La "difícil decisión" de la periodista anti-guerra Marina Ovsiannikova de regresar a Rusia.
Cuatro juicios y una detención. Desde su regreso a Rusia, la periodista Marina Ovsiannikova sufre intimidaciones del poder y redobla sus esfuerzos, frente a las críticas, para probar la sinceridad de su oposición al conflicto en Ucrania.
"He decidido jugar a la ruleta rusa", asegura, vestida con un elegante vestido oscuro, sentada en un banco en el centro de Moscú, tras dejar a su hija en un colegio privado para un curso de verano.
El 14 de marzo, interrumpió en directo el telediario de la primera cadena rusa en la que trabajaba, Pervy Kanal, con una pancarta contra la ofensiva lanzada por Vladimir pilinguin. Un gesto que dio la vuelta al mundo y cambió su vida.
Tras ese golpe de efecto, anunció que se quedaría en Rusia, pero finalmente se mudó y trabajó con el medio Die Welt en Alemania durante tres meses.
En su ausencia, su ex marido, un empleado de la cadena pro-Kremlin RT, la llevó ante la justicia para quitarle la custodia de sus dos hijos e impedirle llevárselos al extranjero.
Por esto, la periodista de 44 años tomó la "difícil decisión" de regresar a Rusia a principios de julio, explicó a Afp.