Cuando anunciaron el confinamiento, por lo menos en mi zona, en un par de días se agotaron muchos de los alimentos y elementos de primera necesidad (productos lácteos, arroz, harinas, panadería, frutería, carnicería, productos de higiene) recuerdo todas esas estanterías completamente vacías. Curiosamente, los alimentos en conserva casi ni los habían tocado.
Estuvieron vacías durante varios días más porque mucha gente no pudo hacer sus compras en el primer momento y se formaban largas colas para poder pillar lo que se iba reponiendo.
Lo curioso de todo es que en realidad no había ningún problema de desabastecimiento, pero la gente actuó como si fuese el inicio de una guerra mundial.
De aquellos días, aprendí mucho aprovechando el "ensayo general" de una posible catástrofe o corte de suministros. Ahora continúo haciendo mi vida normal pero con una pequeña diferencia:
Dispongo de agua, comida y energía para varios meses, además de protocolos de actuación y planes alternativos por si la situación se complicase.