Madero pililatatuada se infiltra en grupos mugrientos de Barcelona y acaba lefando a 8 perroflautas que ahora lloran despechadas

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LAS RELACIONES SEXEAFECTIVAS COMO ESTRATEGIA DE INFILTRACIÓN


El policía encubierto Daniel Hernàndez Pons encadenó y superpuso relaciones con mujeres de diferentes proyectos políticos de la ciudad de Barcelona para afianzarse en determinados espacios y dar credibilidad a su personaje. La 'Directa' ha podido recoger el testigo y la denuncia de ocho de ellas.


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Daniel Hernàndez Pons en el interior de un vehículo con una de las mujeres con las que mantuvo una relación


“Conocí a Dani una noche de junio de 2020 en la plaza de las Palmeras del barrio de Sant Andreu. Era una persona muy bromista, risueña y cercana con la que era fácil conectar, ya las chicas se nos acercaba con un flirteo gracioso. Dormí con él varias veces y en tres ocasiones mantuvimos relaciones sensuales”. Joana es una de las mujeres con las que el policía infiltrado tras la identidad falsa Daniel Hernàndez Pons mantuvo relaciones justo cuando acababa de aterrizar en el barrio. Ni ella ni ninguna de las otras mujeres lo habrían hecho si hubieran sabido que era policía. El hombre con el que compartieron su intimidad nunca ha existido, sus relaciones han sido una ficción.

La Directa ha podido recoger el testimonio de ocho mujeres que mantuvieron algún tipo de relación sexeafectiva con el agente encubierto entre junio de 2020 hasta que se marchó de Barcelona, el 30 de octubre de 2022. Forman parte de diferentes espacios y no todas se conocían entre sí. Con la mayoría estableció vínculo por medio de proyectos políticos del barrio de Sant Andreu de Palomar, pero también en una ocasión lo hizo mediante la aplicación de citas OkCupid, haciendo match con el perfil de una mujer que mostraba su orientación política. Todas han pedido preservar su anonimato, por lo que a lo largo del reportaje aparecen con seudónimos.

Si bien es cierto que las relaciones que desplegó en el marco de la infiltración son distintas en intensidad y duración, la suma de todas ellas dibuja unos patrones comunes: la simpatía y el flirteo constante, la evitación del conflicto y de la notoriedad política , el gran interés por los vínculos del entorno, las intermitencias relacionales y la capacidad de mimetizarse.


Las relaciones del infiltrado evidencian patrones de comportamiento como el flirteo constante, la evitación del conflicto y un perfil político bajo


El recién llegado de Mallorca, que brindaba pocas referencias a su pasado y desarrollaba un supuesto trabajo intermitente, dio pasos clave para labrarse su credibilidad y no levantar sospechas, como hacerse un gran tatuaje con significado político o ligar, mantener contactos sensuales e incluso desplegar alguna relación más estable, como la que mantuvo con Clara durante casi un año. Las relaciones sexeafectivas le sirvieron de puente a determinados espacios y al mismo tiempo contribuyeron a afianzar a su personaje.

Daniel Hernàndez seleccionaba a las mujeres de acuerdo con los objetivos de su infiltración y entraba en acción. Así es como logró enlazar relaciones o mantenerlas simultáneamente. Se interesó por Joana, insistió en mantener una “relación intermitente de tonteo ” con Iolanda, a Rut la buscó por OkCupid, a Txell le abrió una conversación privada por mensajería móvil y con Iris flirteó durante semanas. Explicitaba y reiteraba sus sentimientos en comunicaciones que dejó grabadas e intentaba preservar el vínculo: a Clara le reprochaba que no le amaba suficiente ya Bea llegó a decirle que “ella era una de las cosas que le podía frenar de marcharse de Barcelona”.

