Sunwukung
Madmaxista
- Desde
- 15 Oct 2012
- Mensajes
- 20.133
- Reputación
- 22.206
las vacunas, al menos las modernas llenas de excipientes y también debido a que se inyectan, que no es la forma natural de contacto con nada exterior del ser humano, no tienen nada que ver con el fenómeno comentado en el texto.Buen hilo. Un apunte:
Barajas la posibilidad de que el brote psicótico sufrido haya sido causado por una dosis demasiado elevada del producto consumido?
Adjunto un fragmento de Antifragil, de Nassim Taleb:
El método denominado Antidotum Mithridatium , loado por Aulo Cornelio Celso, el famoso médico del mundo antiguo, tuvo que estar bastante de moda en Roma porque cerca de un siglo después complicó un poco los intentos de matricidio del emperador Nerón. Nerón se había obsesionado con la idea de matar a su madre, Agripina, que, para dar más intriga al asunto, era hermana de Calígula (y, por si faltaba un poco de sal, se dice que fue amante de Séneca, el filósofo, sobre quien me extenderé más adelante). Pero una madre tiende a conocer muy bien a sus hijos y a predecir sus actos, sobre todo si el hijo es único; y Agripina sabía algo de venenos porque puede que hubiera usado uno para matar, al menos, a uno de sus esposos (ya he dicho que la historia era muyn Itrigante). Así pues, sospechando que Nerón había puesto precio a su cabeza, se «mitridatizó» contra los venenos que pudieran estar al alcance de los esbirros de su hijo. Al igual que Mitrídates, Agripina acabó falleciendo por métodos más mecánicos porque (al parecer) su hijo hizo que la mataran unos asesinos, lo que nos ofrece la pequeña pero importante lección de que no se puede ser robusto contra todo. Y es que, dos mil años más tarde, aún no se ha encontrado un método que nos «fortalezca» contra una espada. Llamamos mitridatismo al resultado de la exposición a dosis pequeñas de una sustancia que, con el tiempo, hacen que la persona sea inmune a dosis mayores de la misma. Es un enfoque similar al que se usa en medicina para la vacunación y para tratar las alergias. No acaba de ser antifragilidad porque se halla en el nivel más modesto de lo robusto, pero nos estamos acercando. Y ya tenemos un indicio de que vernos privados de veneno quizá nos haga frágiles y de que el camino a la «robustificación» se inicia con un mínimo de daño. Consideremos ahora el caso de que la sustancia venenosa, a cierta dosis, hace que estemos mejor en general, un peldaño por encima de la robustez. La hormesis, una palabra creada por los farmacólogos, se refiere al hecho de que una dosis pequeña de una sustancia perjudicial puede ser beneficiosa para el organismo y actuar como una medicina. Una cantidad muy pequeña de una sustancia en principio perniciosa beneficia al organismo y hace que mejore en general porque desencadena una reacción exagerada. En su momento, no se interpretó este fenómeno en el sentido de que «el daño beneficia», sino en el sentido de que «el daño depende de la dosis» o de que «la medicina depende de la dosis». Pero lo que ha interesado a los científicos ha sido la no linealidad de la respuesta a las dosis.
Por cierto la hormesis fundamenta la homeopatía, al menos en dosis no hannemianas.