Si en realidad saliese todo el puterío que hay en las oficinas bancarias, mas de uno le daba algo. Pero puterío al mas alto nivel. En el top nacional se encontraba Caixa Penedés, ahí eran pilinguis reconocidas, aquello era como una orgía. Al tema, la fresca estra (cajera de toda la vida, con contrato de hez seguro porque esta pilinguilla no tendría ninguna antiguedad en la empresa) tenía acceso a las cuentas de tontín (el tal bordiu este) y se le mojarían las ropa interior de ver los saldos de distintas cuentas; lo demás vino solo. Pero la chica puso el schoscho por amor, de eso estoy seguro.