La ONU se queda sin dinero para pagar a sus 37.000 trabajadores
El secretario general de la ONU,
Antonio Guterres, ha advertido a los trabajadores que puede que no haya suficiente dinero para pagar sus salarios a finales de este mes, debido al déficit financiero de la organización, que ya ha alcanzado los 210 millones de euros.
En una carta enviada a los 37.000 trabajadores del secretariado de la ONU, citada por la Agencia de Prensa de Francia (AFP), Guterres dice que habrá que
tomar "medidas adicionales" que no se especificaban para
garantizar el pago de los salarios y las obligaciones.
"Los Estados Miembros sólo pagaron el 70% del monto total necesario para nuestras operaciones ordinarias en 2019. Esto se traduce en un
déficit de caja de 230 millones de dólares (209,2 millones de euros) a finales de septiembre. Corremos el riesgo de agotar nuestras reservas de liquidez de reserva para fin de mes", escribe el secretario general.
Para reducir costes, Guterres señala al aplazamiento de conferencias y reuniones y a la reducción de servicios, además de restringir los viajes oficiales sólo a actividades esenciales y tomar medidas para ahorrar energía.
Guterres había pedido a los Estados miembros a principios de este año que aumentaran sus contribuciones al organismo mundial para evitar problemas de liquidez, pero se negaron, indica un trabajador de la ONU en forma anónima.
"
La responsabilidad última de nuestra salud financiera recae en los Estados miembros", dice Guterres.
Excluyendo lo que se paga por las operaciones de mantenimiento de la paz, el presupuesto operativo de la ONU para 2018-2019 es de casi 5.400 millones de dólares (4.550 millones de euros), de los que Estados Unidos aporta el 22%.
CÓMO SE FINANCIA LA ONU
Como uno de los mayores "patrocinadores" de las Naciones Unidas, el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha exigido que las decisiones de la organización no contradigan su propia línea política.
El año pasado
Trump amenazó con recortar los fondos para el programa de la ONU de ayuda a los refugiados palestinos, lo que tendría graves consecuencias para millones de personas.
En 2017, Estados Unidos recortó 240 millones de euros en su contribución, una decisión tomada menos de una semana después de que las Naciones Unidas condenaran, con 128 votos a favor, 9 en contra y 35 abstenciones, la decisión de Donald Trump de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel.
En aquel momento,
la representante de Estados Unidos, Nikki Haley, dijo que la posición de las Naciones Unidas era "una vergüenza" y subrayó que la ONU se convirtió en "un lugar hostil para Israel".
Más de la mitad del presupuesto de las Naciones Unidas se destina a programas de ayuda humanitaria y de apoyo al desarrollo. Las misiones de mantenimiento de la paz absorben alrededor del 20% del presupuesto.
La organización se financia de dos maneras: mediante pagos obligatorios y contribuciones voluntarias. Cada uno de los 193 miembros de la organización debe pagar un porcentaje del presupuesto operativo ordinario y del presupuesto de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas.
Estas contribuciones están determinadas por una fórmula compleja que requiere que Estados Unidos paguen el 22% del presupuesto general y el 28% del presupuesto de mantenimiento de la paz. Estas son las mayores acciones de cualquier nación.
Junto a los Estados Unidos están el Reino Unido, Alemania, Japón y la Unión Europea, los principales financiadores.
Además de los países, hay otros contribuyentes importantes, como la Fundación Bill y Melinda Gates, que en los últimos tres años ha aportado casi 280 millones de euros anuales, situándose en el puesto 25 de la lista de los mayores donantes, justo después de Argentina.
Por otra parte, todavía existen varios organismos de las Naciones Unidas, más de 30, programas y fondos especializados, como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), por ejemplo, se financian en parte mediante pagos obligatorios.
La ONU se queda sin dinero para pagar a sus 37.000 trabajadores
