Rustin
Madmaxista
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Hoy es un gran día.
Porque ha quedado patente cuál es el camino a seguir, y Alvise nos lo ha terminado de mostrar.
Ya habéis visto lo que ha ocurrido con el "Caso Steegmann". Vox ha sacado los colmillos, ha dado a entender que amenazará con los tribunales a cualquiera que toque al "nobilísimo e irreprochable doctor Steegmann", y parece, encima, que la mayor parte de sus votantes creen (o no les importa) que eso es una cosa buena.
Algunos estaréis más decepcionados, y otros menos sorprendidos. Pero no nos equivoquemos: esto no es fruto de la casualidad: la cúpula de Vox, por alguna razón que sólo podemos intuir, está vendida en el tema del globalismo más importante actualmente, que es el de la "esa época en el 2020 de la que yo le hablo" y el de las banderillas. Y aunque mañana o pasado rectificaran, o echaran a Steegmann, daría igual, porque ya se les ha caído la careta: simplemente volverían a hacerlo, pero con más discreción, porque a todas las cúpulas les termina llegando el momento en que ceden a otras más amenazantes.
Los partidos políticos tienen la necesidad de organizarse piramidalmente; es un hecho. Y el problema de las pirámides es que basta con corromper a la cúpulas para que toda la base deje de tener efecto.
Es mucho más fácil sobornar, coaccionar, o amenazar a una docena que a un millar.
Y así, todos los proyectos políticos se terminan estrellando en cualquier momento. Como todo en la vida, pero en este caso es mucho más traumático, ya que demasiada gente se ha encadenado a creer que la solución de casi todos los problemas del país vendrá dada por un único grupo jerarquizado, que un día darán un manotazo de poder, y así quedará casi todo solucionado en unos pocos años.
Sin embargo, los cambios de verdad son siempre graduales. Pero, justamente por eso, la mayoría busca alternativas rápidas: la idea de que todo puede cambiar para bien en muy poco tiempo es demasiado atractiva para que muchos puedan escapar de ella.
Y así, aunque los partidos y sus cúpulas decepcionan una y otra vez a sus votantes, siguen haciéndolo porque saben que muchos seguirán votándoles, porque saben que es el curso natural del pastoreo de borregos. Los borregos, creyendo que no hay otra opción mejor, y que la única vía de cambiar las cosas está en manos de los partidos políticos, se dedican a "rezarles" prácticamente, mientras permanecen callados, a la espera de órdenes, y con bajas ambiciones personales de hacer algo por su propia cuenta.
Pero hoy justamente, ha quedado clara que existe otra opción, y que, dadas las circunstancias, parece la mejor: encontrar y apoyar a más Alvises. E incluso, por qué no, convertirse algún día en alguien así.
Porque lo que hace falta son MÁS ALVISES. Más profesionales independientes, o en todo caso pequeñas agrupaciones que tengan propósitos muy claros, y apoyar a éstos directamente. Hay que buscar acciones más transparentes, directas y sencillas, como las que ha hecho Alvise últimamente.
Lo que hace falta no es una gran pirámide que gobierne cada aspecto de nuestras vidas, porque entonces dará igual que se llame ésta "VOX", o "PSOE", o lo que ponga en el letrero.
La esencia de España (Iberia) es la de ser capaz de levantar a multitudes de caudillos libres, cada uno con apego por su propia tierra, pero peleando por la defensa común de las cosas más esenciales: la libertad, el pan, y sobre todo el espíritu.
La esencia de España es ser como los Numantinos, es plantar cara al invasor. En este caso, el terror globalista que ya ha tomado, de facto o por connivencia, las cúpulas de todos los partidos políticos y de casi cualquier organización medianamente grande e influyente.
Así pues, que salgan más pequeños líderes, más Alvises independientes que peleen por estas causas tan necesarias y comunes. Que lo hagan con inteligencia y honradez. Que no ataquen siempre "a los mismos", y defiendan a sus "amigos" cuando éstos se comportan como maleantes, como hace toda la canallería del Congreso, tanto unos como otros. Que sean como Don Quijote en vez de Macbeth, por decirlo así.
Y nosotros, ¿qué debemos hacer? Yo lo tengo muy claro: cuando Alvise necesite algo (ha cabreado a demasiados como para que no vaya a necesitar ayuda en algún momento), apoyémosle. Si pide dinero para hacer frente a las costas de algún juicio o algo así, aflojemos la cartera, aunque sea algo casi simbólico. Si convoca algún acto o manifestación que tenga sentido, acudamos si nos pilla cerca. ¡Nada más!
Así pues, estoy seguro de que hoy es un gran día. Muchos han despertado hoy sobre quién representa el camino correcto. Por mi parte, lo tengo claro: deseo que en España surjan más y más Alvises.
Alvise, ¡manténte fuerte! Has inspirado ya a muchos con tu ejemplo. Pronto vendrán otros como tú a cubrir tu puesto en la avanzadilla que has recorrido, para cuando necesites un respiro. Los demás, ya sea en la medida de nuestras fuerzas, o ya nos veamos envalentonados en un futuro próximo, te apoyaremos aunque sea detrás de un teclado. ¡Fuerza y coraje!
