El problema es que actualmente se tienden a confundir todos los grupos de poder como si fueran uno solo y como si tuvieran los mismos objetivos; Masones, Sionistas, Jesuitas, Órdenes de caballería católica, Opus Dei... Es cierto que cuesta distinguirlas hoy en día.
Sin embargo, en tiempos anteriores no era lo mismo decir masonería que Caballeros de la orden de Malta, por citar dos claros exponentes de visiones enfrentadas.
Franco no era masón, ni instauró un orden masónico en España.
Eso no quita que perteneciera a otro tipo de grupos de poder internacionales de corte nacional católico. Apoyado y ascendido en parte gracias a ellos a su posición.
Sin embargo, la simplificación de la historia puede llevarnos al error de querer verlo todo en blanco y neցro.
Requiere un análisis más detallado de los acontecimientos juzgar qué hubiera pasado en España si Azaña y los suyos hubieran ganado la guerra. Y luego analizar, hasta qué punto, el franquismo pudo ser beneficioso o perjudicial para España.
Pertenecer a un grupo de poder no significa ser esclavo de ellos, de todo ha dado la historia. Eso no quita que si se quiere sobrevivir haya que saber moverse bien y hacer concesiones cuando hacen falta. Carrero Blanco pretendía una línea continuista de la política franquista y el desarrollo de la bomba atómica española, todos sabemos cómo acabó.
Que cada uno juzgue cuánto de siervo y cuánto de patriota hubo en Franco.