capit
Himbersor
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el arte posee ideología, por tanto que toda obra es indisociable de la estructura social y política en el seno de la cual ha sido creada y, en última instancia, que en realidad la mayor parte de producciones artísticas de la historia no son únicas ni realmente originales por completo sino que normalmente son el producto de “versionar” con ligeras variaciones un producto anterior. Vamos con ello.
esta imagen es una de las primeras escenas de género de la historia del arte occidental y representa la oficina de un cambista de monedas (los cuales actuaban en aquellos tiempos también como prestamistas y primitivos banqueros). De hecho el cuadro de Massys constituye un claro avance respecto al cuadro de Petrus Christus en que se inspira, en tanto que aquí vemos una escena donde se muestra la tarea cotidiana de dos personas normales, un cambista y su esposa, ninguno de los cuales es un santo o un personaje de renombre. Se trata de gentes anónimas durante una jornada laboral normal. Ahora bien, si nos fijamos en la imagen vemos que el marido está pesando monedas de oro (para comprobar que no hubieran sido limadas, práctica habitual en la época) mientras que su mujer le mira, más interesada en el dinero que en el libro religioso que tiene entre las manos (concretamente un ejemplar de lo que se conocía por entonces como un "libro de horas"). Se supone por tanto que la pintura realizada por Massys pretendía representar el conflicto entre avaricia y oración. En otras palabras, estamos frente a un cuadro con una función moralizante, típica por otra parte de lo que había sido la pintura medieval en los siglos previos. Digamos que por ello este cuadro es la evolución lógica del cuadro pintado por Petrus Christus medio siglo antes.
Por otro lado si entramos en los detalles puede llamar la atención la presencia en los dos cuadros mencionados de un pequeño espejo (e incluso, si ampliáis las imágenes pinchando en ellas, veréis que en ambos espejitos se reflejan los rostros de personajes fuera de plano, a imitación de El matrimonio Arnolfini de Van Eyck, pintado en 1434) así como otras pequeñas curiosidades que emparentan estas obras entre sí y a la vez ambas con los primeros maestros de la pintura flamenca que sirvieron de puente entre el gótico y el Renacimiento.
Pero lo que a mí me interesa resaltar sobre todo es esa idea antes insinuada de que a nivel ideológico el tema y la iconografía del cuadro encajaban más o menos con la moral tardomedieval, hostil a las embrionarias formas de un naciente capitalismo que amenazaba por entonces con romper los fundamentos de la cohesión social. El comercio, la banca, el trabajo asalariado y en definitiva la acumulación de riqueza procedente de todo ello resultaban elementos transgresores para el caduco orden feudal de comienzos del s. XVI en el cual la posesión de tierra o la pertenencia a un linaje ya no eran las únicas fuentes de prosperidad y poder. El dinero aún tardaría siglos en convertirse por sí mismo en el nuevo eje estructural de las sociedades occidentales pero los grupos de poder tradicionales, sobre todo la Iglesia, recelaban ya entonces de lo que estaba ocurriendo, lo que a su vez se reflejaba ocasionalmente en el arte, como podemos comprobar.
Dicho esto, el bueno de Quinten tuvo dos hijos llamados Jan y Cornelis los cuales también se dedicaron a la pintura siguiendo la estela de la tradición familiar, si bien no gozaron de excesiva fortuna entre otras cosas porque no fueron muy innovadores en su arte. Por ejemplo, este de más abajo es un cuadro pintado por Jan Massys (1510-1575), uno de los hijos de Quinten. Como vemos el cuadro es a su vez una especie de "versión" propia de una obra muy parecida realizada por su padre y que ya os mostré más atrás.
esta imagen es una de las primeras escenas de género de la historia del arte occidental y representa la oficina de un cambista de monedas (los cuales actuaban en aquellos tiempos también como prestamistas y primitivos banqueros). De hecho el cuadro de Massys constituye un claro avance respecto al cuadro de Petrus Christus en que se inspira, en tanto que aquí vemos una escena donde se muestra la tarea cotidiana de dos personas normales, un cambista y su esposa, ninguno de los cuales es un santo o un personaje de renombre. Se trata de gentes anónimas durante una jornada laboral normal. Ahora bien, si nos fijamos en la imagen vemos que el marido está pesando monedas de oro (para comprobar que no hubieran sido limadas, práctica habitual en la época) mientras que su mujer le mira, más interesada en el dinero que en el libro religioso que tiene entre las manos (concretamente un ejemplar de lo que se conocía por entonces como un "libro de horas"). Se supone por tanto que la pintura realizada por Massys pretendía representar el conflicto entre avaricia y oración. En otras palabras, estamos frente a un cuadro con una función moralizante, típica por otra parte de lo que había sido la pintura medieval en los siglos previos. Digamos que por ello este cuadro es la evolución lógica del cuadro pintado por Petrus Christus medio siglo antes.
Por otro lado si entramos en los detalles puede llamar la atención la presencia en los dos cuadros mencionados de un pequeño espejo (e incluso, si ampliáis las imágenes pinchando en ellas, veréis que en ambos espejitos se reflejan los rostros de personajes fuera de plano, a imitación de El matrimonio Arnolfini de Van Eyck, pintado en 1434) así como otras pequeñas curiosidades que emparentan estas obras entre sí y a la vez ambas con los primeros maestros de la pintura flamenca que sirvieron de puente entre el gótico y el Renacimiento.
Pero lo que a mí me interesa resaltar sobre todo es esa idea antes insinuada de que a nivel ideológico el tema y la iconografía del cuadro encajaban más o menos con la moral tardomedieval, hostil a las embrionarias formas de un naciente capitalismo que amenazaba por entonces con romper los fundamentos de la cohesión social. El comercio, la banca, el trabajo asalariado y en definitiva la acumulación de riqueza procedente de todo ello resultaban elementos transgresores para el caduco orden feudal de comienzos del s. XVI en el cual la posesión de tierra o la pertenencia a un linaje ya no eran las únicas fuentes de prosperidad y poder. El dinero aún tardaría siglos en convertirse por sí mismo en el nuevo eje estructural de las sociedades occidentales pero los grupos de poder tradicionales, sobre todo la Iglesia, recelaban ya entonces de lo que estaba ocurriendo, lo que a su vez se reflejaba ocasionalmente en el arte, como podemos comprobar.
Dicho esto, el bueno de Quinten tuvo dos hijos llamados Jan y Cornelis los cuales también se dedicaron a la pintura siguiendo la estela de la tradición familiar, si bien no gozaron de excesiva fortuna entre otras cosas porque no fueron muy innovadores en su arte. Por ejemplo, este de más abajo es un cuadro pintado por Jan Massys (1510-1575), uno de los hijos de Quinten. Como vemos el cuadro es a su vez una especie de "versión" propia de una obra muy parecida realizada por su padre y que ya os mostré más atrás.