Siempre venden la idea de que un mindundi puede llegar a lo más alto, pero no es así.
Pues claro que puede. Otra cosa es que sea frecuente.
Hay muchísima gente que ha montado un negocio con poco o incluso ningún medio y le ha ido realmente bien. Por supuesto, no hablamos de ser Onassis, pero sí gente que ha podido tocar mucha pasta.
Y es que si ves muchas de las empresas más grandes del mundo ahora (Google, Amazon, Microsoft...) no son empresas de hace 150 años que hayan pasado de generación en generación. La era de la tecnología de muchísimas oportunidades que antes no existían, y precisamente los pequeños emprendedores tienen más asequible adaptarse a nuevos tiempos que los grandes gigantes que se mueven mucho más lentamente.
El dilema es muchas veces aceptar el enorme sacrificio que suele suponer. Porque pocos casos habrá de quien haya empezado de cero y a los dos años le vaya muy bien, se suele tardar bastante y tener que apretarse el cinturón, trabajar como un cabrón, tener suerte.
En España estamos increíblemente influenciados ideológicamente para pensar que no se puede. Que es necesario tener mucha pasta y esto. Luego resulta que la mayor parte de las empresas se montan con 50.000€ o menos, y en un país donde el coche medio se acerca a los 20.000€, y donde el 85% de la peña es dueña de una casa que de media vale 150.000€, es imposible sacar 50.000€ para montar un negocio.
Y hasta te pondría el ejemplo de los Youtubers, ahora que están tan estigmatizados. Sí, están los famosos que ganan millones de euros, casi todos metidos en los juegos y tal con público adolescente.
Pero tienes miles y miles de personas anónimas que se están ganando la vida realmente bien. Tienes marujas anónimas que ganan 10 veces lo que tú o yo ganamos haciendo vídeos con sus pollo asado y sus croquetas, tienes ilustradores que montan ideas chulas, tienes historiados o científicos que lo usan para divulgar de una forma amena. Y todo con una inversión que no creo que llegue a los 200€.