Bulldozerbass
Pecador de la pradera
- Desde
- 12 Feb 2007
- Mensajes
- 8.831
- Reputación
- 28.636
Muy buenas a todos,me parece de cierto interes el articulo en Expansion que os copio a continuacion.
http://www.expansion.com/edicion/expansion/inversion/es/desarrollo/753306.html
INVERSIÓN 25/03/2007
‘Inflación’ de inmobiliarias
Susana Pérez
--------------------------------------------------------------------------------
Publicado: 07:00
Inmocaral acaba de ingresar en el club selectivo de la bolsa, el Ibex 35, con la credencial de su capitalización, que supera los 7.100 millones de euros.
La empresa que preside Luis Portillo, que está a punto de culminar una opa sobre Colonial y pactó a finales de enero la compra de Riofisa, con lo que pisará los talones en tamaño a Metrovacesa, ha sustituido en el índice selectivo a Fadesa, después de conocerse que Martinsa ha obtenido la adhesión del 86,48% de su capital de la empresa gallega a la oferta lanzada hace unos meses... ¡Respiremos!
Riofisa se había estrenado en bolsa el pasado 19 de julio, sólo tres meses y medio después de que lo hiciera Renta Corporación, la primera de las cuatro inmobiliarias que se colocaron en el mercado a través de una OPV en 2006, que finalizó con récord de compañías del sector en el parqué: nada menos que once. ¡Volvamos a parar!
A Astroc le bastaron poco más de seis meses como empresa cotizada para erigirse como la compañía más revalorizada de 2006 –sus acciones ganaron un 525,16% –, pero hubo muchos más hitos del sector en este terreno: el valor de Riofisa creció un 103,89% en los cinco meses y medio del pasado año que pasó el veredicto del mercado; Inmocaral se disparó un 372,19%; Cleop, un 291,98%, Metrovacesa, un 154,14%; Montebalito, un 105,15%, etcétera.
La conclusión parece clara. Nunca antes el sector inmobiliario había tenido tanto protagonismo en la bolsa y, en aspectos tan diversos, como en 2006 y los primeros meses de este año. No es, desde luego, el único sector sobre el que mercado ha puesto los focos –el energético y el constructor también se han llevado una buena parte–, pero la efervescencia de las inmobiliaras incluye algunas peculiaridades, que conducen a plantearse si no se estará formando una especie de burbuja bursátil con estas empresas.
La mayoría de estos valores son muy estrechos –hay pocas acciones disponibles en el mercado–, lo que alimenta la espiral de subida de las cotizaciones. Son compañías poco seguidas por los analistas, incluso Inmocaral, que acaba de incorporarse al Ibex. “Los criterios de valoración tradicionales no sirven ya para unas empresas que se mueven en bolsa en muchos casos por especulaciones, por razones que no se alcanzan a entender. En muchos casos, como en Inmocaral, los inversores compran al hilo de subidas previas. Quizás todo esto desaliente la cobertura”, según Marian Fernández, gestora de Inversis.
Puertas cerradas
Lo cierto es que algunas compañías no reciben a los analistas. Es el caso de Inmocaral que está esperando a acabar con sus procesos de adquisiciones para sentarse con los expertos, o de Astroc, que, de momento, tampoco ha abierto sus puertas al menos a alguno de los expertos que lo han solicitado, según la experiencia narrada por un profesional especializado en el sector inmobiliario de una firma de inversión.
Tampoco se pueden encontrar informes sobre Cleop o Montebalito, y hay muy poco análisis sobre Riofisa y Parquesol. En suma, los inversores cuentan con pocos datos para tomar sus decisiones, pero se muestran decididos a comprar. ¿Saben realmente lo que compran? ¿No destila todo esto cierta irracionalidad que recuerda de algún modo a la burbuja tecnológica de 2000?
Los expertos señalan que posiblemente hay mucho del famoso comportamiento irracional del mercado detrás de las vertiginosas subidas de los precios de las acciones, y que la mayoría parecen sobrevaloradas. Pero los analistas también dicen que, a diferencia del boom tecnológio, las inmobilirias están respaldadas por un negocio visible, muy fructífero en los últimos años y, de momento, bastante sólido.
Cosa distinta es si estas compañías van a ser capaces de seguir ganando tanto dinero en el futuro, como señala David Cano, director de Estrategia de Analistas Financieros Internacionales (AFI). Pero hay que tener en cuenta que “las últimas operaciones no las están realizando hedge funds, sino profesionales del sector, que saben de este negocio, y esto es relevante”, comenta Inés Egido, analista de Caja Madrid Bolsa.
Los expertos coinciden en señalar que lo importante es distinguir unos casos de otros. “Se debe intentar depurar la situación. No podemos justificarlo todo”, apunta Cano. Para ello es importante conocer a lo que se dedica cada compañía, porque el amplio universo de inmobiliarias cotizadas –ahora mismo hay once, aunque Urbis está a punto de salir de bolsa tras la opa de Reyal, y otras cuatro posiblemente lo harán en los próximos meses– se concentran en actividades y mercados distintos.
El riesgo para estas compañías es que el ciclo inmobiliario cambie. “Es verdad que se están alargando los periodos de venta y que la segunda residencia de costa se está debilitando. Pero sólo vemos una posible ralentización. Los precios siguen subiendo, se espera que lo hagan entre el 5% y el 6% este año.
Hay varios factores que apoyan la demanda: las hipotecas se han alargado hasta los 40 años, hay dos personas trabajando por unidad familiar y la gente necesita casas cada vez más pequeñas”, resume Egido. Además, las grandes compañías se están diversificando en mercados con más potencial de crecimiento, lo que puede compensar el posible bache que se produjera en España.
