Poco antes de que comenzase su junta de accionistas, la inmobiliaria que preside Félix Abánades comunicaba a la CNMV que había logrado un principio de acuerdo con la banca acreedora para refinanciar su deuda cercana 1.460 millones de euros. Tras conocerse la noticia, las acciones de Quabit subieron un 7%. Unas semanas antes, la cotizada escaló más de un 50% ante los rumores que apuntaban a un posible pacto con los acreedores, cumpliéndose así la premisa de comprar con el rumor y vender con la noticia.
Ya en la junta, Abánades explicó a los inversores que la refinanciación permitía a la firma aplazar el pago de la deuda y los intereses de la misma durante un periodo de cinco años. Quabit tenía antes el compromiso de pagar y amortizar capital el año que viene.
El proceso de financiación, que aún está no completamente cerrado porque hay entidades que todavía no le han dado el visto bueno, comenzó hace tres meses con la creación de un comité con los principales acreedores (representan el 68% del total de la deuda). No obstante, todas las entidades conocen en “líneas generales” el acuerdo, según matizó el presidente. “Esperamos que los acreedores acepten el pacto en julio o en agosto”.
Entre ellas están la reducción de su endeudamiento a través de la compraventa de activos (principalmente suelo); la bilateralización de la financiación sindicada y la refinanciación a largo plazo de toda la deuda de los distintos acreedores financieros de la compañía.
Abánades no quiso concretar que importe de activos se pondrá en venta aunque sí indicó que la “bilateralización” permitía que el préstamo de una entidad quede vinculado exclusivamente a un activo, en forma de garantía, algo que no sucedía hasta ahora. “Tenemos plena confianza en que se culminará el acuerdo, lo que preparará la estructura financiera de la empresa para acometer nuevos retos”, aseveró
HOJA DE RUTA
Uno de ellos es el establecimiento de un plan de negocio “sólido y con futuro”, tal y como matizó el consejero delegado de Quabit, Alberto Quemada. Hasta ahora la compañía ha ido descartando opciones: en los últimos dos años no ha acometido promociones nuevas ante el parón de la actividad residencial; ha rechazado su actividad en el exterior por ser éste uno los requisitos de sus acreedores; sus stock de viviendas se ha reducido y ahora sólo le queda activos de peor calidad; su actividad patrimonial es escasa…
Además, Abánades reconoció que la actividad de gestión de cooperativas y comunidades de viviendas iba “muy lenta”. A cierre del primer trimestre del año, esta área rgistró un número de viviendas en situación de oferta previa, constitución y gestión de 710 unidades, de las cuales se preadjudicaron el 27%. Por otro lado Quabit, tampoco trabajaba con activos inmobiliarios de la banca.
PESIMISMO POR LA ECONOMÍA
Asimismo, el presidente reconoció que la cotizada trabaja en nuevas vías para dotación de liquidez en caso de que la situación de la economía española no de muestras dé mejorar. En este sentido, estimó que el sector inmobiliario tocará fondo este año para ir remontando “poco a poco” en 2012.
En ese sentido, aseguró durante el presente ejercicio no se han visto mejores perspectivas, sino todo lo contrario. “Se han acentuado los graves problemas que sufre la economía española. España está en el punto de mira de los mercados”, recalcó. El ejecutivo subrayó que los tres primeros meses del año habían sido los peores de la historia del sector en lo que a ventas se refiere. “No es que no vendiésemos viviendas, es que ni nos preguntaban”.
Abánades reseñó que sin la recuperación del sector inmobiliario será muy difícil que la economía española salga de la crisis. Por este motivo, reclamó a las autoridades medidas que permitan la reactivación del negocio del ladrillo como la vuelta de la deducción por la compra de vivienda habitual; incentivar la adquisición de segunda vivienda por parte de los extranjeros; ayudas la reestructuración de las empresas inmobiliarias o la eliminación de impuestos que pesan sobre el sector, como el que obliga a pagar el 7% del valor de los activos de una inmobiliaria a un inversor que se hagan con más del 50% del capital de la firma