Miedo me da de lo que puedan decir algunos aquí de Nuestra Santísima progenitora. Es ponerla en una diana, Padre. Claro que más la han ninguneado los Papas por no obedecerla. Y ahora por decir que se ha ido haciendo "santita", a la progenitora de Dios, Inmaculada y su criatura más excelsa. Hija amadísima del Eterno Padre, progenitora admirable del Hijo, fidelísima esposa del Espíritu Santo. Nuestra amada progenitora, nuestra amable maestra, nuestra poderosa soberana. Gozo nuestro, gloria nuestra, nuestro corazón y nuestra alma. Es toda nuestra por misericordia y somos todos suyos por justicia, aunque aún no lo somos bastante. (...)
La luz de su fe disipe las tinieblas de nuestros espíritus, su humildad profunda ocupe el lugar de nuestro orgullo, su contemplación sublime detenga las distracciones de nuestra fantasía vagabunda, su continua vista de Dios llene de su presencia nuestra memoria, la llama ardiente de su corazón abrase la tibieza y frialdad de los nuestros.
Para Ella el ver claro, sin tinieblas. Para Ella el gozar por entero, sin amargura. Para Ella el triunfar gloriosa a la diestra de su Hijo, sin humillación. Para Ella el mandar a los ángeles, hombres y demonios con poder absoluto, sin resistencia, y el disponer de todos los bienes de Dios, sin resistencia. Esto es para nosotros grandísimo gozo.