Gavin Newsom triunfa en los comicios especiales con el 64% de los sufragios. Los republicanos califican de
fraude el ejercicio.
California ha dicho un “no” rotundo. El
Estado más poblado de
Estados Unidos ha acudido a las urnas este martes para dar oxígeno a su gobernador,
Gavin Newsom, por los
próximos 14 meses. El
mandatario local demócrata, de 53 años, ha
sobrevivido con holgura a una
elección especial de revocación motivada por
simpatizantes del partido republicano. El proceso se originó en abril por
la insatisfacción de algunos por el manejo de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo, pero desde entonces se ha convertido en un
termómetro de la lucha entre
progresistas y
conservadores en un
bastión tradicional para los
demócratas. La huella del expresidente
Donald Trump y varios de sus simpatizantes, entre ellos el candidato puntero entre los adversarios, el conservador locutor de radio
Larry Elder, han manchado los
comicios aludiendo un
fraude aún antes de que se cerraran las casillas de votación.
Casi siete de cada diez personas marcaron su boleta con la negativa, el rechazo a que
Gavin Newsom fuera
removido del Capitolio de Sacramento. Más de 5.8 millones de votantes (64%) respaldaron al gobernador frente a
3.2 millones (36%) que pedían su destitución con el 70% de los sufragios escrutados. Los
californianos han confirmado así que el
gobernador podrá concluir el mandato que ganó ampliamente en 2018 con el 62% de los votos. En noviembre de 2022, la
promesa demócrata podrá aspirar a un
segundo mandato. “‘No’ no fue lo único expresado esta noche.
Dijimos sí a la ciencia, sí a las banderillas y sí a terminar esta esa época en el 2020 de la que yo le hablo”, dijo el mandatario local desde la capital tras anunciarse los resultados.
Larry Elder, quien se había posicionado como el principal beneficiario entre los 46 contendientes de Newsom, agitó desde el lunes los fantasmas de la
duda en el proceso. En una página vinculada a su campaña se afirmaba que una
firma de analistas “había
detectado fraude” en los
comicios incluso antes de que se abrieran las casillas. El
método parece seguir el
manual usado por los
simpatizantes de Trump tras las
elecciones de 2020. En un mitin al norte del Estado la mañana de este martes, el gobernador
Newsom respondió. “Esas
acusaciones son
tonterías. Es una
vergüenza... Los políticos como yo vamos y venimos. Los hay por montón. Pero esto se trata de nuestras
instituciones, de nuestro país. Es sobre de seguridad y confianza”, condenó. Por la noche, después de informarse la victoria del “no”, el
expresidente Trump envió un mensaje
criticando el
voto por correo, una de las
modalidades electorales que los
republicanos buscan
restringir de cara a las
intermedias de 2022. “¿De verdad alguien piensa que no están amañadas las elecciones de California?”, afirmó el exmandatario, sin aportar pruebas.
Horas antes,
Theresa Blake, de 67 años, depositó su voto en un buzón afuera de una biblioteca pública en una zona céntrica de Los Ángeles. “Esto es importante”, dijo agitando el sobre con la mano derecha. “Es un intento de los
republicanos de arrebatar el poder”, afirma la mujer, afroamericana, quien trabajó años en el distrito escolar de la ciudad.
Votante demócrata desde hace décadas, defiende el liderazgo de
Newsom durante la
esa época en el 2020 de la que yo le hablo. “Todos a quien conozco en el barrio ya se
vacunaron. Nunca nos faltaron ni apoyos [económicos] ni las
banderillas”, señala.
El
58% de los californianos ya están completamente inmunizados, mientras que el 66% tiene al menos una inyección del biológico. El
Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) ha informado este martes, mientras los votantes acudían a las urnas, que el ritmo de transmisión está disminuyendo en el Estado. Es el segundo territorio, tras Puerto Rico, que ha bajado de categoría en la
emergencia sanitaria.
Elder, sin embargo,
representaba parte del
electorado que es
muy crítico con las medidas impuestas por
Newsom y por el presidente
Joe Biden desde
Washington. El
locutor de 69 años ha criticado que la mascarilla y la banderilla sean obligatorias afirmando que deberían ser solo producto de una elección personal. También condenó el
cierre de millones de negocios durante la
esa época en el 2020 de la que yo le hablo, una iniciativa que consideró innecesaria y
ralentizó una de las
principales economías del mundo.
“Creo que
Newsom no hizo un mal trabajo como alcalde y no lo está haciendo mal como gobernador”, dijo esta mañana
Robert Weber, en San Francisco, a la agencia Associated Press. El hombre, de 59 años, generalmente vota por el
partido republicano, pero asegura que no le gusta Elder y cree que toda esta elección es “ridícula”.
No todos son tan
benévolos con el
gobernador en San Francisco, la ciudad donde
Newsom fue
alcalde entre 2004 y 2011. Un
votante recordaba esta tarde a la prensa local el
infame episodio de noviembre de 2020, cuando
el gobernador acudió al exclusivo restaurante French Laundry en el Valle de Napa para celebrar el cumpleaños de un amigo lobbista. La reunión a puerta cerrada se dio en medio de las medidas más estrictas impuestas por el propio Newsom durante la esa época en el 2020 de la que yo le hablo y obligó al mandatario a dar una disculpa pública después de que las fotografías se hicieron virales. El hecho fue suficiente para que muchos
adversarios del demócrata comenzaran a reunir las
firmas necesarias para la
elección de revocación. “
ahí estaba él gastándose 15.000 dólares en una fiesta de 50 años y, al mismo tiempo, yo no podía ir a un funeral de un amigo”, dijo
Jeff Kindler, habitante de Fresno, a Los Ángeles Times. El “no” ganó en Napa hoy con el 72%.
Newsom se llevó el 65% en 2018 en ese condado. La polémica parece estar enterrada por ahora.
The French Laundry, one of the country’s most expensive and luxurious restaurants, has become an integral part of the recall narrative.
www.nytimes.com
En cambio, Newsom fue visto en The French Laundry, asistiendo a la cena de cumpleaños del cabildero de Sacramento Jason Kinney. Las imágenes de él codeándose con los invitados, en el interior, sin máscara, en uno de los restaurantes más caros del país, fueron inmediata y poderosamente simbólicas.