la evolucion de la burguesia retratado en el arte

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el arte posee ideología, por tanto que toda obra es indisociable de la estructura social y política en el seno de la cual ha sido creada y, en última instancia, que en realidad la mayor parte de producciones artísticas de la historia no son únicas ni realmente originales por completo sino que normalmente son el producto de “versionar” con ligeras variaciones un producto anterior. Vamos con ello.

1- El cambista 1514.jpg

esta imagen es una de las primeras escenas de género de la historia del arte occidental y representa la oficina de un cambista de monedas (los cuales actuaban en aquellos tiempos también como prestamistas y primitivos banqueros). De hecho el cuadro de Massys constituye un claro avance respecto al cuadro de Petrus Christus en que se inspira, en tanto que aquí vemos una escena donde se muestra la tarea cotidiana de dos personas normales, un cambista y su esposa, ninguno de los cuales es un santo o un personaje de renombre. Se trata de gentes anónimas durante una jornada laboral normal. Ahora bien, si nos fijamos en la imagen vemos que el marido está pesando monedas de oro (para comprobar que no hubieran sido limadas, práctica habitual en la época) mientras que su mujer le mira, más interesada en el dinero que en el libro religioso que tiene entre las manos (concretamente un ejemplar de lo que se conocía por entonces como un "libro de horas"). Se supone por tanto que la pintura realizada por Massys pretendía representar el conflicto entre avaricia y oración. En otras palabras, estamos frente a un cuadro con una función moralizante, típica por otra parte de lo que había sido la pintura medieval en los siglos previos. Digamos que por ello este cuadro es la evolución lógica del cuadro pintado por Petrus Christus medio siglo antes.
Por otro lado si entramos en los detalles puede llamar la atención la presencia en los dos cuadros mencionados de un pequeño espejo (e incluso, si ampliáis las imágenes pinchando en ellas, veréis que en ambos espejitos se reflejan los rostros de personajes fuera de plano, a imitación de El matrimonio Arnolfini de Van Eyck, pintado en 1434) así como otras pequeñas curiosidades que emparentan estas obras entre sí y a la vez ambas con los primeros maestros de la pintura flamenca que sirvieron de puente entre el gótico y el Renacimiento.
Pero lo que a mí me interesa resaltar sobre todo es esa idea antes insinuada de que a nivel ideológico el tema y la iconografía del cuadro encajaban más o menos con la moral tardomedieval, hostil a las embrionarias formas de un naciente capitalismo que amenazaba por entonces con romper los fundamentos de la cohesión social. El comercio, la banca, el trabajo asalariado y en definitiva la acumulación de riqueza procedente de todo ello resultaban elementos transgresores para el caduco orden feudal de comienzos del s. XVI en el cual la posesión de tierra o la pertenencia a un linaje ya no eran las únicas fuentes de prosperidad y poder. El dinero aún tardaría siglos en convertirse por sí mismo en el nuevo eje estructural de las sociedades occidentales pero los grupos de poder tradicionales, sobre todo la Iglesia, recelaban ya entonces de lo que estaba ocurriendo, lo que a su vez se reflejaba ocasionalmente en el arte, como podemos comprobar.
Dicho esto, el bueno de Quinten tuvo dos hijos llamados Jan y Cornelis los cuales también se dedicaron a la pintura siguiendo la estela de la tradición familiar, si bien no gozaron de excesiva fortuna entre otras cosas porque no fueron muy innovadores en su arte. Por ejemplo, este de más abajo es un cuadro pintado por Jan Massys (1510-1575), uno de los hijos de Quinten. Como vemos el cuadro es a su vez una especie de "versión" propia de una obra muy parecida realizada por su padre y que ya os mostré más atrás.
 

