edefakiel
Madmaxista
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Mofa perversa de un destino o deidad cuya existencia no reconozco; tras aquel último día en que inquirí, con mi torpeza habitual -queriendo fingir quizá en vano que ninguna importancia atribuía a aquel instante y que en absoluto había practicado mis palabras mentalmente antes de pronunciarlas- a ella misma sobre su significado, que yo conocía, y al que había llegado sin proponérmelo, escucho o leo su nombre en cualquier parte.
Mas, en el fondo, no puedo sino celebrar su marcha. Como escribió Tolstoi:
"Es difícil amar a una mujer y hacer algo de valía."
Y con esto quiero en verdad decir que, en vez de celebrarlo, me lamento por ello. Y que estoy demasiado viejo. Y que no pensaba hacer algo de valía de todas formas, en base a mis inclinaciones hacia y sobre la inservibilidad, a rider of the purple wage, indeed.
- I tried. - espeté. Y ella contemplaba azorada mi extraña actitud. - Estas cosas las hago únicamente por ti. - añadí, mintiendo descaradamente ya en el idioma materno.
¡Escarnio! ¡Siempre castaña y almendra, siempre mía! ¡Ludibrio!
A la manera de N-I-C-H-A, ¡no me hagan hablar! Y estoy convencido de que en esos momentos abandonaba el libro, puede que incluso lo arrojara, y salía a pasear por las montañas. Pero aquí no hay montañas.
- Alors, que fait-on?
- Changeons de vie, allons vivre quelque part où nous ne serons jamais séparés!
¿Ohio? ¿Los solitarios bosques del Massachusetts? Mejor Turín. He desarrollado un peculiarísimo gusto por el mundo equino.
Mas, en el fondo, no puedo sino celebrar su marcha. Como escribió Tolstoi:
"Es difícil amar a una mujer y hacer algo de valía."
Y con esto quiero en verdad decir que, en vez de celebrarlo, me lamento por ello. Y que estoy demasiado viejo. Y que no pensaba hacer algo de valía de todas formas, en base a mis inclinaciones hacia y sobre la inservibilidad, a rider of the purple wage, indeed.
- I tried. - espeté. Y ella contemplaba azorada mi extraña actitud. - Estas cosas las hago únicamente por ti. - añadí, mintiendo descaradamente ya en el idioma materno.
¡Escarnio! ¡Siempre castaña y almendra, siempre mía! ¡Ludibrio!
A la manera de N-I-C-H-A, ¡no me hagan hablar! Y estoy convencido de que en esos momentos abandonaba el libro, puede que incluso lo arrojara, y salía a pasear por las montañas. Pero aquí no hay montañas.
- Alors, que fait-on?
- Changeons de vie, allons vivre quelque part où nous ne serons jamais séparés!
¿Ohio? ¿Los solitarios bosques del Massachusetts? Mejor Turín. He desarrollado un peculiarísimo gusto por el mundo equino.
