Julia Ebner: Una crisis de masculinidad aparece en los radicales: Hay que tocar su lado humano

Smiling Jack

Madmaxista
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Men will be men.
Y cuanto más reprimes algo, mas fuerza coge en la sombra.

Eso es lo que no entienden esta y otras petardas que pensaban poder hacer brotar la arcadia feliz deconstruyendo y defenestrando la masculinidad.
Pensaron poder encerrar el espíritu ancestral masculino con sus monsergas sobre masculinidad tóxica, machismo y opresión patriarcal, pero lo único que logras al envilecer y repudiar la masculinidad es que todos los hombres se vuelvan viles y se sientan repudiados. De ahí al resentimiento, un paso, y del resentimiento al repruebo y la venganza, una mala tarde.

La crisis de masculinidad no es nada más que lo que sucede cuando privas al hombre de formas positivas de canalizar lo masculino, de sentirse orgulloso de ser hombre.
 

Pabloom

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Y, sin embargo, pide usted que se intente entender a todos estos grupos.
R. Mi experiencia me indica que siempre debemos incidir en el lado humano que les queda.
Menos mal, de momento podemos respirar tranquilos porque los gente de izquierdas consideran que aún conservamos algo de humanidad.

mujer que no me cae bien !!
 

PREDICT

Himbersor
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Entrevista | Julia Ebner: “Una crisis de masculinidad aparece en los radicales. Hay que tocar su lado humano”

Julia Ebner: “Una crisis de masculinidad aparece en los radicales. Hay que tocar su lado humano”
Tras estudiar el fenómeno del extremismo desde fuera, la investigadora se infiltró entre yihadistas, neonazis y ultraderechistas cristianos. Su primer libro llega a España a mitad de 2020
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Julia Ebner, en Londres, a principios de diciembre pasado.
Julia Ebner, en Londres, a principios de diciembre pasado. RAFA DE MIGUEL
RAFA DE MIGUEL
5 ENE 2020 - 00:00 CET
La satisfacción moral que puede proporcionar el repudio de cualquier movimiento extremista no sirve para acabar con esta amenaza. En ocasiones, la alimenta. Lo sabe bien Julia Ebner (Viena, 28 años), quien lleva años investigando al monstruo e incluso desde su vientre. Su libro The rage. The Vicious Circle of Islamist and Far-Right Extremism (La Rabia. El círculo vicioso de los extremismos islamista y de ultraderecha) que Temas de Hoy publicará en castellano a mediados de 2020, sirvió para entender que las redes sociales han sido el trampolín de una espiral de repruebo entre dos radicalidades que, en muchos aspectos, son dos gotas de agua. Ha liderado proyectos de prevención del terrorismo para la Comisión Europea y ha asesorado al Parlamento británico. Esta experta del Instituto para el Diálogo Estratégico de Londres dice que hasta el movimiento más extremista tiene dinámicas sociales que revelan un lado humano. Para rescatarlos de sí mismos hay que tirar de ese hilo.

PREGUNTA. ¿Es posible que existan ahora más extremismos que hace 15 o 20 años?

RESPUESTA. Así es. Se han extendido la extrema derecha y el extremismo islamista. Lo hemos visto en las dos últimas décadas. Sobre todo después de los atentados del 11-S. Junto al terrorismo islamista ha surgido una corriente de repruebo contra las minorías por toda Europa, América del Norte e incluso Australia. Sobre todo contra los fieles a la religión del amor. Y hoy es además mucho más visible, por las dinámicas que han desatado las redes sociales. Movimientos minoritarios son capaces de alcanzar mucha más influencia y de que sus mensajes penetren en el discurso político de los países que se plantean como objetivos.