A través de todas ellas puso los pies en varios proyectos y espacios políticos, como las proyecciones de cine de La Cinétikay el grupo de trabajo del centro social para elaborar una guía para la prevención y actuación frente a las violencias patriarcales. Además, se sumó a una actividad local de la gira que el movimiento zapatista realizó por Catalunya. También formó parte desde el principio hasta el final de la Coordinadora Antirrepresiva de Sant Andreu, integrada por colectivos como Meridiana Resiste, el Ateneo la Armonía o el huerto urbano autogestionado El Jardín de la Julieta, “una buena oportunidad” –según Iris– “para ver a quien militaba en el barrio”. A partir de la relación sexeafectiva de dos meses con Eva, una activista del distrito de Ciutat Vella, también se paseó por otros lugares de la ciudad. Después de conocerse en el centro social okupado Kasa de la Montaña(en el barrio de la Salut), donde se celebraba una jam-session de hip-hop antifascista, compartieron jornadas y conciertos en varios espacios autogestionados de Barcelona.

Labrando una relación con Rut de medio año –hasta septiembre de 2022– se acercó al sindicato de la CGT: “Dani bromeaba diciendo que él era 'un anarquista de verdad'”. El policía infiltrado conoció a sus amigas, también militantes de la CGT, y mostró un interés especial por llevarla a La Cinétika y presentarla en el entorno que se había construido. "Se rodeaba de mucha gente y hablaba con todo el mundo", recuerda Rut. Con perspectiva, Iolanda, miembro de uno de los grupos de proyecciones de películas del centro social andreuense concluye que "se dedicó a crear nuevos vínculos constantemente".


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Construcción de un pasado

"De su vida pasada, eludía preguntas, se sentía incómodo". Éste es el recuerdo de Rut, a quien sólo le explicó que su padre, que supuestamente había muerto hacía tiempo, maltrataba a su madre y que tenía familiares en Albolote (Granada), donde había hecho la recogida de la aceituna.


"De su vida pasada, eludía preguntas, se sentía incómodo", recuerda Rut, una de las mujeres con las que intimó durante la infiltración


En el el ordenador portátil del piso de Barcelona, Dani tenía una carpeta cuyas pocas fotografías mostró a algunas de las mujeres. "Me enseñó unas de su supuesta expareja y también de él con algunos amigos, de adolescentes, pero nunca vi imágenes de su familia", asegura Rut. A las mujeres que llegaron a subir al piso de la calle Flor de Neu ahora les llama la atención que bajara él a abrir porque su vivienda no tenía timbre y también el hecho de que el principal elemento de decoración fuera una composición de pegatinas políticas "curiosamente ordenada".

La primera y única noche que pasaron juntos por la fiesta mayor de Sant Andreu de 2021, Iris le interrogó sobre su pasado. Además de militar en La Cinétika y en otros proyectos políticos del barrio, Iris había formado parte de un grupo de música que a menudo actuaba en Mallorca y, por tanto, mantenía muchos vínculos: “Le pregunté por muchas personas y no conocía a nadie . Me explicó que tenía parte de la familia en Granada y que quería irse durante un tiempo a trabajar”.


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Ocio, drojas y relaciones intermitentes

Todas coinciden en describirlo como una persona cariñosa, habladora y bromista, pero sin discurso político y, durante buena parte de los tres años que estuvo infiltrado en Barcelona, con una vida nocturna muy activa. "No se tomaba las cosas en serio", puntualiza Iolanda. Desde su punto de vista, Dani se excedía con las bromas en actividades políticas y aunque aparentemente no mostraba especial interés, estaba presente en todas partes. Asimismo, enfatiza que sí prestaba mucha atención a todas aquellas informaciones personales de los activistas del barrio: “Con él hacíamos lavadero y me hablaba mucho de sus relaciones sensuales, de los cines prono, del intercambio de parejas y de las chicas con las que contactaba por OkCupid”.

A algunas mujeres de su entorno, como Iolanda, les sorprendía que pudiera sostener la intensa actividad nocturna con su trabajo de instalador de aire acondicionado: "Me respondía que a veces iba a trabajar sin haber dormido". Con otros, sobre todo con Clara, rebajó esta faceta y no salía tanto de fiesta: "Me decía que no se drojaba mucho, pero me enteré de que lo hacía mucho más de lo que me hacía creer". De hecho, en uno de los miles de mensajes de WhatsApp intercambiados con Clara, Dani especifica, literalmente: “No es la birra, creo que me siento mal por las sencilladas que hice estas dos noches de eme [MDMA o éxtasis]”.