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Ahora bien, al margen de sus propios hijos, Quinten Massys sirvió de maestro o influyó a otros muchos pequeños pintores no muy conocidos hoy. Es aquí donde hace acto de presencia un personaje clave dentro de la historia que pretendo contaros. Me refiero a Marinus Claeszoon van Reymerswaele (1490/1493-1546/1567).
Marinus nació en tierras del Suroeste de la actual Holanda, en el entorno de la ciudad de Reimerswaal en Zelanda. Luego, muy joven, debido a su temprana vocación artística, se desplazó hacia el Sur a tierras de la actual Bélgica, por entonces cuna y lugar de trabajo de algunos de los mejores pintores de la época. Así Marinus recaló en Amberes muy probablemente como aprendiz del antes citado Quinten Massys (lo que sabemos de la vida de ambos artistas es francamente poco, de ahí todas las salvedades que utilizo). A fin de cuentas ese hecho -que Marinus hubiese formado parte del taller de Massys- nos permitiría explicar la exagerada influencia de las obras de Quinten Massys apreciable en muchos cuadros de Reymerswaele, el cual de hecho dedicó gran parte de su vida artística a copiar y perfeccionar pinturas de Massys. Lo explicaré con imágenes. Estos de más abajo son todos ellos cuadros de Marinus van Reymerswaele en orden cronológico.

Rei col 5.jpg


Rei col 7.jpg
 

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Vemos por un lado como vampiriza los cuadros previos de de Quinten y Jan Massys, como los repite, copia y versiona una y otra vez y, por otro lado, a lo largo de dicho proceso podemos observar al mismo tiempo como Marinus va progresando como pintor tras cada uno de esos cuadros, mejorando en su trabajo de los rostros, en su plasmación de la perspectiva, de las proporciones, o en el estudio de la luz, a la vez que va puliendo los ropajes de los protagonistas del cuadro e introduciendo sutiles detalles y cambios en la composición de la escena. En cierta forma resulta enternecedor.
Sin embargo a medida que entramos en la década de los años treinta del s. XVI, poco tiempo después de la muerte de Quinten Massys, se produjeron varios cambios muy relevantes en la vida de Marinus. De tal forma, sin que se conozcan la razones para ello, Marinus rompió con los hijos de Massys, abandonó las tierras de la actual Bélgica y se mudó de nuevo hacia la zona de Holanda donde se estableció como pintor independiente. Además es muy posible que por entonces o un poco después abrazase en secreto el naciente protestantismo. Asimismo a nivel profesional Marinus comenzó un proceso de adaptación a las nuevas realidades por así decirlo. Siguió vampirizando la obra de su maestro, pero pronto se hizo evidente (los propios hijos de Massys lo estaban experimentando en sus carnes por entonces) que las escenas sutilmente satíricas o moralizantes, que tanto éxito habían tenido las décadas anteriores, ya no funcionaban demasiado bien. Quizás porque en toda la zona de Flandes, pero aún más entre los florecientes y cosmopolitas núcleos urbanos de los Países Bajos, algo estaba cambiando. Algo muy profundo.

