Españoles e italianos no nos parecemos tanto como la gente cree.
El italiano es muy pelota, adulador. Y suele ir a a su fruta bola. Además de ese punto presumido y narcisista que tienen muchos, obsesionados con su imagen. Luego es verdad que tienen mucho encanto y genialidades.
En el sur son particularmente tóxicos. De allí partió la mayor parte de la inmi gración que recibió Argentina.
En general, me quedo con el español antes que con el italiano. El italiano se vende mejor, pero el español (salvando alguna que otra región) me parece más de fiar.