Porque ha quedado patente cuál es el camino a seguir, y Alvise nos lo ha terminado de mostrar.
Ya habéis visto lo que ha ocurrido con el "Caso Steegmann". Vox ha sacado los colmillos, ha dado a entender que amenazará con los tribunales a cualquiera que toque al "nobilísimo e irreprochable doctor Steegmann", y parece, encima, que la mayor parte de sus votantes creen (o no les importa) que eso es una cosa buena.
Algunos estaréis más decepcionados, y otros menos sorprendidos. Pero no nos equivoquemos: esto no es fruto de la casualidad: la cúpula de Vox, por alguna razón que sólo podemos intuir, está vendida en el tema del globalismo más importante actualmente, que es el de la "esa época en el 2020 de la que yo le hablo" y el de las banderillas. Y aunque mañana o pasado rectificaran, o echaran a Steegmann, daría igual, porque ya se les ha caído la careta: simplemente volverían a hacerlo, pero con más discreción, porque a todas las cúpulas les termina llegando el momento en que ceden a otras más amenazantes.
Los partidos políticos tienen la necesidad de organizarse piramidalmente; es un hecho. Y el problema de las pirámides es que basta con corromper a la cúpulas para que toda la base deje de tener efecto.
Es mucho más fácil sobornar, coaccionar, o amenazar a una docena que a un millar.
Y así, todos los proyectos políticos se terminan estrellando en cualquier momento. Como todo en la vida, pero en este caso es mucho más traumático, ya que demasiada gente se ha encadenado a creer que la solución de casi todos los problemas del país vendrá dada por un único grupo jerarquizado, que un día darán un manotazo de poder, y así quedará casi todo solucionado en unos pocos años.
Sin embargo, los cambios de verdad son siempre graduales. Pero, justamente por eso, la mayoría busca alternativas rápidas: la idea de que todo puede cambiar para bien en muy poco tiempo es demasiado atractiva para que muchos puedan escapar de ella.
Y así, aunque los partidos y sus cúpulas decepcionan una y otra vez a sus votantes, siguen haciéndolo porque saben que muchos seguirán votándoles, porque saben que es el curso natural del pastoreo de borregos. Los borregos, creyendo que no hay otra opción mejor, y que la única vía de cambiar las cosas está en manos de los partidos políticos, se dedican a "rezarles" prácticamente, mientras permanecen callados, a la espera de órdenes, y con bajas ambiciones personales de hacer algo por su propia cuenta.
Pero hoy justamente, ha quedado clara que existe otra opción, y que, dadas las circunstancias, parece la mejor: encontrar y apoyar a más Alvises. E incluso, por qué no, convertirse algún día en alguien así.
Porque lo que hace falta son MÁS ALVISES. Más profesionales independientes, o en todo caso pequeñas agrupaciones que tengan propósitos muy claros, y apoyar a éstos directamente. Hay que buscar acciones más transparentes, directas y sencillas, como las que ha hecho Alvise últimamente.
Lo que hace falta no es una gran pirámide que gobierne cada aspecto de nuestras vidas, porque entonces dará igual que se llame ésta "VOX", o "PSOE", o lo que ponga en el letrero.
La esencia de España (Iberia) es la de ser capaz de levantar a multitudes de caudillos libres, cada uno con apego por su propia tierra, pero peleando por la defensa común de las cosas más esenciales: la libertad, el pan, y sobre todo el espíritu.
La esencia de España es ser como los Numantinos, es plantar cara al invasor. En este caso, el terror globalista que ya ha tomado, de facto o por connivencia, las cúpulas de todos los partidos políticos y de casi cualquier organización medianamente grande e influyente.
Así pues, que salgan más pequeños líderes, más Alvises independientes que peleen por estas causas tan necesarias y comunes. Que lo hagan con inteligencia y honradez. Que no ataquen siempre "a los mismos", y defiendan a sus "amigos" cuando éstos se comportan como maleantes, como hace toda la canallería del Congreso, tanto unos como otros. Que sean como Don Quijote en vez de Macbeth, por decirlo así.
Y nosotros, ¿qué debemos hacer? Yo lo tengo muy claro: cuando Alvise necesite algo (ha cabreado a demasiados como para que no vaya a necesitar ayuda en algún momento), apoyémosle. Si pide dinero para hacer frente a las costas de algún juicio o algo así, aflojemos la cartera, aunque sea algo casi simbólico. Si convoca algún acto o manifestación que tenga sentido, acudamos si nos pilla cerca. ¡Nada más!
Así pues, estoy seguro de que hoy es un gran día. Muchos han despertado hoy sobre quién representa el camino correcto. Por mi parte, lo tengo claro: deseo que en España surjan más y más Alvises.
Alvise, ¡manténte fuerte! Has inspirado ya a muchos con tu ejemplo. Pronto vendrán otros como tú a cubrir tu puesto en la avanzadilla que has recorrido, para cuando necesites un respiro. Los demás, ya sea en la medida de nuestras fuerzas, o ya nos veamos envalentonados en un futuro próximo, te apoyaremos aunque sea detrás de un teclado. ¡Fuerza y coraje!
