a muchas comunidades nos han estado robando a manos llenas (murcia y valencia se llevan el agua de Castilla la Mancha y aquí no pasa nada), pero claro los burguesitos catalanes se quejan de que su nivel de vida decrece, yo voy a menudo a barcelona y a los catalanes os mola bastante el rollo de tener las cosas encarecidas y de comprar lo más caro porque queda bien visto tener pasta y si no... simplemente te miran mal, si hicieséis mejor uso de vuestro dinero y en en vez de jugar a dividir hubieseís jugado a integrar a lo mejor vuestra pobre historia hubiese sido distinta.
franco fue malísimo pero os colmo de industrias para que os callaséis la boca, que hizo por mi comunidad autonoma ¿pantanos?
vuestros argumentos me sonrojan, vais vendiendo la vitola de gente progre y sana, pero cuando se trata de repartir para el bien común os sale el ¡oye que esto es mio!
No me creo que se puedan decir tantos tópicos seguidos y sin respirar.
MIRE USTED FECHAS
El textil
También la industria textil se desarrolla en España gracias al impulso del capital británico. No en vano ellos tienen la tecnología más avanzada en este terreno. En 1780 llegan a Cataluña las primeras Spinning Jenny, que se perfeccionan para poder aprovechar la energía hidráulica, tan abundante en Cataluña, inventando, así, la bergadana. En 1803 la bergadana está implantada en amplias zonas de Cataluña. En 1806 comienzan a llegar las primeras Mulle Jenny a la zona rural de Cataluña, pero se difunden muy poco. La industria textil se implanta, principalmente, en la zona rural, debido a los bajos salarios y al menor control de calidad que hay con respeto a las ciudades. Sin embargo, el blanqueo de las telas, el tintado, los tejidos finos y los estampados, se continúan haciendo en Barcelona.
La industria textil tiene una gran tradición en Cataluña, por lo que los productos artesanales tienen que competir con los industriales. Los empresarios catalanes del textil tienden a pedir al gobierno medidas proteccionistas. El arancel de 1826 graba la importación de productos textiles, pero también la importación de algodón.
A pesar de la invención de la bergadana, la dependencia tecnológica del exterior es casi total, porque la bergadana, por utilizar una fuente de energía limitada, no puede competir con las nuevas fuentes de energía. En 1833 se comienzan a instalar los primeros motores de vapor. Esta renovación tecnológica supone una fuerte inversión en maquinaria, lo que encarece la fabricación de los productos textiles. Esto favorece que en Cataluña aparezcan dos zonas textiles diferenciadas: una junto al mar, de donde viene la tecnología y por donde se comercializan las telas, y otra en el interior, rural, vinculada a los saltos de agua y las cuencas fluviales. Durante mucho tiempo ambas formas de producción convivirán.
Pero los capitales catalanes no sólo se invierten en Cataluña, sino que se colocan en toda España. Particularmente son importantes las inversiones en tras*porte que se hacen en el País Vasco, Andalucía, etc., con el fin de que sus productos abastezcan el mercado interior.
El arancel proteccionista de 1849 es una buena oportunidad para el crecimiento de la industria catalana, que aprovecha la coyuntura para renovar la tecnología. El precio de los productos textiles desciende, y el mercado aumenta. El arancel de 1891 permite la importación de algodón en rama, lo que supone una ventaja para la producción textil y la superación de la crisis.
En Valencia hay una importante industria dedicada al calzado.
[escribe] Las regiones siderúrgicas
Hasta 1886 la producción de hierro dulce en España se obtiene por medio de una tecnología un tanto anticuada, obtención de hierro directo o hierro colado. Pero desde los años 20 del siglo XIX Martín-Siemens comienza a introducir tecnología moderna que permite utilizar hierros de peor calidad.
En la fabricación de hierro en España, se puede diferenciar dos regiones. En general, Asturias se dedica a la producción de hierro laminado, mientras que la elaboración de hierro en Vizcaya es de lingotes. No obstante, a partir de 1921 la mayoría de la manufactura del hierro es de productos elaborados y semielaborados.
