Otro motivo para el optimismo, al hilo de un ídem que están tocando en Temas Calientes (y tan calientes): el prono.
La gente ya no recuerda cómo era el prono en los años ochenta. Tías con un cardado de pelo a lo Mayra Gómez Kemp, tíos con un mostacho que haría furor en San Francisco, tramas argumentales gilipollísticas, realización acartonada e fulastre (cuando el tío se iba a correr y te tocaba a ti también, insertaban un primer plano de su jerol con mostacho y te cortaba el rollo todo) y el horror de horrores: el soporte VHS, auténtico Anticristo de toda una generación.
Por no hablar del prono setentero, con esas horrendas musiquillas funky, esos personas de color con patillas y el pelo cuadrado y duro, esos pubis femeninos que parecían felpudos..
Y el prono anterior, que daba aún más ardor de estomago que risa.
El prono ahora se ha democratizado. Tenemos 24 horas non-stop del prono que quieras (salvo del ilegal y destructivo, que condeno absolutamente y ojalá todos esos me gusta la fruta acaben en la trena recogiendo pastillas de jabón), a coste cero. Tienes que esquivar banners más fulastres y sorpresivos que un guerrillero de la partida del Empecinado, pero no pagas. ¿Os imagináis eso en los ochenta, en que era día de fiesta si encontrabas una revista prono medio rota y con páginas pegadas en algún descampado de quinquis? ¿Alguien quiere volver a esa hez?
También se ha democratizado su producción. Abundan las actrices-productoras que en plan Juan Palomo se montan sus películas y sus webs. El estilo prono se ha simplificado y se ha hecho transparente, diáfano. La cámara sigue a una chica despampanante que se pasea por el interior de una mansión californiana, se adhiere a su piel, a su belleza.. y el resto es historia.
El prono puede ser una de las palancas fundamentales para destruir el charismo. Hay otras como el puterío (que no recomiendo ni defiendo, ya explicaré un día por qué), como acudir a otros mercados como las chicas caribeñas (es mi decisión de MGTOW: no tocaré a una blanca en muuuuuucho tiempo, y yo cuando decido algo lo hago así tiemble el ministerio), como alargar el tema de rollos de una noche en pubs (algo cansino y obsoleto), las redes sociales y páginas de ligoteo (que es lo que ha dejado obsoleto lo de pagafantear entre cuatro paredes escuchando panchitadas).. y el prono para salir del paso.
¿Verdad que las charos adeptas al potorro-yoga-kundalini (en realidad la única kundalini que les apetece es la mandinga) andan con la magufada de que la masturbación masculina echa a perder el primer chakra? Atad cabos. Os quieren engachados a ella como yonquis, dispuestos a pagar un precio sobredimensionado por un producto a menudo adulterado.