Ahora mismo vivo en un pueblo de 10.000 habitantes censados (en realidad bastantes menos) y alucino con algunos comentarios que hablan de lo rural como si fuese un retorno a la vida en las cavernas o algo así.
Para que os hagáis una idea: acabo de regresar a casa tras ver el fútbol en un bar con pantalla gigante, estuve viéndolo con mis amigos ingenieros y abogados que viven aquí. Todo el mundo wasapeando para saber el resultado de los otros partidos, mientras nos tomábamos las mismas cañas que en cualquier ciudad pero bastante más baratas.
No sé que idea pleistocénica tenéis de los pueblos, como si fuesen poblaciones como las de "Los santos inocentes", habitadas por tarugos con boina que apenas saben hablar y van siempre con una navaja en el bolsillo. Es muy cómico la imagen del pueblo que tenéis en la ciudad...
En un pueblo uno puede ser oficinista, médico, abogado, programador, albañil, agricultor, tendero, diseñador de interiores, asesor fiscal... ¿¿¿pensáis que todo el mundo se dedica a labrar la tierra??? Aquí casi todo el mundo tiene un trabajo digamos "urbano" y se dedica a la naturaleza y la huerta en el tiempo libre. La calidad de vida es inmejorable: no hay stress, no hay ruido, la gente es tolerante y cosmopolita (esto está plagado de gente que vivó durante décadas en alemania y suiza, con bastante más mundo de aquellos que nunca han puesto un pie fuera de Madrid) , puedes dejar a los niños sueltos por la calle sin fallo para que hagan su vida, tienes internet, tienes ciudades a media hora en coche...
No hay que confundirse: muchos piensan que abandonar la ciudad implica convertirse en hippy, olvidar la tecnología y dedicarse a los tractores y las hoces: esa es únicamente una de las opciones, pero hay muchas más. Hay profesores de Yoga, pintores, academias para aprender alemán o inglés, ropa de marca... en fín, y estoy hablando de un oueblo supercutre y decadente de la Galicia interior.
Eso de los inviernos a lo medieval, muertos de frío y con la familia reunida alrededor del brasero, es completamente peliculero. En mi casa tenemos chimenea y recogemos leña por el monte, pero a mayores tenemos una caldera que evita cualquier riesgo de frío. Para los adolescentes hay muchísima marcha y muy barata, cuando me levanto los sábados o los domingos siempre veo por la calle a chavales que todavía no se han acostado, porque vienen de afters en tascas de pueblo (sí, esas cosas existen), raves campestres (también existen) o del pub medio ilegal que no cierra hasta las diez de la mañana.
Tenéis una idea bastante casposa del "campo". Muchos se llevarían una sorpresa... Para un matrimonio joven y con hijos a los que les guste la naturaleza esto puede ser un paraíso: los niños son felices, encuentras a gente muy interesante (o por lo menos, alejada del arquetipo de oficinista alienado y sus absurdos temas de conversación), el trato es muy muy humano (esto a veces se hace difícil: comprar una barra de pan no consiste sólo en sacar el monedero y pagar, sino en charlar mínimanente con el panadero, preguntarle por sus familiares y él por los suyos...) aunque desde fuera parezca que todo es cotilleo. Las muertes y los nacimientos en casas de vecinos son sentidas como si fuesen en tu familia... No sé, hay que vivirlo. No es para todo el mundo, pero aquel que esté harto de la hipocresía y el capitalismo de la ciudad, que se plantee que irse a un pueblo no exige cambiar de profesión en muchos casos. Por ejemplo a un abogado, médico o arquitecto que quiera empezar de cero, le resultará mucho más fácil hacerlo en un pueblo si sabe manejarse con las idiosincrasias locales. Y lo de las huertas, lo agrario, etc. pues es una opción más, que permite llevar una vida con el mismo confort y tecnología que cualquier currito urbano.
EDIT: apunto a mayores que soy lgtb, y no hay problema en absoluto con ello. Una de mis mejores amigas vive con su novia y nadie se lleva las manos a la cabeza. De hecho, cuando era niño había en el pueblo un travesti muy simpático, todo el mundo le quería muchísimo, el mito de la intolerancia es muy relativo... y mucho más cuando encuentras a gente que piensa como tú, lo cual es tan fácil o tan difícil como en cualquier otro lugar.