La ferrería tradicional con horno bajo, de carbón vegetal y de hierros de alta calidad, era inviable a comienzos del siglo XIX; sin embargo, se mantenía gracias a un proteccionismo ultramontano, exigido por la burguesía vasca. A pesar de todo, la modernización era cuestión de tiempo, y hacia 1826 la mayoría de las ferrerías tradicionales habían desaparecido, o se habían modernizado.
En 1831 se instala en España el primer alto horno, el de La Constancia, en Málaga. La primera región siderúrgica que se instala en España aparece en Andalucía pero la falta de mineral y de carbón dará al traste con ella.
En los años 1840 se desarrolló la siderurgia en el norte, en Asturias: Mieres y La Felguera, con un sistema de colado que utilizaba carbón de coque. Asturias tenía la ventaja del carbón que, gracias a los aranceles proteccionistas, es más barato que el de importación. Aquí se desarrollan una serie de siderurgias asociadas como las de Duro, Felguera, Mieres, Asturiana del Zinc o Trubia.
Los primeros altos hornos en el País Vasco se instalan en 1841, año en que se trasladan las aduanas a la costa. Esta siderurgia se desarrolla bajo una legislación protectora que hace competir a la fundición tradicional con la siderurgia moderna; ambas con capitales españoles.
El hierro que se consume es producido, mayoritariamente, en el País Vasco, pero la maquinaria que se utilizaba era importada. En los años 1840 se desarrolló la siderurgia en el norte, en Asturias: Mieres y La Felguera, con un sistema de colado que utilizaba carbón de coque. Asturias tenía la ventaja del carbón que, gracias a los aranceles proteccionistas, es más barato que el de importación, y más determinante en el precio del producto que el hierro, por ser un carbón caro. Para evitar el precio del carbón, en el alto horno de El Carmen, en Vizcaya, se instala un sistema tipo chenot que consume carbón vegetal y hulla.
Para evitar el precio del carbón, con el tiempo y el avance de la tecnología se van reduciendo las necesidades de carbón para producir acero. En 1827 eran necesarias 3 Tm de hierro y 4,5 Tm de carbón para producir 1 Tm de acero. En 1865 llega a España la tecnología que permite la inyección de aire caliente en el horno, lo que permite reducir el consumo de carbón drásticamente. Para producir 1 Tm de acero es necesaria 1 Tm de hierro y 1,5 Tm de carbón. Esta disminución del consumo de carbón, y la caída de los fletes que permite la llegada de mineral británico al País Vasco (en 1877), terminó con la hegemonía asturiana en la siderurgia. Los hierros vascos eran mejores y más baratos. Sin embargo, la decadencia de la siderurgia asturiana es progresiva, ya que las guerras carlistas dificultan el despegue de las acerías vasca. Tras la paz, en 1879, la hegemonía del País Vasco es indiscutible.
En 1883 la fábrica de El Carmen instala un horno con sistema bessemer, lo que sitúa a la planta a la altura tecnológica de las mejores empresas de Europa, y con unos precios muy competitivos. Sin embargo, en esta fecha ya ha comenzado la crisis económica de la gran depresión y las medidas proteccionistas que se toman en toda Europa dejan a la moderna fábrica únicamente con el mercado interior, para vender sus productos. Este consumo es insuficiente para la fábrica.
El mercado es muy estrecho. Se compone, fundamentalmente, de: productos para la labranza, rejas, verjas etc., que se consumen en el medio rural; clavos, cadenas y otros productos propios de la industria naval; cañones, fusiles, etc., que consume la industria armamentística; ferrocarriles y barcos para el tras*porte; y cañerías y mobiliario urbano, para el consumo en las ciudades. Esta demanda, además, es, en parte, cubierta desde el exterior, ya que parte del capital invertido en la siderurgia es extranjero. Además, el proteccionismo dificultó la adquisición de bienes de equipo en el extranjero, con lo que las industrias españolas se quedarían pronto viejas, y se irían sustituyendo por importaciones. Sólo en la última década del siglo se mitigó la crisis internacional, y la industria volvería a surgir.
