La nueva maternidad que desafía al feminismo

NODIANO_borrado

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La nueva maternidad que desafía al feminismo




Domingo 08 de abril de 2012 | Publicado en edición impresa




Podrían atravesar el techo de cristal del crecimiento profesional, pero eligen quedarse en casa y criarpersonalmente a sus hijos con obsesiva dedicación. El feminismo da la voz de alerta: vivir para los niños no es sustancialmente distinto de vivir para los hombres. ¿Elección libre o regresión cultural?

Por Juana Libedinsky | LA NACION



El mal que afecta a las mujeres profesionales americanas ya bien entrado el siglo XXI no es el sexismo sino algo que los grupos feministas -que lo denuncian como algo igualmente peligroso- llaman el "niñismo" (childism) o la "kindergarquía" (kindergarchy).

Es el resultado de una obsesión: ser madres más que perfectas. En Nueva York y las grandes ciudades norteamericanas, esto implica una larga lista de tareas y obligaciones que van desde alimentar a los niños sólo con comida orgánica, llevarlos -personalmente- a cada clase de ballet, mandarín, cocina gourmet para preescolares y violín Suzuki; ni qué hablar a cada práctica de fútbol, béisbol o patinaje artístico después de varias horas de trabajo voluntario en la biblioteca del jardín de infantes. Desde antes de nacer (sin peridural, naturalmente, para evitar químicos), los bebes ya habían sido sobrestimulados con una cantidad de técnicas para que les guste la música clásica y la buena lectura. Y para proteger sus colitas -y el medio ambiente- de lo artificial, los pañales "top" son nuevamente de tela, que hay que lavar a mano y secar al sol.

Con una agenda infantil así, difícilmente una carrera profesional medianamente demandante podría subsistir. Para algunas figuras emblemáticas del movimiento de liberación femenina, vivir para los niños no es sustancialmente distinto de vivir para los hombres, y dan la voz de alerta: los logros de la revolución feminista de los años 60 están ahora en peligro por culpa de estas "buenas madres".

Para la filósofa francesa Elizabeth Badinter, no hay lugar a dudas: "Es un movimiento regresivo dentro de la sociedad que convierte a las madres en esclavas de sus hijos". Elegida en 2010 la intelectual más importante de su país por sus libros sobre maternidad y feminismo, Badinter sostiene que "la nueva imagen de la madre va en contra del modelo por el que luchamos hasta ahora, y vuelve imposible la igualdad entre los sexos e irrelevante la libertad de la mujer".

Y aunque en Francia, por factores culturales y políticos -como las bondades del Estado de bienestar europeo, por ejemplo-, esta nueva ola de maternidad "intensiva" tiene menos impacto que en EE.UU., Badinter destaca en diálogo con La Nacion que esta tendencia se está imponiendo cada vez con mayor fuerza en todo el mundo.

El ojo del huracán, evidentemente, está en EE.UU. y, especialmente, en Nueva York. Aquí Pamela Stone, socióloga del Hunter College de Manhattan y autora del libro Opting Out? Why Women Really Quit Careers and Head Home" (¿Por propia voluntad? Las verdaderas razones por las cuales las mujeres abandonan sus carreras y se van para el hogar), dice que lo que se está viviendo es "la emergencia de un neotradicionalismo" en los segmentos medios y medios-altos de la sociedad, especialmente entre las mujeres que más posibilidades tendrían de acceder a puestos de liderazgo, romper los "techos de cristal" del crecimiento profesional y sentar precedente.

Según estudios que realizó en todo el país con la economista Cordelia Reims, de la misma institución, a mayor nivel de ingreso (y mayor cantidad de recursos invertidos en la educación de las mujeres), mayor es la posibilidad de que, en las parejas donde ambos son profesionales, sólo el hombre continúe con la carrera después de la llegada de los hijos.

"Aunque pasados unos años las madres vuelvan al mercado, en general lo hacen tras haber abandonado sus viejas profesiones en las cuales tanto invirtieron y por las que tanto sacrificaron, pasando a disciplinas más family friendly (por ejemplo, de ser socias de un estudio de abogados vuelven a empezar como maestras). Típicamente esto implica una considerable reducción de sueldo y un empezar casi de cero en la nueva carrera, por lo cual los costos para las mujeres, para los empleadores que invirtieron en ellas y para la sociedad son considerables", subraya.

