Lo que digo no lo hago para blanquear el comportamiento de Sánchez, el narcisista sólo está un escalón por debajo del orate en cuanto a capacidad de hacer mal, Sánchez es un perversos, un peligro público, una amenaza para cualquier persona de bien, para el país, para su partido, para todo. Pero no es un orate, aunque sí es un antisocial de libro.
El matiz que hago es más técnico que otra cosa, Sánchez es como un adicto que al anteponer su adicción (juego, droja, alcohol) a cualquier otra cosa hace daño a su entorno, a su familia, etc. Este adicto en determinadas circunstancias (lo que en AAA llaman "tocar fondo") llega a empatizar y a ser consciente de las consecuencias de sus acciones, por tanto tiene remordimientos, se siente mal, etc. El lenguaje corporal de un adicto, aún cuando tenga un comportamiento antisocial (falta de empatía), es lo que le delata. Y esto es lo que le pasa a Sánchez, cualquier persona con experiencia en el trato con gente ve que es un farsante profesional, un trilero, al ojo entrenado TODO lo que dice suena a mentira, su tono de voz es impostado, sus gestos son entrenados (mal entrenados). Sánchez por un lado está satisfaciendo su adicción (ser el centro de atención, mandar, ocupar un cargo de importancia) y por el otro lado no se cree ni él ni lo que dice ni lo que hace (y se le nota) pero lo hace para conseguir su recompensa: es un junkie. Seguirá haciendo lo que hace hasta que eventualmente (o no) toque fondo, entonces se romperá. Por supuesto el daño que haga hasta llegar a ese punto será irreparable aunque entonces modifique su comportamiento.
Pablo Iglesias, por el contrario, JAMÁS legará a empatizar, jamás modificará su comportamiento, podrá hacer o decir cualquier cosa sin que se le mueva ni una ceja, su lenguaje corporal nunca le delatará porque simplemente no funciona con los mismos códigos que una persona con comportamiento social normal, no tiene las emociones que el resto tenemos. Es narcisista pero también es orate, esa es la diferencia entre uno y otro. Mientras Sánchez, aún tarde y mal podría llegar a empatizar el otro nunca, en ninguna circunstancia, lo hará. Y además él sabe que es orate, lo cual no siempre ocurre en este tipo de trastorno de la personalidad. Mientras le sea rentable fingirá emociones para humanizarse, para ponerse al nivel del resto de personas y que se identifiquen con él, pero ya te digo que sólo lo hará si le sale rentable. Si en el futuro le sentaran en un banquillo para juzgarle de algo gravísimo y él viera que está todo perdido, que ya no hay forma de salir de esa situación, entonces dejaría ver su verdadera cara, su lenguaje corporal sería absolutamente neutro, la fiscalía podría estar poniendo un vídeo suyo en el que se le viera haciendo cualquier aberración que ni se inmutaría.
Y para terminar, Iglesias maneja a Sánchez, Iglesias se aprovecha del narcisismo del otro para manipularle emocionalmente. Sánchez piensa que puede controlar al otro pero en el fondo sabe que algo falla en ese plan, pero como es un aventurero, como no le importa poner lo que sea en riesgo seguirá con ese "plan". Insisto, es un junkie.
Aunque en el caso de estos dos la capacidad de hacer daño es muy parecida el orate está a un nivel superior, que aunque parezca cercano en realidad es muchísimo más distante, la diferencia entre tener muy poca empatía y tener nula empatía, de tener potencial de empatía o total ausencia de ella, es lo que hace que sea tan difícil de entender realmente lo que es un perfil psicopático.