P. Pero les gusta desenvolverse en un submundo digital.
“A los seguidores de estos movimientos hay que verlos como personas y abordar sus quejas”
R. En foros como 4chan y 8chan, en sistemas de mensajes encriptados como Telegram o a través de la aplicación de juegos Discord. Hay un montón de grupos de extrema derecha, también en España, que se ocultan bajo estas aplicaciones. Allí se coordinan entre ellos, diseñan sus estrategias y adoctrinan a nuevos miembros. Pero es en las plataformas más amplias, en las grandes redes sociales, donde se despliegan a continuación para lograr un mayor impacto en el debate público.
P. Lo increíble es que logren traspasar sus ideas marginales al debate político general…
R. Muchos de ellos han adoptado estrategias realmente inteligentes para producir contenido con capacidad para llegar a ser popular. En una primera fase encriptada discuten entre ellos el mejor modo de hacer llegar sus mensajes a las personas normales (los normies, como los denominan en su jerga). Es algo que los grupos extremistas europeos han copiado de las tácticas desplegadas por la derecha alternativa estadounidense en los meses previos a la elección de Donald Trump. Se preocupan de no sonar demasiado racistas o demasiado antisemitas, y de abordar los asuntos que preocupan a la población en general, para que su mensaje acabe llegando a los grandes medios.
P. Y lo fácil, frente a esta amenaza, es culpar a los políticos.
R. La globalización, la crisis económica, los atentados yihadistas y, sobre todo, la crisis de los pagapensiones han desestabilizado los pilares económicos, sociales y culturales. En los cinco países donde hemos estudiado esta realidad —Alemania, Francia, el Reino Unido, Italia y España— hemos observado que los grandes partidos han dejado huecos que estos grupos no han dudado en aprovechar. Y allí han volcado sus propias narrativas para explicar qué estaba sucediendo.
P. Contaminan a los grandes medios, pero no los necesitan realmente. Tienen una comunicación alternativa.
“Su motivación es similar a la de otros: es la necesidad de amor de personas que se han sentido humilladas”
R. Favorecida por las plataformas de redes sociales. Es la combinación de una sobrecarga de información y desinformaciones, junto a los algoritmos que Google, Facebook, Twitter o YouTube utilizan para realizar sus recomendaciones. Dan prioridad a los contenidos más radicales, porque son los que retienen más tiempo al usuario. Y filtran los nuevos contenidos para ofrecerte aquello que previamente te ha gustado o has comentado. Te encierran en “la burbuja del filtro”.
P. ¿Es un mundo dominado por hombres?
R. Algunos hombres jóvenes están haciendo frente a una seria crisis de identidad, una crisis de masculinidad que aparece en todos estos grupos radicales. Se reclutan hombres en las redes yihadistas y en las redes nazis. Se les promete reconocimiento o la posibilidad de escapar de experiencias humillantes. El antifeminismo es la puerta para llegar a otras formas de antiliberalismo, u repruebo a la izquierda liberal (leftards, o demorados de izquierdas, los llaman). Todos estos ingredientes se mezclan en una subcultura solo para hombres.
P. También descubrió mujeres en ella.
R. Algo completamente nuevo para mí. Lo había visto con las “novias” del yihadismo. Pero encontrar mujeres antifeministas en el mundo de la derecha radical me resultaba casi un oxímoron. Ni siquiera sabía que existían. Es un tipo de radicalismo distinto, en el que las mujeres desarrollan un repruebo contra sí mismas y no contra otros grupos. He hablado mucho con ellas y sus motivos son similares a los de otros extremismos. Es la necesidad de amor o de reconocimiento de personas que se han sentido humilladas o abandonadas y buscan una nueva identidad.
P. Y, sin embargo, pide usted que se intente entender a todos estos grupos.
R. Mi experiencia me indica que siempre debemos incidir en el lado humano que les queda. Incluso en los movimientos más extremistas hay dinámicas sociales que revelan ese lado humano. En el grupo encuentran el sustituto de la familia o de la amistad. Atacarles, e incluso ridiculizarles, puede funcionar a veces, pero en muchos casos es ineficaz y contraproducente. Alimentas su discurso victimista. A los políticos que les dan pábulo hay que exigirles responsabilidades. A sus seguidores hay que verlos como seres humanos y abordar sus quejas y lamentos antes de que los exploten movimientos o partidos políticos radicales.
de radicales de izquierda no habla?
 