Pero si esta tendencia deja su huella en la sociedad, también lo hace puertas adentro, en la casa y con los hijos. Infinidad de artículos han salido sobre esta nueva modalidad conocida como "helicopter parenting", en referencia a la actitud de la madre que sobrevuela como un helicóptero por encima del niño, monitoreando todo lo que hace. También se habla de un " micromanagement " de las actividades de los hijos, como si estos fueran una pequeña empresa. La imagen del micromanagement, tomada del mundo de los negocios, no es casual: Stone misma habla de "la profesionalización de la maternidad".

"Al quedarse sin carreras, las mujeres compensan aplicando sus habilidades organizativas y laborales en el hogar, convirtiéndose en supermamás. No dejan el trabajo porque quieren ser supermamás, pero se convierten en supermamás cuanto más tiempo se quedan en el hogar alejadas de las aspiraciones y la identidad que les daba el trabajo. Una de las consecuencias no intencionales de la falta de flexibilidad de las profesiones en EE.UU. es que las mujeres terminan intensificando prácticas de crianza ya intensas en sí", sostiene.

Por supuesto, esta redactora misma puede dar cuenta de amigas ingenieras o economistas en la Gran Manzana que estaban hartas de su trabajo y recibieron encantadas la posibilidad que les daba el primer bebe de abandonarlo todo -algo que, sin niños, hubiera sido considerado socialmente inaceptable y hasta mal visto por los propios maridos aunque éstos pudieran mantenerlas.

Pero más usual es una sensación de ambigüedad. "Con mi primer hijo -confiesa una abogada argentina, madre de tres varones, que tras un posgrado en derecho en EE.UU. ingresó en uno de los despachos más prestigiosos de Wall Street-, pedí trabajar part time . Nunca lograba irme antes de las siete de la tarde, pero igual todos me miraban como a una vaga. En EE.UU. es tan competitivo el sistema que es muy difícil que te respeten si no estás dando el ciento por ciento."

Y agrega: "En la Argentina creo que no tengo ninguna amiga que no trabaje. Pero así como en Europa tenés un sistema de seguridad social por el cual podés tomarte largas licencias de maternidad y hay gurderías accesibles, así como hay apoyo del Estado y las empresas, en la Argentina en general tenés a tu familia, que te salva en alguna emergencia. Acá, en cambio, estamos solas, con maridos que trabajan larguísimas horas. Entre las americanas, casi nadie nació en Nueva York, y lo mismo, tienen a su familia en Milwakee o Pasadena. Eso explica un poco por qué, si no quieren que sus hijos sean criados íntegramente por una niñera -carísima, además-, tienen que dejarlo todo. Sí, hay factores de moda, o culturales detrás de las A-list moms o supermamás, pero una base estructural también".

Lo cierto es que hoy el tema del "helicopter parenting" fascina a los medios y el libro Bringing Up Bébé, que desnuda y cuestiona el fenómeno, es el gran best seller del momento. Su autora, Pamela Druckerman, acaba de ser nominada por la revista Time para la lista de cien personas más importantes de la actualidad. Los estudios de Stone y Reims muestran que, si comparamos con la década del 80, cuando un 25 por ciento de las profesionales con hijos no volvía al trabajo, hoy la situación está mejor: la proporción bajó al 20 por ciento. Sin embargo, lo que Stone marca es que esta cifra en los últimos años no siguió reduciéndose como era de esperar, sino que básicamente se estabilizó.




Pañales de tela


El gran tema que desespera a feministas como Badinter, sin embargo, son los tintes verdes o hipernaturistas que cada vez están más de moda y que ella traduce como una mayor exigencia para las madres. Desde el regreso al parto en casa y los pañales de tela, pasando por el cuestionamiento a las mamás que no amamantan por larguísimos períodos, hasta cosas que pueden ser más triviales como erigirse en las managers de la "carrera" infantil de sus hijos, o lo que traducido sería "colechar"" (compartir la cama matrimonial con el bebe).

"En ausencia de una ideología de recambio para el capitalismo consumista, se está volviendo a la filosofía naturalista, y esta filosofía a la Rousseau se está volviendo en contra de las mujeres", dice Badinter. Porque si bien es cierto que cada vez son más los padres que se quedan en casa, en general sigue siendo la mujer la que lo hace.