¿Y si suben los tipos de interés, qué pasará con las inmobiliarias que están tan endeudadas? “El margen de subida es limitado. No tiene por qué causar problemas”, dice Cano.
http://www.expansion.com/edicion/expansion/inversion/es/desarrollo/753306.html
INVERSIÓN 25/03/2007
‘Inflación’ de inmobiliarias
Susana Pérez
--------------------------------------------------------------------------------
Publicado: 07:00
Inmocaral acaba de ingresar en el club selectivo de la bolsa, el Ibex 35, con la credencial de su capitalización, que supera los 7.100 millones de euros.
La empresa que preside Luis Portillo, que está a punto de culminar una opa sobre Colonial y pactó a finales de enero la compra de Riofisa, con lo que pisará los talones en tamaño a Metrovacesa, ha sustituido en el índice selectivo a Fadesa, después de conocerse que Martinsa ha obtenido la adhesión del 86,48% de su capital de la empresa gallega a la oferta lanzada hace unos meses... ¡Respiremos!
Riofisa se había estrenado en bolsa el pasado 19 de julio, sólo tres meses y medio después de que lo hiciera Renta Corporación, la primera de las cuatro inmobiliarias que se colocaron en el mercado a través de una OPV en 2006, que finalizó con récord de compañías del sector en el parqué: nada menos que once. ¡Volvamos a parar!
A Astroc le bastaron poco más de seis meses como empresa cotizada para erigirse como la compañía más revalorizada de 2006 –sus acciones ganaron un 525,16% –, pero hubo muchos más hitos del sector en este terreno: el valor de Riofisa creció un 103,89% en los cinco meses y medio del pasado año que pasó el veredicto del mercado; Inmocaral se disparó un 372,19%; Cleop, un 291,98%, Metrovacesa, un 154,14%; Montebalito, un 105,15%, etcétera.
La conclusión parece clara. Nunca antes el sector inmobiliario había tenido tanto protagonismo en la bolsa y, en aspectos tan diversos, como en 2006 y los primeros meses de este año. No es, desde luego, el único sector sobre el que mercado ha puesto los focos –el energético y el constructor también se han llevado una buena parte–, pero la efervescencia de las inmobiliaras incluye algunas peculiaridades, que conducen a plantearse si no se estará formando una especie de burbuja bursátil con estas empresas.
La mayoría de estos valores son muy estrechos –hay pocas acciones disponibles en el mercado–, lo que alimenta la espiral de subida de las cotizaciones. Son compañías poco seguidas por los analistas, incluso Inmocaral, que acaba de incorporarse al Ibex. “Los criterios de valoración tradicionales no sirven ya para unas empresas que se mueven en bolsa en muchos casos por especulaciones, por razones que no se alcanzan a entender. En muchos casos, como en Inmocaral, los inversores compran al hilo de subidas previas. Quizás todo esto desaliente la cobertura”, según Marian Fernández, gestora de Inversis.
Puertas cerradas
Lo cierto es que algunas compañías no reciben a los analistas. Es el caso de Inmocaral que está esperando a acabar con sus procesos de adquisiciones para sentarse con los expertos, o de Astroc, que, de momento, tampoco ha abierto sus puertas al menos a alguno de los expertos que lo han solicitado, según la experiencia narrada por un profesional especializado en el sector inmobiliario de una firma de inversión.
Tampoco se pueden encontrar informes sobre Cleop o Montebalito, y hay muy poco análisis sobre Riofisa y Parquesol. En suma, los inversores cuentan con pocos datos para tomar sus decisiones, pero se muestran decididos a comprar. ¿Saben realmente lo que compran? ¿No destila todo esto cierta irracionalidad que recuerda de algún modo a la burbuja tecnológica de 2000?
Los expertos señalan que posiblemente hay mucho del famoso comportamiento irracional del mercado detrás de las vertiginosas subidas de los precios de las acciones, y que la mayoría parecen sobrevaloradas. Pero los analistas también dicen que, a diferencia del boom tecnológio, las inmobilirias están respaldadas por un negocio visible, muy fructífero en los últimos años y, de momento, bastante sólido.
Cosa distinta es si estas compañías van a ser capaces de seguir ganando tanto dinero en el futuro, como señala David Cano, director de Estrategia de Analistas Financieros Internacionales (AFI). Pero hay que tener en cuenta que “las últimas operaciones no las están realizando hedge funds, sino profesionales del sector, que saben de este negocio, y esto es relevante”, comenta Inés Egido, analista de Caja Madrid Bolsa.
Los expertos coinciden en señalar que lo importante es distinguir unos casos de otros. “Se debe intentar depurar la situación. No podemos justificarlo todo”, apunta Cano. Para ello es importante conocer a lo que se dedica cada compañía, porque el amplio universo de inmobiliarias cotizadas –ahora mismo hay once, aunque Urbis está a punto de salir de bolsa tras la opa de Reyal, y otras cuatro posiblemente lo harán en los próximos meses– se concentran en actividades y mercados distintos.
El riesgo para estas compañías es que el ciclo inmobiliario cambie. “Es verdad que se están alargando los periodos de venta y que la segunda residencia de costa se está debilitando. Pero sólo vemos una posible ralentización. Los precios siguen subiendo, se espera que lo hagan entre el 5% y el 6% este año.
Hay varios factores que apoyan la demanda: las hipotecas se han alargado hasta los 40 años, hay dos personas trabajando por unidad familiar y la gente necesita casas cada vez más pequeñas”, resume Egido. Además, las grandes compañías se están diversificando en mercados con más potencial de crecimiento, lo que puede compensar el posible bache que se produjera en España.
¿Y si suben los tipos de interés, qué pasará con las inmobiliarias que están tan endeudadas? “El margen de subida es limitado. No tiene por qué causar problemas”, dice Cano.