Harman
Rojo
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Sobre la reconciliación
Sobre la reconciliación
19/09/2019
Artículo Original: Denis Grigoriuk
¿Reconciliación? Esta palabra suena a menudo tras el gran intercambio de prisioneros, con la puesta en libertad de Oleh Sentsov, Roman Suschenko y los marines ucranianos por un lado y Kiril Vishinsky, Vladimir Tsermaj, Igor Simikovsky y otros por el otro bando. Las conversaciones directas entre Vladimir pilinguin y Volodymyr Zelensky han dado pie a que se empiece a hablar de la posibilidad de una mejora de las relaciones entre los dos países, lo que supondría que en el futuro pueda haber una posibilidad de paz en Donbass. Un sueño que parecía imposible. Pero, cuanto más se acerca, se convierte en más esquivo.
Asesinato de un miliciano
El 16 de septiembre, en Mariupol, fue asesinado un miembro de la milicia que había luchado en las batallas por el aeropuerto de Donetsk y Debaltsevo. Roman Jumaev era programador informático en Kiev antes de la guerra, pero se marchó a Donetsk a unirse a la milicia. En el verano de 2015, se marchó a Bielorrusia, donde concedió una entrevista a la edición bielorrusa de Radio Svoboda. “Fui porque mi bisabuelo luchó, luchó por toda Ucrania y volvió sin una mano. Llevábamos el lazo de san Jorge y siempre estuvimos con Rusia. Ahora he tomado el lado de la región de Donetsk porque yo mismo soy de Mariupol. He visto a mi gente trabajar para ahorrar el último céntimo. Y ahora están saltando a gritos de queremos Europa”, afirmó Jumaev.
La entrevista resonó en Bielorrusia y Ucrania. Incluso antes, Kiev había declarado en búsqueda y captura a Jumaev. Tras la publicación de la entrevista en Radio Svoboda y el ruido que causó en el espacio informativo, Jumaev abandonó Bielorrusia. En el otoño de 2017, el SBU informó de que había sido detenido al cruzar la línea de demarcación. Según los servicios secretos ucranianos, se dirigía a su Mariupol natal para ver a su familia.
En mayo de 2018, el tribunal ucraniano decretó la puesta en libertad y arresto domiciliario nocturno. Es decir, el exmiliciano podía salir a la calle libremente durante el día. Volvió a Mariupol, donde abrió un puesto de pizza. Los activistas locales colaboran con las autoridades para eliminar ese tipo de puestos callejeros. Y cuando la población se enteró de que el dueño de la pizzería era un defensor de la RPD, entraron en juego miembros de la llama “ATO”.
“Hace unos días, representantes del distrito administrativo y la policía se presentaron allí, donde tenía su puesto, para desmantelarlo. Con ellos venían veteranos de ATO. Cuando Jumaev apareció, comenzaron a insultarle y amenazarle”, explicó la activista que lo empezó todo. Ahora esconde su nombre por miedo a acabar como Roman.
En diciembre de 2018, Roman fue nuevamente detenido por utilizar gas pimienta contra la policía. El 5 de agosto de 2019, Jumaev pasó a estar bajo arresto domiciliario. El 16 de septiembre, en la vivienda del exmiliciano, desconocidos le dispararon siete balas. Roman Jumaev murió en el acto.
La respuesta de la RPD
La defensora del pueblo de la RPD, Daria Morozova, afirmó en una entrevista que Jumaev había sido incluido en las listas de intercambio entre las Repúblicas de Donbass y Ucrania. “Según las agencias de la ley de Ucrania, estaba acusado de defender a la RPD, por lo que Jumaev estaba incluido en la lista de personas para el intercambio. Este cínico asesinato demuestra el completo desinterés por los derechos y las libertades de las personas, la impunidad y la ausencia de estado de derecho en el territorio de Ucrania”, afirmó la defensora del pueblo. El 18 de septiembre, en Minsk, la RPD planteó el tema de la seguridad de las personas que se encuentran en las listas de intercambio.
La justicia en Ucrania
En un programa de Radio Kurdogo sobre el tema de la guerra, me preguntaron sobre la cuestión de la reconciliación. Supuestamente, el bando ucraniano está dispuesto a acabar la guerra y reconciliarse con aquellos que no aceptaron los resultados del golpe de Estado de Maidan en febrero de 2014. En mi imaginación se creó inmediatamente una triste imagen. Para la comunidad internacional, se crearía una ilusión de cese de hostilidades. Es cierto que sería posible encontrar a un par de personas de ambos bandos para que se dieran un abrazo, se sentaran en la misma mesa y que todo ello se hiciera bajo los focos de las cámaras. En cuanto los focos se apagaran, la realidad prevalecería.
Incluso aunque el Gobierno no persiga oficialmente a los defensores de la RPD y la RPL [una afirmación optimista, teniendo en cuenta que Kiev sigue negándose a que haya una ley de amnistía-Ed], no hay que olvidar a aquellos que tratan de imponer el orden de forma extraoficial.