Ignadaptado

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Bailando con Muy de derechas
Bueno, otro hilo chapado y despejado de leftards. Hasta me he deslogueado por la caterva de demorados que tengo en el ignore y se ha ido hasta el op Ignadaptado (a la fuerza conjunción de ignorante adaptado). Otra batalla ganada, y otra vez orgulloso de vosotros. Frente al feminazismo somos todos hermanos.
No, me gusta la fruta, no me he ido, lo que ocurre es que, a diferencia de vosotros, yo tengo una vida. Mucho bla bla bla, pero el día en que encontréis una mujer que valga la pena os daréis de baja de este sitio. El nuncafollismo y no otra cosa es lo que hace que perdáis el tiempo en Burbuja todo el puñetero día.
 

AMP

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Supongo que lo de infiltrarse en grupos antifas, feministas radicales y judíos ultraortodoxos (*) lo deja para el segundo tomo.

(*) Bueno, aquí no. Menstrua, por lo tanto es impura y los señores se los tirabuzones no la van a dejar acercarsw.
 

lasnubes07

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A fregar fruta feminista radical y deja de berrear cComo haceis todas las pilinguis feministas radicales pelofrito,subida de peso amargada,astuta vividora,una patada en toda la boca mereces
Aqui uno expresando meparto:meparto:meparto:meparto:meparto:meparto:meparto:meparto:meparto:
 

Gubelkian

Será en Octubre
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Mi modesta aportación a la entrevista, en rojo.

PD. El entrevistador es demorado mental.


Entrevista | Julia Ebner: “Una crisis de masculinidad aparece en los radicales. Hay que tocar su lado humano”

Julia Ebner: “Una crisis de masculinidad aparece en los radicales. Hay que tocar su lado humano”
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Julia Ebner, en Londres, a principios de diciembre pasado. RAFA DE MIGUEL
RAFA DE MIGUEL
5 ENE 2020 - 00:00 CET
La satisfacción moral que puede proporcionar el repudio de cualquier movimiento extremista no sirve para acabar con esta amenaza. En ocasiones, la alimenta. Lo sabe bien Julia Ebner (Viena, 28 años), quien lleva años investigando al monstruo e incluso desde su vientre. Su libro The rage. The Vicious Circle of Islamist and Far-Right Extremism (La Rabia. El círculo vicioso de los extremismos islamista y de ultraderecha) que Temas de Hoy publicará en castellano a mediados de 2020, sirvió para entender que las redes sociales han sido el trampolín de una espiral de repruebo entre dos radicalidades que, en muchos aspectos, son dos gotas de agua. Ha liderado proyectos de prevención del terrorismo para la Comisión Europea y ha asesorado al Parlamento británico. Esta experta del Instituto para el Diálogo Estratégico de Londres dice que hasta el movimiento más extremista tiene dinámicas sociales que revelan un lado humano. Para rescatarlos de sí mismos hay que tirar de ese hilo.

PREGUNTA. ¿Es posible que existan ahora más extremismos que hace 15 o 20 años?

RESPUESTA. Así es. Se han extendido la extrema derecha y el extremismo islamista. Lo hemos visto en las dos últimas décadas. Sobre todo después de los atentados del 11-S. Junto al terrorismo islamista ha surgido una corriente de repruebo contra las minorías por toda Europa, América del Norte e incluso Australia. Sobre todo contra los fieles a la religión del amor.
(¿Por qué será? Yo diría que los problemas actuales y el terrorismo son creados sobre todo por fieles a la religión del amor, la inquina no es contra minorías, sino sobre todo contra la minoría islámica, que además nunca admite crítica alguna)Y hoy es además mucho más visible, por las dinámicas que han desatado las redes sociales. Movimientos minoritarios son capaces de alcanzar mucha más influencia y de que sus mensajes penetren en el discurso político de los países que se plantean como objetivos.