Otros simplemente señalan que se trata de una elección de vida y punto, y que hay que celebrar que las mujeres tengan libertad para poder elegir qué modelo de madres quieren ser. Claro está que aquí se trata de mujeres para las que el factor económico no es decisorio.

"Yo elegí no vacunar a mis hijos, y en vez contribuir a su sistema inmunológico dándoles de hacer cositas por un año, entre otras cosas. Por eso, y como podemos vivir del trabajo de mi marido, prefiero no volver a trabajar hasta que no tenga a mis dos niñas y el varón en la escuela para simplificar mi vida", sostiene una argentina que estudió en la Universidad más famosa de Canadá, y tras un paso profesional por México se estableció en Nueva York con su familia.

"Realmente creo que hay una nueva forma de feminismo que se adapta mejor a los tiempos que cambian. Una forma no excluye la otra. Quedarse en casa, amamantar hasta el año, y demás no implica per se negar los valores feministas. Todavía no se ha llegado a una solución perfecta, pero como decía una vieja propaganda americana, "hemos recorrido un largo camino, muchachas", dice con humor.

Para Badinter, el argumento de que es parte de la libertad de elección de las mujeres el quedarse en casa y dedicarse a los niños de la manera más intensiva imaginable no es del todo convincente. "Es una elección legítima si ellas pueden asegurar su independencia económica al dedicarse solo al trabajo del hogar. Cuando todo anda bien en la pareja, este arreglo es una cosa. Pero hoy la realidad es que tantos matrimonios se separan, y que la mamá que queda sola va a tener que subsistir con la pensión alimentaria que consiga de su ex. Lo que una mujer sigue sin tener que olvidar jamás es que su independencia financiera es absolutamente esencial."



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Juzgad vosotros mismos...
 

macduro

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De un extremo al otro ... los humanos es que somos fulastres .
 

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La nueva maternidad que desafía al feminismo




Domingo 08 de abril de 2012 | Publicado en edición impresa










El mal que afecta a las mujeres profesionales americanas ya bien entrado el siglo XXI no es el sexismo sino algo que los grupos feministas -que lo denuncian como algo igualmente peligroso- llaman el "niñismo" (childism) o la "kindergarquía" (kindergarchy).

Y para proteger sus colitas -y el medio ambiente- de lo artificial, los pañales "top" son nuevamente de tela, que hay que lavar a mano y secar al sol.




Según estudios que realizó en todo el país con la economista Cordelia Reims, de la misma institución, a mayor nivel de ingreso (y mayor cantidad de recursos invertidos en la educación de las mujeres), mayor es la posibilidad de que, en las parejas donde ambos son profesionales, sólo el hombre continúe con la carrera después de la llegada de los hijos.






Pañales de tela


El gran tema que desespera a feministas como Badinter, sin embargo, son los tintes verdes o hipernaturistas que cada vez están más de moda y que ella traduce como una mayor exigencia para las madres. Desde el regreso al parto en casa y los pañales de tela, pasando por el cuestionamiento a las mamás que no amamantan por larguísimos períodos, hasta cosas que pueden ser más triviales como erigirse en las managers de la "carrera" infantil de sus hijos, o lo que traducido sería "colechar"" (compartir la cama matrimonial con el bebe)."


"Realmente creo que hay una nueva forma de feminismo que se adapta mejor a los tiempos que cambian. Una forma no excluye la otra. Quedarse en casa, amamantar hasta el año, y demás no implica per se negar los valores feministas. Todavía no se ha llegado a una solución perfecta, pero como decía una vieja propaganda americana, "hemos recorrido un largo camino, muchachas", dice con humor.





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Esto en Rusia en general ha sido asi, sin tantos aspavientos de naturalismo ni historias. SImplemente se ha mantenido (en general) la tradicion.
 

Afilao

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Entre shemales y feministas radicales, lo mismo arreglamos la superpoblacion.


Darwin se merece una placa en las plaza de to'los pueblos.
 