“Justicia divina”
“Una vez más, según los principios humanistas, apelo a los enemigos de Ucrania: rendíos a las autoridades ucranianas, sentaos voluntariamente en una prisión ucraniana y no salgáis nunca. Porque el castigo del Señor llegará inevitablemente”, escribió el nacionalista ucraniano y exlíder del Praviy Sektor, Dmitro Yarosh, tras el asesinato de Jumaev en su casa.
Para los radicales ucranianos, la “justicia divina” es asesinar a los enemigos, es decir, a quienes apoyan a la RPD y la RPL. No se puede decir que los nacionalistas vayan a asesinar a todos los habitantes de las Repúblicas de Donbass, pero quienes alcen la voz sobre el estado actual de Ucrania sentirán la “justicia divina” ucraniana.
PD. Catorce años después del final de la guerra civil española, el famoso escritor estadounidense Ernest Hemingway, que apoyó abiertamente a los republicanos, decidió visitar el país para mostrar el toreo a su esposa. El escritor era consciente de que había un riesgo de ser detenido, ya que había mostrado su oposición a las tropas de Franco. Rita Hemingway acudió acompañada de un combatiente. En “Verano sangriento”, recuerda a ese hombre:
“El chófer Adamo soñaba con abrir una funeraria. Más adelante cumplió su sueño, así que si mueren en Udine, serán sus clientes. Nadie le preguntó nunca en qué bando había luchado en la guerra civil española. Por curiosidad, le imaginé luchando en un bando y en el otro. Teniendo en cuenta que tenía la versatilidad de Leonardo, algo que se veía al conocerle, es más que probable que fuera así. Por una parte, luchaba por sus ideas; por otra, por su país o por su ciudad, Udine. Y si hubiera un tercer bando, encontraría algo por lo que luchar: por el Señor, por la marca Lancia o por los accesorios funerarios. Al fin y al cabo, todo ello era igualmente importante para él”.
En nuestro caso, no es necesario preguntarnos en qué lado luchamos. Es evidente. En la era de las redes sociales y la información, todo está a la vista.
Hemingway tuvo un buen viaje. Entró en el país y salió de él vivo. Pero, ¿qué harían los defensores de Franco con soldados de la República? En realidad, no se sabe cuántas personas anónimas sufrieron tras el final de las hostilidades. En España no hubo una reconciliación rápida. Franco derrotó a sus enemigos y las heridas de las guerra civil duraron décadas. Y, lo que es más importante, las heridas aún duelen.
¿Qué tipo de reconciliación puede esperar a Donbass?
Sobre la reconciliación
19/09/2019
Artículo Original: Denis Grigoriuk
¿Reconciliación? Esta palabra suena a menudo tras el gran intercambio de prisioneros, con la puesta en libertad de Oleh Sentsov, Roman Suschenko y los marines ucranianos por un lado y Kiril Vishinsky, Vladimir Tsermaj, Igor Simikovsky y otros por el otro bando. Las conversaciones directas entre Vladimir pilinguin y Volodymyr Zelensky han dado pie a que se empiece a hablar de la posibilidad de una mejora de las relaciones entre los dos países, lo que supondría que en el futuro pueda haber una posibilidad de paz en Donbass. Un sueño que parecía imposible. Pero, cuanto más se acerca, se convierte en más esquivo.
Asesinato de un miliciano
El 16 de septiembre, en Mariupol, fue asesinado un miembro de la milicia que había luchado en las batallas por el aeropuerto de Donetsk y Debaltsevo. Roman Jumaev era programador informático en Kiev antes de la guerra, pero se marchó a Donetsk a unirse a la milicia. En el verano de 2015, se marchó a Bielorrusia, donde concedió una entrevista a la edición bielorrusa de Radio Svoboda. “Fui porque mi bisabuelo luchó, luchó por toda Ucrania y volvió sin una mano. Llevábamos el lazo de san Jorge y siempre estuvimos con Rusia. Ahora he tomado el lado de la región de Donetsk porque yo mismo soy de Mariupol. He visto a mi gente trabajar para ahorrar el último céntimo. Y ahora están saltando a gritos de queremos Europa”, afirmó Jumaev.
La entrevista resonó en Bielorrusia y Ucrania. Incluso antes, Kiev había declarado en búsqueda y captura a Jumaev. Tras la publicación de la entrevista en Radio Svoboda y el ruido que causó en el espacio informativo, Jumaev abandonó Bielorrusia. En el otoño de 2017, el SBU informó de que había sido detenido al cruzar la línea de demarcación. Según los servicios secretos ucranianos, se dirigía a su Mariupol natal para ver a su familia.
En mayo de 2018, el tribunal ucraniano decretó la puesta en libertad y arresto domiciliario nocturno. Es decir, el exmiliciano podía salir a la calle libremente durante el día. Volvió a Mariupol, donde abrió un puesto de pizza. Los activistas locales colaboran con las autoridades para eliminar ese tipo de puestos callejeros. Y cuando la población se enteró de que el dueño de la pizzería era un defensor de la RPD, entraron en juego miembros de la llama “ATO”.