P. Pero les gusta desenvolverse en un submundo digital.
(Obviamente, porque no pueden hacerlo en otro. La decadente prensa de papel exige cuantiosas inversiones y costes, y por eso mismo jamás está abierto a otros grupos que no sean de gran poder económico. Pero como ya digo, está en franca decadencia y pinta cada vez menos.)
“A los seguidores de estos movimientos hay que verlos como personas y abordar sus quejas”
R. En foros como 4chan y 8chan, en sistemas de mensajes encriptados como Telegram o a través de la aplicación de juegos Discord. Hay un montón de grupos de extrema derecha, también en España, que se ocultan bajo estas aplicaciones. Allí se coordinan entre ellos, diseñan sus estrategias y adoctrinan a nuevos miembros. Pero es en las plataformas más amplias, en las grandes redes sociales, donde se despliegan a continuación para lograr un mayor impacto en el debate público.(Lógicamente, no van a permanecer en foropaco encriptado con 20 usuarios charlando de lo mismo todo el día. Saldrán a otros foros, y hablarán, saldrán a la calle y hablarán, vamos, digo yo)
P.
Lo increíble es que logren traspasar sus ideas marginales al debate político general…(Las ideas de Marx también fueron marginales, y las de Cristo, y las de Mahoma, y las de los keynesianos, y las de los liberales... No veo qué tiene de increíble)
R.
Muchos de ellos han adoptado estrategias realmente inteligentes para producir contenido con capacidad para llegar a ser popular. En una primera fase encriptada discuten entre ellos el mejor modo de hacer llegar sus mensajes a las personas normales (los normies, como los denominan en su jerga). Es algo que los grupos extremistas europeos han copiado de las tácticas desplegadas por la derecha alternativa estadounidense en los meses previos a la elección de Donald Trump. Se preocupan de no sonar demasiado racistas o demasiado antisemitas (a lo mejor es porque muchos no lo son, pero como aquí todo lo que no sea lamerle las botas a un extranjero, justificar y ocultar los delitos que cometa y darle dinero es racismo, pues vaya usted a saber), y de abordar los asuntos que preocupan a la población en general (
efectivamente, es porque tratan asuntos que preocupan a la población general, y no a minorías, que parece que es de lo único que se preocupa la prensa y los políticos), para que su mensaje acabe llegando a los grandes medios.
P. Y lo fácil, frente a esta amenaza, es culpar a los políticos.
(Alguna culpa tendrán quienes mandan en el país, desde luego)
R. La globalización, la crisis económica, los atentados yihadistas y, sobre todo, la crisis de los pagapensiones han desestabilizado los pilares económicos, sociales y culturales (Muy interesante, un reconocimiento de que hay un problema serio de desestabilización de la civilización por la crisis, los atentados y los pagapensiones. Me alegro de que alguien ecepte los hechos de una vez, porque desde el punto de vista del Gobierno, parece que aquí no está pasando nada). En los cinco países donde hemos estudiado esta realidad —Alemania, Francia, el Reino Unido, Italia y España— hemos observado que los grandes partidos han dejado huecos que estos grupos no han dudado en aprovechar. Y allí han volcado sus propias narrativas para explicar qué estaba sucediendo. (Obviemente, si te dicen que no está pasando nada, pero ves que algo sí está pasando, pues por lo menos escuchas al que te da al menos una explicación).
P. Contaminan a los grandes medios, pero no los necesitan realmente. Tienen una comunicación alternativa. (Es que los grandes medios ya están descontados de contaminación. Ellos son la contaminación. No los necesitan porque carecen de credibilidad desde hace dos décadas ya. Están muertos pero aún no se han enterado).
“Su motivación es similar a la de otros: es la necesidad de amor de personas que se han sentido humilladas”
