Hay parte de verdad en esto, pero tristemente la economía va tirando porque los jóvenes han renunciado a tener una familia y un futuro. Hablaba hace semanas con una ingeniera que se la ve despierta y resolutiva en el trabajo, en definitiva jóvenes de los que quieren trabajar.
Pues hablando con ella, resulta que pese a tener un buen trabajo, malvive en una habitación en un piso compartido en un barrio lejos del centro de Barcelona. De los otros 6 compañeros suyos, sólo uno tiene familia y es jovenlandés. Ahora, este es la excepción que confirma la regla, curra como un perro ese tío y es de los que saben gestionar marrones y mejorar la imagen de la empresa, debe ser quien más cobra tras el jefe.
Pero los demás han renunciado a tener familia porque saben que no podrían con su sueldo, y algún otro me lo ha dicho, y el resumen es este: la economía parece ir bien porque muchos se han resignado a no tener familia y descendientes, aceptando la nueva situación. Y de la deuda pública mejor ni hablo