Estoy hablando de un momento histórico en que el capitalismo comercial se encontraba en plena expansión por aquel área. Durante las décadas previas, el ascenso del poder turco, así como el descubrimiento de América, habían desplazado el centro económico de Europa desde el Mediterráneo o el Báltico hacia el Atlántico. Consiguientemente las repúblicas comerciales del Norte de Italia, o las villas alemanas de la Hansa, iniciaron un lento declive que coincidió con el ascenso de otras zonas, entre ellas las urbes costeras holandesas, proceso que tendría importantes consecuencias sociales y políticas a medida que alcanzase su culmen un siglo después.
En cualquier caso los cambios se estaban dejando sentir ya por la época de la que estoy hablando cuando Marinus regresó a su región natal. La economía estaba mutando a marchas aceleradas y por tanto la sociedad también. Estaban surgiendo nuevos grupos sociales que no poseían todavía una presencia pública importante, pero desde luego cada vez controlaban más riqueza. A raíz de lo anterior el perfil del comprador de arte del período también estaba cambiando. Fuera de los pedidos llevados a cabo por eclesiásticos, o por rancios nobles, en tierras de la actual Holanda empezaban a abundar los encargos comandados por ricos particulares que deseaban decorar sus mansiones con pinturas, pero en función de unos gustos que diferían de lo habitual hasta entonces. Esas gentes de las que hablo ya no estaban interesadas en cuadros donde se las humillase o satirizase debido a su supuesta “avaricia”. De hecho esos nuevos sectores sociales no compartían para nada las teorías de la Iglesia sobre la usura ya que en buena medida de ahí procedía en parte su creciente fortuna. Por tanto el arte que demandaban pasaba por las escenas de género recreando sus oficios pero ahora normalizándolos y dignificándolos. El secreto estaba en los matices y Reymerswaele pronto se dio cuenta.
Es así como podemos observar a un pintor adaptándose a los cambios sociales y con ello reflejándolos de forma indirecta para nosotros que miramos sus obras muchos siglos después. A fin de cuentas por muy fascinantes que os puedan parecer esas historias sobre mensajes ocultos en cuadros de Leonardo da Vinci y otras cosas así, el interés que esas tonterías despiertan estriba en una mala comprensión de lo que es realmente importante en la Historia. Los individuos y las anécdotas no lo son. Lo importante son los cambios económicos, los procesos a través de los cuales eso transforma el modo en que la sociedad se jerarquiza y en consecuencia surgen nuevos grupos que entran en pugna por el poder y el control de los recursos con los antiguos sectores hegemónicos. Todo lo cual en última instancia se plasma invariablemente en la aparición de nuevas ideologías, en las variaciones dentro de las mentalidades populares, las mutaciones de la moral y la jurisprudencia en boga, o la evolución del arte.
Al respecto de eso último ¿os acordáis del cuadro del cambista y su mujer que Quinten Massys había pintado en 1514 basado a su vez en uno anterior de Petrus Christus?. Bueno pues esta es la primera versión/plagio que Marinus von Reymerswaele hizo de él durante los años inmediatamente posteriores a su mudanza desde Amberes de nuevo hacia tierras de Holanda.

2- Rei 2.jpg

Y como tuvo éxito, Marinus, un personaje no muy creativo pero desde luego persistente y trabajador, perfeccionó su producto hasta que en 1539 llegó a esta otra versión.



3- Cuadro 1539.jpg
 

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Fijaos en los detalles. Uno fundamental en concreto. El libro en las manos de la mujer ha dejado de ser un libro religioso para convertirse en un libro cualquiera, tal vez incluso en un libro de cuentas.
Ojo al asunto. Las escenas recreadas son muy parecidas, desde luego. Pero en el cuadro de Quinten Massys, como expliqué más atrás, se criticaba subliminalmente la avaricia. En cambio en el cuadro de Reymerswaele lo que vemos es una imagen donde no hay rostros con expresiones forzadas, ni libros religiosos siendo desdeñados (ni tampoco lo contrario). Vemos una simple escena cotidiana de un cambista o comerciante llevando a cabo su labor, acompañado o bien incluso siendo ayudado por su esposa. No se juzga, no se critica. Los personajes de hecho han sido embellecidos, sus caras son más hermosas y agradables y sus ropas se han vuelto más ostentosas a la vez que el entorno y los muebles de la estancia. A fin de cuentas se trata de una pintura que ya no va a ser adquirida por clérigos de alto rango, o artesanos miembros de alguna cofradía religiosa, sino que tiene un tipo de destinatario muy preciso: miembros de esa nueva clase social cada vez más pujante de mercaderes, banqueros y comerciantes, que desean para sus hogares pinturas.
Desde luego ya hacía tiempo que esto venía ocurriendo, pero en el siglo anterior o en las décadas previas a esta obra los pintores mostraban a estos grupos sociales a través de escenas donde exhibían supuesta piedad y celo religioso. Así por ejemplo se representaba a estos burgueses arrodillados rezando, o como mucho haciendo gala de sus inquietudes intelectuales como mecenas de las artes rodeados de libros. En cambio a medida que avance el s. XVI esos remilgos van a ir desapareciendo y esos nuevos sectores demandantes de arte empezaran a preferir representaciones de ellos mismos desempeñando sus oficios y exhibiendo su riqueza sin remordimientos, prejuicios o ambages de ningún tipo. Y se lo van a poder permitir porque se convertirán en muy buenos clientes de los principales pintores y en consecuencia estarán en condiciones de imponer unos nuevos términos en el mercado de arte, a los que Reymerswaele sagazmente se adapta en fecha muy temprana.
De hecho tras unos primeros años de su carrera pintando obras moralizantes (algunas de las cuales vimos más atrás), dedicadas a afear ese tipo de conductas según lo establecido por Quinten Massys y luego continuado por sus hijos, nuestro amigo Reymerswaele se dio cuenta de que esa línea de trabajo estaba condenada a la extinción, por lo menos en las ciudades cada vez más pujantes y dinámicas de los Países Bajos, zona en la que se había establecido. Así tras hacer algunos cambios para reciclar aquel tipo de cuadros, cambiándoles por completo el sentido, durante sus últimos años Reymerswaele se hizo con una lucrativa clientela formada por notarios, abogados, prestamistas o recaudadores de impuestos, algo que testimonian las abundantes versiones que realizó en aquella época de la pintura que os he mostrado más atrás. A destacar ésta, llevada a cabo en 1541