La realidad de España fue siempre la de un país pobre. Ni en los mejores momentos del poderío español la economía brilló a gran altura. Si bien es cierto que las aportaciones de la plata de América significaban una gran cantidad de flujo de recursos, faltaba en la Península una organización bancaria, industrial y mercantil capaz de absorber todo aquel exceso de metal precioso. La plata de Indias era un cómodo expediente, una fuente gratuita de dinero, para el Estado y para los particulares; pero en modo alguno favoreció el desarrollo de la estructura económica de España; porque acostumbró a los españoles al lucro fácil, prescindiendo de la trabajosa tras*formación de los productos naturales, la industria, la artesanía, el comercio, y, en segundo lugar, porque la abundancia de metal encareció los artículos con referencia al extranjero. Nuestra industria nunca estuvo en condiciones de competir con la foránea, y los mismos españoles, muchas veces, preferían o incluso necesitaban importar sus artículos de consumo. Por otra parte, el carácter español no se adaptaba fácilmente al espíritu mercantil. Los españoles de los siglos XVI o XVII se prestaban con más facilidad a conquistar continentes, realizar inmortales obras de arte o escribir libros de teología, que a asociarse para constituir una compañía comercial o trabajar para poner al fin en marcha un negocio.
La plata americana fue la panacea temporal capaz de compensar los fallos de la estructura económica española. En términos generales, puede decirse que permitió a los españoles vivir de rentas, sostenerse sin trabajar y sin organizarse para producir bienes de consumo. Pero llegó un momento en que la riada de caudales americanos empezó a agotarse, y con una rapidez increíble:
La economía a la entrada de los borbones en 1715
La llegada de una nueva dinastía impuso una profunda renovación de la administración hacendística con la creación de la Secretaría de Hacienda, que desplazó al correspondiente Consejo.
Felipe V se enfrentó a la ruinosa situación económica y financiera del Estado, luchando contra la corrupción y estableciendo nuevos impuestos para hacer más equitativa la carga fiscal.
A través de los Decretos de Nueva Planta, (Decreto de 1707 para Aragón y Valencia, de 1715 para Mallorca y de 1716 para Cataluña) se logró racionalizar la organización fiscal de la Corona de Aragón, se fracasó sin embargo al intentar imponer la misma organización en Castilla, pues el proyecto de Única Contribución, aprobado en 1749, no sobrevivió a su promotor, el marqués de la Ensenada. Se eliminaron las aduanas entre Castilla y el Reino de Aragón, con lo que desaparecía un obstáculo importante para la creación de un mercado único, también desaparecieron los controles a determinados precios, fundamentalmente el trigo (año 1765).
Desde el punto de vista de los ingresos, destaca el crecimiento de los ingresos provenientes de América y el volumen de deuda pública sufrió una progresiva reducción que la tras*formó en una masa de escasa importancia.
La industria textil catalana del setecientos merece una atención singular por la magnitud de su desarrollo, por el destacado papel que éste tuvo en la posterior industrialización de dicha región, que fue pionera en España y el indiscutible liderago que el Principado ejerció en lindustrialización de los subsectores algodonero y lanero españoles.
Durante el reinado del rey ****** III se fundaron una serie de industria de manufacturas de lujo, la de porcelanas del Retiro, la Real Fábrica de Tapices, la Platería Martínez y la real fábrica de cristales, se liberalizó parcialmente el comercio exterior, y desde 1778 totalmente el de América, suprimiendo la Casa de Contratación, permitiendo la creación de compañías internacionales, según la tradición de Holanda y Francia y se abrieron nuevos puertos en la península y América para el comercio.
Todo esto no lo digo yo. busque en san google ,
Y ahora me dice que franco regalo a cataluya alguna cosa .
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