Me da igual que lo diga Pablo Iglesias o lo diga quien lo diga.
España es una país que pasó de una dictadura a una supuesta democracia perfecta. Nos colaron a un rey que el pueblo nunca eligió en referendum y que, presuntamente, es un ladrón, un corrupto y un cliente (las señoritas financiadas con el erario público, of course).
Una democracia en la que los grandes partidos del R78 eligen a dedo a los jueces y en la que se ha demostrado corrupción sistémica en todas las altas instituciones del Estado (Monarquía, GAL, Caso Villarejo, Caso Kitchen...).
Una democracia en la que un rapero acaba en prisión y otro en el exilio (en Bélgica al aparecer eso no lo consideran delito, que casualidad) por las letras de sus canciones.
Una democracia en la que amenazan con encarcelar a una mujer por decir que el problema de España son los judíos.
Una democracia en la que los pagapensiones tienen más derechos que los autóctonos y que se les recibe con paguitas y casas gratis mientras los nativos tienen que seguir en casa papis hasta los 40.
Una democracia en la que hay un 45% de paro juvenil y los chavales se están muriendo del ardor de estomago en su habitación porque no pueden ya ni salir a hacer botellón y desfogarse.
Una democracia en la que la gran mayoría de la población no puede acceder a una vivienda digna en propiedad y para hacerlo se ve obligada a hipotecarse por décadas con unos bancos a los que en la crisis de 2008 se les rescató con miles millones de euros que no han devuelto ni devolverán jamás.
Una democracia en la que a día de hoy siguen sin desclasificarse documentos clave de la transición y del golpe de Estado del 23F, por oscuros motivos que todos podemos sospechar.
Una democracia en la que a día de hoy dos grandes corporaciones controlan todos los medios de comunicación y que además el Gobierno los riega periódicamente con miles de millones en ayudas públicas.
Atacad a Pablo Iglesias todo lo que queráis (desde luego no es Santo de mi devoción) pero en lo que ha dicho tiene toda la razón. Quien no quiera verlo allá él.
España es una país que pasó de una dictadura a una supuesta democracia perfecta. Nos colaron a un rey que el pueblo nunca eligió en referendum y que, presuntamente, es un ladrón, un corrupto y un cliente (las señoritas financiadas con el erario público, of course).
Una democracia en la que los grandes partidos del R78 eligen a dedo a los jueces y en la que se ha demostrado corrupción sistémica en todas las altas instituciones del Estado (Monarquía, GAL, Caso Villarejo, Caso Kitchen...).
Una democracia en la que un rapero acaba en prisión y otro en el exilio (en Bélgica al aparecer eso no lo consideran delito, que casualidad) por las letras de sus canciones.
Una democracia en la que amenazan con encarcelar a una mujer por decir que el problema de España son los judíos.
Una democracia en la que los pagapensiones tienen más derechos que los autóctonos y que se les recibe con paguitas y casas gratis mientras los nativos tienen que seguir en casa papis hasta los 40.
Una democracia en la que hay un 45% de paro juvenil y los chavales se están muriendo del ardor de estomago en su habitación porque no pueden ya ni salir a hacer botellón y desfogarse.
Una democracia en la que la gran mayoría de la población no puede acceder a una vivienda digna en propiedad y para hacerlo se ve obligada a hipotecarse por décadas con unos bancos a los que en la crisis de 2008 se les rescató con miles millones de euros que no han devuelto ni devolverán jamás.
Una democracia en la que a día de hoy siguen sin desclasificarse documentos clave de la transición y del golpe de Estado del 23F, por oscuros motivos que todos podemos sospechar.
Una democracia en la que a día de hoy dos grandes corporaciones controlan todos los medios de comunicación y que además el Gobierno los riega periódicamente con miles de millones en ayudas públicas.
Atacad a Pablo Iglesias todo lo que queráis (desde luego no es Santo de mi devoción) pero en lo que ha dicho tiene toda la razón. Quien no quiera verlo allá él.
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