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Madmaxista
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Ya sabemos, o deberiamos saber, que la democracia es un proceso de igualación a la larga de las rentas que hace que todos los incentivos al funcionamiento natural de la sociedad se vayan erosionando poco a poco.
Al comenzar la democracia la percepción de rentas está a favor de los hombres jóvenes, pero mientras ésta avanza y más miembros de la sociedad participa en las votaciones, aparecen grupos intentando conseguir mediante el reparto del poder político las mejores condiciones a corto plazo.
El grupo más numeroso en cualquier democracia una vez el Estado garantiza el pago de pensiones (unida a la pérdida de importancia de la familia) es el de los pensionistas. Este grupo irá obteniendo beneficios en forma principalmente de pensiones, haciendo que con el tiempo el consumo de renta nacional se iguale con el de los jóvenes, aunque eventualmente los jubilados cobrarán más que los jóvenes (si tienen suerte de trabajar). Si sumamos que los mayores son los mayores usuarios de servicios sanitarios es posible que perciban una renta del Estado que supere a la de los jóvenes en una magnitud de 2 a 1. La realidad debería ser al revés.
Bien, considerando que todos los intelectuales de la izquierda o de la derecha, defienden que la democracia representativa ha de dar un paso hacia una forma más avanzada llamada democracia participativa, ¿por qué si queremos ser igualitarios de verdad no reconocemos que un alma debería tener igual valor a otra? no es de buen recibo que los menores de 18 años no puedan ejercer derecho político alguno. De esta manera podemos tener una familia con una madre viuda y tres hijos, y una mujer soltera sin hijos.
Si somos lógicos deberíamos reconocer que las democracias con su actual estructura dan más valor a las familias sin hijos que a las familias con hijos. ¿Podemos llamar a esto una visión de futuro? ¿No estaremos premiando así al egoísmo, el hedonismo y el consumo? ¿No habremos creado así una especie de Saturno que devora a sus hijos?
No es de extrañar que en las últimas décadas el número de hijos por mujer haya colapsado totalmente en Occidente y que el número de hijos medio por mujer actual no llegue si quiera a 1,5, manteniéndose así más por el ímpetu de las madres extranjeras que por el local.
¿Cómo no va a ser de otra manera si mediante ese sistema de ejercicio de poder político (y económico) damos más poder a dos ancianos de 80 años que ya lo han hecho todo en la vida, que a una familia de seis miembros (comunes en el pasado pero casi inexistentes ya, lo cual no es de extrañar) cuyos padres están realizando un sacrificio heroico en su consumo actual por traer al mundo al futuro del país?
Fuente
Al comenzar la democracia la percepción de rentas está a favor de los hombres jóvenes, pero mientras ésta avanza y más miembros de la sociedad participa en las votaciones, aparecen grupos intentando conseguir mediante el reparto del poder político las mejores condiciones a corto plazo.
El grupo más numeroso en cualquier democracia una vez el Estado garantiza el pago de pensiones (unida a la pérdida de importancia de la familia) es el de los pensionistas. Este grupo irá obteniendo beneficios en forma principalmente de pensiones, haciendo que con el tiempo el consumo de renta nacional se iguale con el de los jóvenes, aunque eventualmente los jubilados cobrarán más que los jóvenes (si tienen suerte de trabajar). Si sumamos que los mayores son los mayores usuarios de servicios sanitarios es posible que perciban una renta del Estado que supere a la de los jóvenes en una magnitud de 2 a 1. La realidad debería ser al revés.
Bien, considerando que todos los intelectuales de la izquierda o de la derecha, defienden que la democracia representativa ha de dar un paso hacia una forma más avanzada llamada democracia participativa, ¿por qué si queremos ser igualitarios de verdad no reconocemos que un alma debería tener igual valor a otra? no es de buen recibo que los menores de 18 años no puedan ejercer derecho político alguno. De esta manera podemos tener una familia con una madre viuda y tres hijos, y una mujer soltera sin hijos.
Si somos lógicos deberíamos reconocer que las democracias con su actual estructura dan más valor a las familias sin hijos que a las familias con hijos. ¿Podemos llamar a esto una visión de futuro? ¿No estaremos premiando así al egoísmo, el hedonismo y el consumo? ¿No habremos creado así una especie de Saturno que devora a sus hijos?
No es de extrañar que en las últimas décadas el número de hijos por mujer haya colapsado totalmente en Occidente y que el número de hijos medio por mujer actual no llegue si quiera a 1,5, manteniéndose así más por el ímpetu de las madres extranjeras que por el local.
¿Cómo no va a ser de otra manera si mediante ese sistema de ejercicio de poder político (y económico) damos más poder a dos ancianos de 80 años que ya lo han hecho todo en la vida, que a una familia de seis miembros (comunes en el pasado pero casi inexistentes ya, lo cual no es de extrañar) cuyos padres están realizando un sacrificio heroico en su consumo actual por traer al mundo al futuro del país?
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