Hola, buenas.
Vivimos en la sociedad de la palabra. Hemos dotado a la simple palabra de una relevancia superior incluso al propio significado de la misma. Es la cultura de las redes, del wasap, del tuit, de la frase hecha, de la consigna o de la palabra simple. En contrapartida, no son buenos tiempos para las ideas, ni para los argumentos y mucho menos para las explicaciones.
De este fenómeno se aprovechan las autoridades políticas y sanitarias para así manipularlos en esta grave esa época en el 2020 de la que yo le hablo, distorsionando a conveniencia el lenguaje mediante conceptos y palabras que, realmente, no son representativos de la realidad. Veamos algunos ejemplos:
1.- Al principio, “afortunadamente el bichito no mutaba”. Cuando descubrimos que era incierto, se sustituyó el término mutación por el de “variante” (que suena menos apocalíptico)
2.- Las banderillas “inmunizan”. Yo no soy contrario a las banderillas pero, en el mejor de los casos, se debería emplear el término ayudan, mejoran o tienen “utilidad”, pero en ningún caso el de inmunidad, máxime cuando no evitas el contagio, ni la transmisión de la enfermedad ni tampoco son eficaces para determinadas variantes.
3.- Se ha acordado el “distanciamiento social”. Este término se emplea para dotar de mayor contundencia a la medida pero es absolutamente incorrecto. El distanciamiento social es la falta de relación o contacto entre los diferentes estratos o grupos sociales que conforman la sociedad.
El término correcto sería “distanciamiento físico”, en el sentido de guardar la distancia entre las personas
4.- Cuando ordenaron el encierro en nuestras casas, se acuño el término “confinamiento domiciliario”. Esta expresión, de aparente gravedad, es una contradicción semántica en sí misma, porque cuando se confina a alguien se hace como una pena o condena en la que se obliga a vivir a alguien en un lugar distinto al de su domicilio (destierro).
El término correcto sería cuarentena o “encierro en casa”, pero esta expresión resulta más vulgar y menos sofisticada que la de confinamiento domiciliario.
5.- Es la época de la “Nueva normalidad”. Lo que es nuevo no es normal y para cuando quiere ser normal, ya se ha hecho viejo. En realidad utilizan esta expresión para que los nuevos cambios introducidos en nuestros derechos y libertades nos parezcan normales.
Una expresión más adecuada podría ser época de “Cambio e incertidumbre”, que refleja mejor la situación actual.
6.- Sube, baja o se aplana la “curva”. Curvas y peligrosas son las de Scarlett Johansson (dicho con respeto).
Pero denominar curva para referirse a los infectados o fallecidos es una ocultación de la gravedad del problema. La expresión correcta es “suben o bajan los infectados, hospitalizados o los fallecidos”. Estamos hablando de personas, de seres humanos, no de fríos gráficos.
7. Los diferentes Organismos Sanitarios han “aprobado” las banderillas. No han aprobado nada porque no se ha cumplido el protocolo y los requisitos mínimamente imprescindibles exigidos por Ley para su aprobación.
En todo caso, las banderillas han sido “autorizadas” por razones de emergencia sanitaria, que no es lo mismo porque implica un mayor riesgo en su uso y comercialización.
8.- Hemos iniciado la “desescalada”. Dicho así resulta más técnico, sofisticado y meritorio para quien la dirige.
Pero un alpinista nunca ha desescalado nada, simplemente baja o desciende. (“descenso”)
9.- Las banderillas son “seguras y eficaces” en un 95%. Esta expresión no es correcta porque engloba una generalidad abstracta, que no concreta ni el tiempo, ni el tipo de eficacia, ni los posibles efectos adversos futuros.
Es mucho más correcto decir que “no sabemos la seguridad y la eficacia real de las banderillas” con el transcurso del tiempo porque únicamente, a medida que vaya pasando el tiempo, podremos determinar dichos aspectos.
“De esta salimos más fuertes” (Campaña de Moncloa del 25 de mayo de 2020).
Bueno, no sabemos la realidad de la anterior afirmación, pero lo que si os puedo asegurar es que : “De esta salimos más viejos” ( si salimos, claro).
Que tengáis buen día.