R. Favorecida por las plataformas de redes sociales. Es la combinación de una sobrecarga de información y desinformaciones, junto a los algoritmos que Google, Facebook, Twitter o YouTube utilizan para realizar sus recomendaciones. Dan prioridad a los contenidos más radicales, porque son los que retienen más tiempo al usuario. Y filtran los nuevos contenidos para ofrecerte aquello que previamente te ha gustado o has comentado. Te encierran en “la burbuja del filtro”.
(Acaban de descubrir que a la gente le gusta escuchar noticias acordes a sus ideas. Y curiosamente proponen cambiar el algoritmo aunque las redes sociales pierdan dinero con ello. Cosa estulta, porque las redes sociales no tienen deber de neutralidad ni de objetividad: no son prensa. Por otro lado, casi nunca parece preocuparles que los progresistas también vivan encerrados en su burbuja).
P. ¿Es un mundo dominado por hombres?
R. Algunos hombres jóvenes están haciendo frente a una seria crisis de identidad, una crisis de masculinidad que aparece en todos estos grupos radicales. Se reclutan hombres en las redes yihadistas y en las redes nazis. Se les promete reconocimiento o la posibilidad de escapar de experiencias humillantes. El antifeminismo es la puerta para llegar a otras formas de antiliberalismo, u repruebo a la izquierda liberal (leftards, o demorados de izquierdas, los llaman). Todos estos ingredientes se mezclan en una subcultura solo para hombres.
(Es que no veo por qué iban a apoyar un sistema que les dice que son el mal, la fuente de todos los problemas, que deben de renunciar a sus derechos, que todo lo que les gusta es malo, así que irán con el que les apoye en lo que son: hombres. Por cierto, no responde a la pregunta del entrevistador).
P. También descubrió mujeres en ella.
R. Algo completamente nuevo para mí. Lo había visto con las “novias”
(Ah, claro, como son mujeres no ´pueden estar ahí por propia voluntad, tienen que ser las"novias de...") del yihadismo. Pero encontrar mujeres antifeministas en el mundo de la derecha radical me resultaba casi un oxímoron. Ni siquiera sabía que existían. Es un tipo de radicalismo distinto, en el que las mujeres desarrollan un repruebo contra sí mismas y no contra otros grupos (A lo mejor es que consideran que eso del feminismo les va a traer más perjuicios que beneficios, o incluso tienen ideas propias, algo que la entrevistadora no parece dispuesta a admitir por el mero hecho de que sean mujeres) . He hablado mucho con ellas y sus motivos son similares a los de otros extremismos. Es la necesidad de amor o de reconocimiento de personas que se han sentido humilladas o abandonadas y buscan una nueva identidad.
P. Y, sin embargo, pide usted que se intente entender a todos estos grupos.
(¿Y por qué no, si se está pidiendo entender a gente que anda diciendo que la noche es día y que el día es noche?)
R. Mi experiencia me indica que siempre debemos incidir en el lado humano que les queda. (Son parcialmente humanos y todo, un gran reconocimiento) Incluso en los movimientos más extremistas hay dinámicas sociales que revelan ese lado humano. (Naturalmente, porque son humanos, pedazo de estulto) En el grupo encuentran el sustituto de la familia o de la amistad (¿Quién le ha dicho a usted que esa gente no tenga familia o amigos? ¿Acaso en los clubes de fútbol, o en las asambleas feministas, o en las peñas taurinas, o en los clubes de veganos, o en los partidos políticos no pasa lo mismo?) . Atacarles, e incluso ridiculizarles, puede funcionar a veces, pero en muchos casos es ineficaz y contraproducente. Alimentas su discurso victimista. A los políticos que les dan pábulo hay que exigirles responsabilidades. ¿Por qué, estamos en una sociedad libre, si tienen susrazones para quejarse, ¿Por qué no hacerles el mismo caso que los demás? A sus seguidores hay que verlos como seres humanos y abordar sus quejas y lamentos (Pues eso, que se les haga caso, lo que implica que se atiendan sus demandas, como ocurre con muchos otros lobbies realmente minoritarios). antes de que los exploten movimientos o partidos políticos radicales.