, esa red nos tiene a todos como objetivo y trata de amplificar los efectos de lo que consigue, mientras que la realidad, aunque ya muy preocupante, se les resiste más de lo que parece. Me refiero a que, aunque ya hay taradas (y tarados aliados) en todas partes, la mayoría del resto sigue siendo relativamente cabal. Y cuando digo cabal me refiero al "radio de acción" en el que se manejan: su entorno inmediato, su familia, las relaciones de trabajo, etc. Tal vez sea suerte pero la mayoría de las mujeres que yo conozco son comedidas, razonables, creen en una igualdad real y no terminan de tragarse la propaganda - y de hecho bastantes son declaradamente antifeministas.
Fuera de ese entorno por supuesto sí que han sustituido el criterio que nunca tuvieron (porque para casi todas la política nunca fue muy de su interés) por el criterio ajeno. Ahí lamentablemente los medios de masas se han hecho con el control, y el desastre es casi absoluto. Sólo las pocas antifeministas se dan cuenta. Las demás votan progre sin despeinarse, y eso a pesar de no ser nada radicales. Espantoso.
Y para mí, la solución está en que se controlen entre sí...lo que pasa es que las mujeres pasan a ser muy radicales cuando ven peligrar su entorno inmediato. Lo mismo un día están aplaudiendo la liberación y el empoderamiento femeninos, que al siguiente han formado la Gestapo de los Visillos, una red de inquisidoras listas para denunciar de fruta y bruja a la primera que se le menee el moño.
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