4- Cuadro de 1541.jpg
 

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y originalmente atribuida a otro pintor de nombre Corneille van der Capelle pero que hoy podemos casi con total seguridad atribuir también a la producción de Marinus, el cual iba haciendo pequeños cambios en los ropajes y los muebles de la escena para en esencia vender el “mismo” cuadro a diferentes clientes y así quizás minimizar el tiempo de producción. Señal de que la composición de base gustaba y de que debió tener bastante demanda.
Así pues, ¿qué es lo que hemos visto aquí hoy, mientras repasábamos la forma en que -inspirándose en un cuadro de Petrus Christus de mediados del s. XV- el pintor belga Quinten Massys recreó una escena cotidiana en el negocio de un cambista de comienzos del s. XVI, obra que fue luego versionada un cuarto de siglo más tarde por su discípulo holandés Marinus van Reymerswaele?.
En primer lugar hemos asistido a un proceso de perfeccionamiento técnico. En el espacio cronológico entre el cuadro de Petrus Christus y las últimas versiones del mismo que llevó a cabo Reymerswaele el Renacimiento alcanzó su cenit en Italia y de su mano se difundieron por Europa occidental muchos conocimientos que permitieron mejorar la calidad de la pintura. De tal forma los pintores ingleses, franceses, españoles, alemanes y por supuesto italianos o flamencos de mediados del s. XVI acabaron en posesión de un mayor dominio de la luz, del color, o de las proporciones, que aquellos de unas décadas antes los cuales ya gozaron a su vez de parecida ventaja respecto a quienes les precedieron. Incluso, a pequeña escala, a través de la evolución de la obra del propio Reymerswaele se puede observar un progresivo dominio de la perspectiva y una mejora en el tratamiento de detalles como los pliegues de la ropa, las arrugas de las manos, o las expresiones faciales.