Blaster

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Lo que no entiendo es cómo no se inmolan directamente. La naturaleza dictó que ellas parieran y amamantaran a los hijos y los hombres no. La naturaleza es la culpable de su opresión al patriarcado bla bla blo. Que empiecen su lucha contra la naturaleza opresora, Dios, o como lo quieran llamar, desde la raíz: inmolándose el cachopo.
 

goguito

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Estar a favor de la crianza natural no quita que una madre siga trabajando, yo soy una de ellas, estoy a favor de criar con apego, mi hijo duerme con nosotros , toma berza y no va a la guardería. Yo soy la que trabaja y mi marido parado se queda con él cuando yo estoy en el trabajo.
Si puediese elegir preferiría quedarme con él. Dejar el trabajo para mí no es perder identidad ni mucho menos es tener libertad para hacer realmente lo que quieres hacer.... que hay mujeres que sin su trabajo no se sienten realizadas? perfecto pero yo no soy una de ellas :roto2:, tengo demasiadas cosas que hacer y demasiadas inquietudes para ser una esclava del sistema por elección (no por obligación).
 

NODIANO_borrado

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Estar a favor de la crianza natural no quita que una madre siga trabajando, yo soy una de ellas, estoy a favor de criar con apego, mi hijo duerme con nosotros , toma berza y no va a la guardería. Yo soy la que trabaja y mi marido parado se queda con él cuando yo estoy en el trabajo.
Si puediese elegir preferiría quedarme con él. Dejar el trabajo para mí no es perder identidad ni mucho menos es tener libertad para hacer realmente lo que quieres hacer.... que hay mujeres que sin su trabajo no se sienten realizadas? perfecto pero yo no soy una de ellas :roto2:, tengo demasiadas cosas que hacer y demasiadas inquietudes para ser una esclava del sistema por elección (no por obligación).
a ojos de la ideología de género (la actual) eres una hereje alienada... es decir, tienes el cerebro tan lavado por el patriarcado que no eres capaz de tomar las decisiones "adecuadas" por ti misma, por eso ya están las miembras para pensar por ti.

Tiene tela ¿eh?
 

Gothaus

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Atsí pacutsá.
Hay mujeres que son desgraciadas porque ningún hombre les hace caso o porque no pueden o no quieren tener hijos y quieren, por envidia, que las demás mujeres se encuentren en la misma situación que ellas porque mal de muchos, consuelo de simples. Es lo que llamamos feminazismo.

Es de mal nacida querer hacer sentir a otra culpable por querer tener un hijo y atenderlo.
 

Alfaro

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Lo que no entiendo es cómo no se inmolan directamente. La naturaleza dictó que ellas parieran y amamantaran a los hijos y los hombres no. La naturaleza es la culpable de su opresión al patriarcado bla bla blo. Que empiecen su lucha contra la naturaleza opresora, Dios, o como lo quieran llamar, desde la raíz: inmolándose el cachopo.
Tan contrario es el feminismo a la naturaleza, que, como movimiento, acabara estingiendose por vía vaginal, tan solo es una cuestión de tiempo.
 

FoSz2

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Mi novia me lo viene diciendo hace algún tiempo:
"La igualdad entre hombres y mujeres es una estafa, ahora no sólo tengo que llevar la casa sino que además el trabajo"
y que conste que en la casa vamos a medias en todo.

Antes: sólo él trabajaba y sacaba adelante una familia numerosa (abuelos o tías solteronas incluidos)
Ahora: tienen que trabajar los dos y con pocos hijos.

Cada vez me creo más que lo de la "igualdad de la mujer" ha sido una estafa (otra más) de la casta.
 

NODIANO_borrado

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Mi novia me lo viene diciendo hace algún tiempo:
"La igualdad entre hombres y mujeres es una estafa, ahora no sólo tengo que llevar la casa sino que además el trabajo"
y que conste que en la casa vamos a medias en todo.

Antes: sólo él trabajaba y sacaba adelante una familia numerosa (abuelos o tías solteronas incluidos)
Ahora: tienen que trabajar los dos y con pocos hijos.

Cada vez me creo más que lo de la "igualdad de la mujer" ha sido una estafa (otra más) de la casta.
http://www.burbuja.info/inmobiliari...nto-feminista-jugada-maestra-del-capital.html
 

t_chip

Facilisimo
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!Lo que les ha costado darse cuenta!:ouch:

Ya era hora de que las aguas volvieran a su cauce, pero me temo que la crisis tiene mucho que ver en esto, aunque, como va a durar décadas, en esto va a ser beneficiosa.:)
 

Demientras

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A mi lo que me preocupa es que ante tanta estupidez sólo alcen la voz las feministas y porque les estropea el chiringuito.

Definitivamente se acerca el fin del imperio occidental. Poco más puede decaer. Tanto tiempo de ocio no es bueno para ninguna civilización.