Tras compartir noches de fiesta con él, muchas de las afectadas corroboran su consumo. “Era una persona que siempre tenía una cerveza en la mano. Cuando había una mayor fiesta, de vez en cuando, llevaba pastillas o MDMA –nunca esnifaba– y nos animaba a drojarnos. No sé dónde las conseguía, pero puntualmente las tenía y siempre invitaba a todo el mundo. Tengo la sensación de que nunca perdía el control, y muchas veces se marchaba a casa con la excusa de que tenía que ir a trabajar o que iba muy borracho”, relata Joana.


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Capturas de pantalla de mensajes que Daniel Hernàndez Pons ha enviado a diferentes mujeres, donde se constatan las relaciones sexeafectivas y donde él mismo reconoce el consumo de estupefacientes. Los textos justificados a la izquierda corresponden al infiltrado



Vinculada al tejido político del barrio de Sant Andreu de Palomar, Bea también lo conoció en la plaza de las Palmeras y se envolvió con él por primera vez en el verano de 2022, en las fiestas de Canyelles. Recuerda que apagaba el móvil durante unos días y después se conectaba: “En una ocasión me lo justificó diciendo que se le había caído el teléfono al lavabo cuando iba borracho y no le funcionaba bien”. Coincide Iolanda, quien asegura que o bien le enviaba mensajes constantemente o desconectaba y no respondía.

Txell, vinculada al Ateneo la Armonía del recinto Fabra i Coats, también lo ratifica. “Nos liamos tres veces y desde el primer momento mantuvimos conversaciones por el móvil, pero era muy intermitente.
A veces me decía que estaba fuera, en Madrid con unos amigos o con mi familia”. Al día siguiente de la primera noche que pasó con él, en diciembre de 2021, Txell participaba en un acto antirrepresivo organizado por Solidaridad Periférica y la Coordinadora Antirrepresiva de Nou Barris.

Además de marcharse fuera algunos días bajo el pretexto de visitar a su madre en Palma, durante el medio año de relación, Rut recuerda que, a menudo, cuando estaban juntos, de repente, Dani le decía que tenía que irse a casa a realizar “unas gestiones”. Nunca dejaron la relación formalmente, pero asegura que el pasado mes de agosto, él empezó a comportarse de forma mucho más ambivalente: “Me decía que estaba muy a gusto conmigo y al día siguiente ya no me hablaba ni respondía los mensajes”. La intermitencia en las comunicaciones se fue ensanchando, Rut se marchaba una temporada a vivir fuera y el vínculo se apagó.

Supuestamente, la noche del 29 de octubre de 2022 es la última que el agente infiltrado pasó en Barcelona, en su piso de la calle Flor de Neu, y no estaba solo. “Lo tenía todo empaquetado y en cajas para irse a Granada”, recuerda Bea. Le explicó que recogería una furgoneta en Sants y que desde Granada volaría a Palma para incorporarse a un nuevo trabajo. Anteriormente, Bea se había interesado por el piso que dejaba, pero Dani le aseguró que ya tenía relieve.


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Del impacto emocional a la denuncia pública

El personaje era una ficción y las relaciones sexeafectivas que desplegó bajo la identidad falsa de Daniel Hernández Pons formaban parte de la escena, eran un engaño. Descubrir ahora que en realidad ese joven con cresta y pendientes es policía y que las historias sentimentales eran una farsa les ha comportado un gran impacto emocional y ha motivado a algunas de las mujeres a juntarse para hacer una denuncia pública del caso.