Ahora bien, ese proceso a mí no me interesa especialmente ya que soy ante todo historiador y para mí el arte es solo un medio a través del que recabar información del pasado, no un fin en sí mismo. Por ello en cambio me he centrado en mostraros algunos ejemplos de como las obras de arte invariablemente acaban por reflejar las grandes transformaciones que afectan a las sociedades de turno. Como pretendí ilustrar con mi comentario del fresco de Masaccio ubicado en la Capilla Brancacci, el Renacimiento no solo implicó un cambio estético respecto al arte medieval sino que dicha mutación vino acompañada casi desde el principio, aunque fuese de una forma muy sutil, de un cambio en la mentalidad de la población, o al menos de sus élites. Esto se debió entre otras cosas a la incorporación a las mismas de un nuevo grupo demandante de arte (los ricos comerciantes urbanos) el cual estaba llamado a imponer poco a poco su propia ideología (y no solo en el mundo del arte) a lo largo de los siglos siguientes.
De hecho, a lo largo de la primera mitad del s. XVI, se produjo en toda Europa occidental la consolidación de una serie de tendencias que ya venían del siglo anterior, como el crecimiento de la vida urbana o la expansión del comercio y de los instrumentos de crédito. En paralelo a lo anterior las actividades financieras, que en la Edad Media habían despertado gran recelo, se hicieron cada vez más visibles, importantes y toleradas. De esa forma diversos linajes de mercaderes y prestamistas progresivamente más ricos y poderosos empezaron incluso a influir en política (por ejemplo los Fugger sin los cuales Carlos V no hubiese logrado hacerse con la corona del Sacro Imperio).
Con el tiempo tales grupos humanos se convirtieron en demandantes de arte. Si bien poseían unos gustos propios, por lo cual comenzaron a demandar un arte diferenciado del que había sido hegemónico en los siglos anteriores.
A la vez que ocurría todo eso, en el campo del pensamiento se produjo un importante cisma religioso llamado a tener una importancia capital y dividir el orbe cristiano: la denominada Reforma protestante. La cual fue muy bien acogida entre esos sectores sociales de los que estoy hablando, al menos en el centro y norte de Europa por razones en las que no voy a entrar.

De cambistas y banqueros
 

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En la atalaya
Ahora un cuadro digno de museo de renombre es una mancha que el pintor ha conseguido lanzando contra el lienzo un pegote de pintura, luego lo firma y le pone un título estrambótico. Ya vendrán luego los críticos a hacer una fastuosa descripción simbólica del mismo, y tal nominación como obra de arte sublime será refrendada por masas de gente que dirán Ah, Oh, genial, fantástico...
 

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Ahora un cuadro digno de museo de renombre es una mancha que el pintor ha conseguido lanzando contra el lienzo un pegote de pintura, luego lo firma y le pone un título estrambótico. Ya vendrán luego los críticos a hacer una fastuosa descripción simbólica del mismo, y tal nominación como obra de arte sublime será refrendada por masas de gente que dirán Ah, Oh, genial, fantástico...
artististicamente la pintura postmoderna es feisima pero es que ese el precisamente el objetivo deconstruir la cultura occidental ,a eso es la lo que se han dedicado todos los artistas e intelectuales tras el fin de la segunda guerra mundial
y todo tinen su origen en el deconstructivismo raiz del postmodernismo nacido de la escuela de frankfurt que llevo al terreno cultural el materiasmo dialectico de marx que es

  • Antidualista: Los postmodernos aseveran que la filosofía occidental creó dualismos y así excluyó del pensamiento ciertas perspectivas. Por otro lado, el posmodernismo valora y promueve el pluralismo y la diversidad (más que oscuro contra blanco, occidente contra oriente, hombre contra mujer). Asegura buscar los intereses de "los otros" (los marginados y oprimidos por las ideologías modernas y las estructuras políticas y sociales que las apoyaban).
  • Cuestiona los textos: Los posmodernos también afirman que los textos ―históricos, literarios o de otro tipo― no tienen autoridad u objetividad inherente para revelar la intención del autor, ni pueden decirnos "qué sucedió en realidad". Más bien, estos textos reflejan los prejuicios y la cultura particular del escritor.
  • El giro lingüístico: El posmodernismo argumenta que el lenguaje moldea nuestro pensamiento y que no puede haber pensamiento sin lenguaje. Así que el lenguaje crea literalmente, realidad.
  • La verdad como perspectiva: Además, la verdad es cuestión de perspectiva o contexto más que algo universal. No tenemos acceso a la realidad, a la forma en que son las cosas, sino solamente a lo que nos parece a nosotros.

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en resumen el postmodernismo del que el arte moderno bebe todos sus principios trata de inocular la moral de esclavos a los europeos mientras que intenta organizar a las masas NO europeas en una especie de cristianismo secularizado para destronarnos definitivamente del poder

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y si es una judiada de principio a fin