Pabloom
No medicado
Aquí en Santiago de Compostela todos los hosteleros están brincando de alegría, como ya no pueden atender a nadie en el interior y fuera llueve a cántaros y en las terrazas no para ni Cristo pues se han cogido unas vacaciones para estar más cerca de la familia e ir comprando los regalos de navidad, que luego llega reyes y siempre te pillan en ropa interior. Qué envidia me dan los hosteleros jorobar. Quién fuera uno de ellos.