“Hace unos días, representantes del distrito administrativo y la policía se presentaron allí, donde tenía su puesto, para desmantelarlo. Con ellos venían veteranos de ATO. Cuando Jumaev apareció, comenzaron a insultarle y amenazarle”, explicó la activista que lo empezó todo. Ahora esconde su nombre por miedo a acabar como Roman.
En diciembre de 2018, Roman fue nuevamente detenido por utilizar gas pimienta contra la policía. El 5 de agosto de 2019, Jumaev pasó a estar bajo arresto domiciliario. El 16 de septiembre, en la vivienda del exmiliciano, desconocidos le dispararon siete balas. Roman Jumaev murió en el acto.
La respuesta de la RPD
La defensora del pueblo de la RPD, Daria Morozova, afirmó en una entrevista que Jumaev había sido incluido en las listas de intercambio entre las Repúblicas de Donbass y Ucrania. “Según las agencias de la ley de Ucrania, estaba acusado de defender a la RPD, por lo que Jumaev estaba incluido en la lista de personas para el intercambio. Este cínico asesinato demuestra el completo desinterés por los derechos y las libertades de las personas, la impunidad y la ausencia de estado de derecho en el territorio de Ucrania”, afirmó la defensora del pueblo. El 18 de septiembre, en Minsk, la RPD planteó el tema de la seguridad de las personas que se encuentran en las listas de intercambio.
La justicia en Ucrania
En un programa de Radio Kurdogo sobre el tema de la guerra, me preguntaron sobre la cuestión de la reconciliación. Supuestamente, el bando ucraniano está dispuesto a acabar la guerra y reconciliarse con aquellos que no aceptaron los resultados del golpe de Estado de Maidan en febrero de 2014. En mi imaginación se creó inmediatamente una triste imagen. Para la comunidad internacional, se crearía una ilusión de cese de hostilidades. Es cierto que sería posible encontrar a un par de personas de ambos bandos para que se dieran un abrazo, se sentaran en la misma mesa y que todo ello se hiciera bajo los focos de las cámaras. En cuanto los focos se apagaran, la realidad prevalecería.
Incluso aunque el Gobierno no persiga oficialmente a los defensores de la RPD y la RPL [una afirmación optimista, teniendo en cuenta que Kiev sigue negándose a que haya una ley de amnistía-Ed], no hay que olvidar a aquellos que tratan de imponer el orden de forma extraoficial.
“Justicia divina”
“Una vez más, según los principios humanistas, apelo a los enemigos de Ucrania: rendíos a las autoridades ucranianas, sentaos voluntariamente en una prisión ucraniana y no salgáis nunca. Porque el castigo del Señor llegará inevitablemente”, escribió el nacionalista ucraniano y exlíder del Praviy Sektor, Dmitro Yarosh, tras el asesinato de Jumaev en su casa.
Para los radicales ucranianos, la “justicia divina” es asesinar a los enemigos, es decir, a quienes apoyan a la RPD y la RPL. No se puede decir que los nacionalistas vayan a asesinar a todos los habitantes de las Repúblicas de Donbass, pero quienes alcen la voz sobre el estado actual de Ucrania sentirán la “justicia divina” ucraniana.
PD. Catorce años después del final de la guerra civil española, el famoso escritor estadounidense Ernest Hemingway, que apoyó abiertamente a los republicanos, decidió visitar el país para mostrar el toreo a su esposa. El escritor era consciente de que había un riesgo de ser detenido, ya que había mostrado su oposición a las tropas de Franco. Rita Hemingway acudió acompañada de un combatiente. En “Verano sangriento”, recuerda a ese hombre:
“El chófer Adamo soñaba con abrir una funeraria. Más adelante cumplió su sueño, así que si mueren en Udine, serán sus clientes. Nadie le preguntó nunca en qué bando había luchado en la guerra civil española. Por curiosidad, le imaginé luchando en un bando y en el otro. Teniendo en cuenta que tenía la versatilidad de Leonardo, algo que se veía al conocerle, es más que probable que fuera así. Por una parte, luchaba por sus ideas; por otra, por su país o por su ciudad, Udine. Y si hubiera un tercer bando, encontraría algo por lo que luchar: por el Señor, por la marca Lancia o por los accesorios funerarios. Al fin y al cabo, todo ello era igualmente importante para él”.
En nuestro caso, no es necesario preguntarnos en qué lado luchamos. Es evidente. En la era de las redes sociales y la información, todo está a la vista.
Hemingway tuvo un buen viaje. Entró en el país y salió de él vivo. Pero, ¿qué harían los defensores de Franco con soldados de la República? En realidad, no se sabe cuántas personas anónimas sufrieron tras el final de las hostilidades. En España no hubo una reconciliación rápida. Franco derrotó a sus enemigos y las heridas de las guerra civil duraron décadas. Y, lo que es más importante, las heridas aún duelen.
¿Qué tipo de reconciliación puede esperar a Donbass?