Buenos días.
Cuando asomas la cabecita al nacer, uno actúa como si fuese espectador de una película nueva. Pronto forjas la base de tu personalidad en torno a 3 o 4 ideas fijas e infinidad de variantes sobre las mismas en una espiral de la que, difícilmente, sales alguna vez. Una de estas ideas suele ser común a casi todos, y es que las cosas malas les pasan a otros, nosotros solo estamos de meros espectadores.
Ahora estamos contemplando una película (nueva y probablemente de “serie B”). Estamos en el principio, digamos en la episodio o nivel 1. Ojalá no haya más trama y no existan más episodios. Pero es bastante factible que si los haya y que, vete a saber, en el nivel 5 (por ejemplo) la pantalla “se te vaya a oscuro”. O que en el nivel 10 (o 500) aparezca "GAME OVER".
De esta película, de este bichito, no sabemos nada. No conocemos su origen, ni su naturaleza, ni su nivel inmunidad, ni su evolución futura, ni sus secuelas con el tiempo, nada. Únicamente sabemos que no tenemos un tratamiento mínimamente eficaz y que no existe banderilla.
Pero oye, ¡que seguimos tranquilamente viendo la película, eh! Que te dicen que puedes ir por palomitas (super o farmacia), pues haces cola y traes la caja más grande. Que te dejan salir a echar un cigarro (pasear al perro), pues desfile de mascotas. Que te dejan estirar las piernas (hacer deporte), pues media España preparando las Olimpiadas. Que te permiten ir al baño (playa), pues me llevo hasta la tabla de planchar para hacer surf. Que te dejan salir a la máquina de refrescos (ir a las terrazas) pues todos los días como cuando ganamos el Mundial.
Pero ¿ que “ coj…s ” ( con perdón) estamos haciendo? Ah, sí, seguimos viendo la película. A muchos jóvenes les parece bien porque no es una película que les vaya a traumatizar parece. Bastantes adultos sanos no piensan que les vaya a traer consecuencias serias. Algunos ancianos o personas enfermas prefieren seguir mirando, hay que aprovechar el tiempo.
Sí, es tipo “serie B”. En estas películas el que parece malo no suele serlo y el verdadero malvado pasa más desapercibido e intentan sorprenderte con el final. Sin embargo, a los diez minutos solemos saber más o menos el desenlace. ¿Por qué? Porque hemos visto muchas y ya sabemos cómo se desarrollan. Pero este bichito es una película totalmente novedosa, desconocida, no tenemos ni “p. idea” de su desarrollo.
Entonces, ¿hacemos algo? Sí, seguir viendo la película. Podemos criticar al director y pedir que no dirija ninguna más. También podemos criticar a los guionistas que no resultan nada creíbles. Podemos “poner a caldo” a los actores, que sobreactúan. También a los cámaras, que seleccionan las imágenes a conveniencia. Eso sí, seguimos tranquilamente en la butaca, todos juntitos, viendo la peli.
Y es que, hasta que no nos demos cuenta que no son cosas que le están pasando a otros, no hay nada que hacer. No estamos viendo una película, somos los protagonistas de la misma. Tomemos el mando, apaguemos la tele y reflexionemos sobre cuál es el mejor papel que todos y cada uno de nosotros debemos desarrollar para tener más opciones de que el final sea feliz.
Que hoy “te vaya de cine”.