En plan nihilista, hasta es bueno.
Ser ingeniero en España es de iluso. Carreras duras - al menos en mis tiempos, no sé ahora - de las que puedes salir tocado en lo psicológico - fue mi caso - y en las que raramente vas a curso por año, salvo que seas muy coquito. Cuando empiezas a trabajar te encuentras empresas de medio pelo en las que es raro que te vaya bien, salvo que vayas a Madrid o Barcelona y te busques la vida en empresas que juegan en primera división. En lineas generales un currela del Mercadona ganará más que tú.
Me alegro que los currelas de Mercadona estén bien pagados; es una pena que en España haya tan pocos empresarios como Roig.
En todo caso, esto da una medida de lo degradada que está, en la práctica, la ingeniería en España: mucho relumbrón, pero al final el ingeniero medio está puteado, anda por el mileurismo y ya puede dar las gracias.
Donde yo vivo no es que los estudiantes pasen de hacer ingenierías; es que ya pasan de ir a la universidad. Han visto como a las generaciones que les precedían les han tomado el pelo y han escarmentado en cabeza ajena.
Para muchas oposiciones, a las que te metes cuando tienes unos ahorrillos y te has cansado de zampar hez, te vale un título de FP; y si se necesita un titulito universitario, pues en muchos casos te vale una carrera de pinta-y-colorea que te puedes sacar cómodamente.