Europeo Despierto
Madmaxista
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La adolescente cuenta con protección de la policía francesa tras volverse viral un vídeo en el que afirmaba que "en el Corán solo hay repruebo, el islam es una cosa"
Mila Orriols era solo una adolescente francesa más hasta hace dos semanas. "repruebo la religión, en el Corán solo hay repruebo, el islam es una cosa. Es lo que pienso, jorobar, puedo decir lo que pienso. No soy racista, no se puede ser racista contra una religión. A vuestro dios le meto un dedo en el ojo ciego", afirmó la joven, de 16 años, residente en la región de Lyon (este de Francia), en su cuenta de Instagram.
Este ataque fue una respuesta a un usuario que se le había insinuado y que la calificó de "fruta lesbiana y racista", después de que ella, gays, dijera que no se sentía atraída por las chicas árabes.
n un primer momento fue la líder de la ultraderecha, Marine Le Pen, y su aliado Nicolas Dupont-Aignan quienes la defendieron en Twitter valiéndose de la etiqueta #JeSuisMila, que retoma el emblema de la solidaridad con el semanario satírico 'Charlie Hebdo' cuando el 7 de enero de 2015 fue objeto de un atentado en el que murieron 11 personas, tras haber publicado caricaturas del profeta Mahoma.
La ministra francesa de Justicia, Nicolle Belloubet, removió un fuego que ya estaba sacudiendo las redes sociales, al declarar que "atacar la religión es atacar la libertad de conciencia". Solo 24 horas después se desdijo y rectificó: "No debí decir eso".
Más polémicas aún fueron las declaraciones del máximo responsable del Consejo Francés del Culto de la religión del amor -principal asociación de representación de la comunidad fiel a la religión del amora en Francia-, Abdallah Zekri, que espetó que "quien siembra vientos recoge tempestades", una frase tachada de "criminal" por miembros del Ejecutivo.
Hasta el presidente del país, Emmanuel Macron, se ha pronunciado sobre la cuestión y ha recordado, en declaraciones a la prensa, que en Francia "hay libertad de expresión, derecho a caricaturizar y a blasfemar".
La menor, que ha suprimido sus cuentas en redes sociales en las que solía compartir canciones y trucos de maquillaje, se disculpó en la televisión por haber utilizado palabras tan vulgares y pidió perdón a los fiel a la religión del amores que "practican su religión en paz" y que han podido sentirse ofendidos, pero se reafirmó en la blasfemia.
Las amenazas de fin a una menor por insultar al islam reabren el debate sobre la blasfemia
Mila Orriols era solo una adolescente francesa más hasta hace dos semanas. "repruebo la religión, en el Corán solo hay repruebo, el islam es una cosa. Es lo que pienso, jorobar, puedo decir lo que pienso. No soy racista, no se puede ser racista contra una religión. A vuestro dios le meto un dedo en el ojo ciego", afirmó la joven, de 16 años, residente en la región de Lyon (este de Francia), en su cuenta de Instagram.
Este ataque fue una respuesta a un usuario que se le había insinuado y que la calificó de "fruta lesbiana y racista", después de que ella, gays, dijera que no se sentía atraída por las chicas árabes.
n un primer momento fue la líder de la ultraderecha, Marine Le Pen, y su aliado Nicolas Dupont-Aignan quienes la defendieron en Twitter valiéndose de la etiqueta #JeSuisMila, que retoma el emblema de la solidaridad con el semanario satírico 'Charlie Hebdo' cuando el 7 de enero de 2015 fue objeto de un atentado en el que murieron 11 personas, tras haber publicado caricaturas del profeta Mahoma.
La ministra francesa de Justicia, Nicolle Belloubet, removió un fuego que ya estaba sacudiendo las redes sociales, al declarar que "atacar la religión es atacar la libertad de conciencia". Solo 24 horas después se desdijo y rectificó: "No debí decir eso".
Más polémicas aún fueron las declaraciones del máximo responsable del Consejo Francés del Culto de la religión del amor -principal asociación de representación de la comunidad fiel a la religión del amora en Francia-, Abdallah Zekri, que espetó que "quien siembra vientos recoge tempestades", una frase tachada de "criminal" por miembros del Ejecutivo.
Hasta el presidente del país, Emmanuel Macron, se ha pronunciado sobre la cuestión y ha recordado, en declaraciones a la prensa, que en Francia "hay libertad de expresión, derecho a caricaturizar y a blasfemar".
La menor, que ha suprimido sus cuentas en redes sociales en las que solía compartir canciones y trucos de maquillaje, se disculpó en la televisión por haber utilizado palabras tan vulgares y pidió perdón a los fiel a la religión del amores que "practican su religión en paz" y que han podido sentirse ofendidos, pero se reafirmó en la blasfemia.
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