Pero los chinos en Wuhan han estado cuatro meses en lo que se llama un confinamiento. Pero de los de verdad, no de los de bajar todos los días a por el pan y a comprar unas cervecitas, o los de dar un paseo al perro por turnos...¿Y sabes qué? Que aquí, bueno, en el resto del mundo, estábamos de fiesta y riendonos de ellos.
Que puñetero es el karma, ¿verdad? Nos mostraron cómo hacer las cosas, cómo combatirlo, cómo hacer los confinamientos, cómo prevenir futuras olas, todo. Y aquí seguíamos riéndonos y llamándolo "una gripinha".
Y ahora, que siguen con medidas muy estrictas (aún más que en Europa), os extraña a algunos que estén con la esa época en el 2020 de la que yo le hablo superada.