República es a Monarquía como Laicismo a Religión. República y Laicismo pretenden "otorgar" al hombre su libertad frente a Monarquía y Religión y lo hacen desde niveles tan básicos y presuntamente abordables que una mayoría de gentes bienintencionadas, y a su manera bisoñas, se creen sin lugar a dudas. El caso es que republicanos y laicos entienden que no hay Dios ni debe haber una figura que esté por encima de nadie y que solo lo racional y humano debe estar en la realidad del poder. El caso, también, es que sin una referencia lejana ante cuya magnitud nadie duda de que efectivamente somos iguales, la igualdad entre "mismos" es pura ficción. Así, sin Dios ni Rey somos efectivamente iguales en la media en que nadie es desigual por encima nuestro, ocasión que es aprovechada por los listos para marcar la diferencia, que siendo poca bajo la perspectiva de lo inalcanzable, es abrumadora cuando las diferencias se dirimen a escala puramente humana.
Todo en la modernidad se construye contra "algo". Más que por su valor intrínseco, más allá de los enunciados y buenas palabras, es el combate contra entre la soberbia y la humildad: soy monárquico y religioso y humilde frente a Dios y la figura de un Rey, pero no acato de ninguna buena gana los dictámenes de quienes acabaron con Dios y con le Rey y ocupan -o quieren ocupar ahora- su poder.
Así mismo la "igualdad" se construye contra "algo" y no supone, como piensa la mayoría, en que efectivamente somos iguales. No somos iguales .a nuestra escala humana- de ningún modo, pues los hay listos, simples, bajos, altos, apasionados y avúlicos. Es imposible interiorizar ninguna igualdad cuando son tan evidentes las diferencias que nos enfrentan, o al menos, que enfrentan nuestro idealismo a la realidad de cada día.
Si la cuestión consiste en ir caso por caso de cada modelo de Estado, no creo que el republicano honesto pueda argüir que el suyo es el mejor de todos, pues a la naturaleza humana hay que añadir la ansiedad del advenedizo y eso, señoras y señores, no es ni Dios, ni el Rey legítimo.