"Cuando he visto la foto donde sale con el uniforme de policía, he oído mucha rabia y no podía ni hablar". Bea no sólo enmudeció sino que también ha estado días sin entrar en su habitación, donde había compartido noches con él. Pese al impacto de los hechos, no quiere que se le lea "como una víctima" y recalca que el infiltrado "no ha ganado". Txell también recuerda "estar en choque" las primeras 24 horas desde que se enteró de la verdad, pero el "apoyo mutuo" la reconforta: "Denunciarlo públicamente forma parte de la lucha contra la violencia institucional". Y, con perplejidad, Eva se da cuenta de que, sin saberlo, "el enemigo ha dormido en tu cama" y que "aunque no he cometido ningún delito, han violado mi intimidad, mi integridad física y moral ”.

"Si para intentar cambiar este sistema de miseria se nos espía, ¿qué tipo de sociedad estamos construyendo?", se pregunta una de las mujeres
"Te remueve porque te has abierto a una persona que era una ficción, pero también empodera exponerlo y denunciarlo", expresa Rut. Cuando ha emergido cierto sentimiento de culpa, se ha dicho a sí misma que "son personas entrenadas". A raíz del descubrimiento, Joana ha transitado por varias fases: "Atraviesas el vacío de un proceso de duelo cuando te das cuenta de que la persona que conocías era una mentira, pero después del sentimiento de vulnerabilidad, tristeza y culpabilidad, aparece la rabia". Le ha golpeado especialmente ver "la facilidad" con la que "ha pisado nuestros espacios, ha entrado en nuestras casas y se ha puesto en nuestras camas". "No existe reparación posible cuando sabes que te ha violado un policía nacional" asevera.

Como reflexión feminista, Iris pone sobre la mesa el hecho de que las mujeres siempre han sido tratadas como "objetos" y "sometidas a las decisiones e intereses de los hombres" y que la estrategia de entrar en las vidas y las casas de todas ellas "forma parte de una maquinaria heteropatriarcal".

Sin embargo, a las ocho mujeres les sobrevienen muchos interrogantes: “Si para intentar cambiar este sistema de miseria se nos considera criminales y se nos espía, ¿qué tipo de sociedad estamos construyendo?”, lanza enojada Iris. “Me pregunto desde dónde se tomaron las decisiones y cuál era su objetivo político. Además, el Estado ha planificado su estrategia aprovechando los privilegios de un hombre cis”, reflexiona Txell. Iolanda concluye que “es imposible que una persona haya hecho todo esto y sus jefes no supieran nada”.

Aunque a menudo les invade el miedo a las represalias, algunas de las mujeres afectadas aseguran que están estudiando emprender acciones legales para determinar responsabilidades y evitar que se vuelva a repetir una situación similar.


Les relacions sexeafectives com a estratègia d’infiltració

“Si hagués sabut que era policia, mai hi hauria mantingut una relació” - directa.cat

Dani, el segon talp d’estat per espiar l’activisme - directa.cat
 
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Ojo cuidado que para esa misión en Barcelona, el madero se estuvo fogueando primero en el País Vasco y es muy probable que soltase el cumazo @Segismunda en el shishite de varias nekanes.



Unes jornades al País Basc, trampolí cap a Madrid



Y que no falte el comentario del comesoja aliade con la mirada de los cero shishis

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Si es que son tontisimas, les ponen a un malotillo y saltan con el cachopo lubricado encima suya, como los niños si les pones chuches delante, si encima el malotillo maneja pasta ya les explota la almeja. Que predecibles son, todas iguales, pero creyendose especialitas y unicas
 

Veriniano

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cuando son ellas las que se infiltran, dejando a los hombres como unos peleles, salen bien empoderadas y triunfantes en los relatos que hacen.

Han regalado su cuerpo y su cama a un desconocido y les ha salido rana, y ahora se consideran violadas ¿hubo o no consentimiento?
 
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Hippiedeplaya

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Le ha golpeado especialmente ver "la facilidad" con la que "ha pisado nuestros espacios, ha entrado en nuestras casas y se ha puesto en nuestras camas". "No existe reparación posible cuando sabes que te ha violado un policía nacional", asevera.

Se sorprenden de los guarras que son cuando aparece un malote y lo llaman violación...