Rueda informativa ofrecida por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, Moscú, 14 de febrero de 2019
Periodistas tergiversan la actitud de Rusia con respecto a las consultas tripartitas con Australia y los Países Bajos sobre el accidente de MN17
A principios de este año vía estas ruedas informativas y página web oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores, en concreto, con el comentario hecho el pasado 11 de febrero, el Ministerio hizo públicos unos materiales sobre la preparación de consultas tripartitas con Australia y los Países Bajos sobre el accidente sufrido por el avión MN17. En muchos medios, tanto rusos, como extranjeros, se difundieron reacciones que por desgracia, de manera consciente o no, tergiversaban la esencia de lo que estamos hablando. Me da la sensación de que fue hecho de manera consciente, dado que los autores de los materiales no nos solicitaron comentarios.
Todo parece indicar que algunos comentaristas que escribieron sobre el tema en cuestión, bien no se leyeron y ni escucharon atentamente nuestros comentarios, bien ofrecieron una interpretación demasiado libre o, algo todavía peor, deliberadamente tergiversada, de la postura rusa.
Me gustaría llamar su atención a que el comentario hecho público en la rueda informativa del pasado 11 de enero ofreció reacciones a las anteriores declaraciones de la parte neerlandesa sobre los contactos diplomáticos relacionados con las consultas tripartitas. Dada esta circunstancia, considero infundadas las declaraciones de algunos periodistas que aseguran que fue precisamente la Federación de Rusia el país que anunció en público la preparación de las mencionadas consultas. Fueron Australia y los Países Bajos las partes que, sin esperar a que termine el proceso de la investigación, acusaron a Rusia de estar involucrada en el accidente y recurrieron a un ultimátum para exigir que se celebraran unas consultas. El tema propuesto eran las secuelas jurídicas que suponía para Rusia aquella acusación infundada.
Volveré a comentar dicha situación, por muy extraño que me resulte hacerlo, dada la cantidad de materiales e información que hicimos públicos al respecto. Me gustaría mucho que el tema sea aclarado. Rusia dio su consentimiento para la celebración de tales consultas, sólo tras confirmar La Haya y Canberra vía nota diplomática su disposición de abordar todo el conjunto de temas relacionados con la investigación del accidente sufrido por MN17. Se encuentra entre ellos el tema de la responsabilidad del Estado, en cuyo espacio aéreo ocurrió el accidente, así como del uso de los datos que Rusia hizo llegar al Grupo de instrucción conjunto. Me gustaría volver a subrayar que no se trata de ningunos “contactos extraoficiales”, sino de una correspondencia comprobada y oficial, así como del consentimiento explícito de ambos Estados.
Una interpretación libre de las declaraciones del Ministerio de Asuntos Exteriores que hace pensar que Rusia, al consentir la celebración de las consultas, se muestra dispuesta a reconocer su responsabilidad en dicho asunto, no es sino un argumento inventado con malas intenciones. Se podría aplicar el mismo criterio a las reflexiones sobre los posibles debates acerca de una tal indemnización a modo de “expiación de la culpa”. No son sino noticias falsas filtradas para formar un ambiente informativo negativo.
Se asegura también que la “conversación centrada y profesional” que la delegación rusa se dispone a mantener en Viena tendría que haber empezado hace cuatro años. Posiblemente sería una declaración perdonable para un becario que esté de prácticas en una redacción. Sin embargo, si una persona se dedica al periodismo de manera profesional, es comentarista, politólogo o periodista especializado en el tema en cuestión, son unas declaraciones inadmisibles.
Me van a perdonar, pero ¿qué era a los que se dedicó Rusia a lo largo de estos cuatro años? Pues a lo largo de estos cuatro años intentamos hacernos oír por nuestros interlocutores, ofreciendo tanto desde el punto de vista técnico, como jurídico, ayuda en la instrucción que es llevada a cabo ahora bajo los auspicios de la Fiscalía de los Países Bajos.
Rusia retiró la condición de datos clasificados, de secreto de Estado a los materiales relativos al caso, mientras que la parte neerlandesa, pretextando la legislación nacional, no se precipita a compartir los datos que obran en su poder, rechazando incluso las solicitudes formulados por los diputados y los medios del país.
Durante mucho tiempo intentamos aclarar en vano, de qué manera usan los organismos encargados de la instrucción los enormes volúmenes de información que se les hacían llegar. Tenían importancia crucial para el establecimiento de la verdad. Indagamos también sobre si se tenían en cuenta los comentarios de la parte rusa con respecto a los métodos de la investigación. Se nos contestaba con silencio absoluto o con aseveraciones de que los materiales en cuestión habían sido analizados, pero no presentaban ningún valor, dado que contradecían a la propensión de culpar del accidente a los milicianos de Donbás y a Rusia.
Consideramos que la reunión con las partes australiana y neerlandesa que se está preparando como una posibilidad y un nuevo intento de platear las numerosas preguntas que tenemos y de abordar la marcha de la investigación del accidente que sufrió el avión MN17 mediante el diálogo y contacto directo entre las partes. Les rogaríamos no se dediquen a especular con el tema ni a filtrar noticias falsas. Estamos dispuestos a contestar a las preguntas y a ofrecer comentarios on-line. Sin embargo, los materiales por nosotros publicados no son analizados ni ofrecidos al público. Todo lo contrario, detalles son sacados del contexto, los datos, tergiversados, para formar en el espacio informativo en base a esta nueva versión una idea que no corresponde con la realidad.
Datos sobre la influencia ejercida en los autores del informe sobre el accidente de MN17 por el jefe del Servicio de inteligencia y seguridad de los Países Bajos, Dick Schoof
Me gustaría también decir unas palabras sobre un tema que tiene relación indirecta con el “caso MN17”.
En el transcurso de la investigación llevada a cabo por los periodistas holandeses se descubrieron evidencias de que el actual jefe del Servicio de inteligencia y seguridad de los Países Bajos, Dick Schoof, que antes ocupaba el puesto de coordinador nacional para la seguridad y la lucha contra el terrorismo y en esta calidad se encargó en los días sucesivos al accidente a coordinar las labores de diferentes organismos, cometió una serie de abusos profesionales.
Según averiguaron los periodistas holandeses, en 2015 el señor Schoof recurrió al recurso administrativo para presentar de una manera que beneficiaba al Gobierno nacional las conclusiones del grupo de expertos de la Universidad Twente sobre la eficacia de las reacciones de las autoridades holandesas a la tragedia ocurrida el 17 de julio de 2014. Curiosamente la investigación fue encargada por el propio Gabinete de ministros de Holanda, para detectar los “puntos débiles” de la gestión de crisis y había de tener un carácter estrictamente independiente e imparcial.
Sin embargo, al señor Schoof no le agradaron los comentarios críticos de la actuación del Gobierno, intervino en las labores de los expertos y les dio recomendaciones, forzándoles a introducir correcciones al documento y a quitar de la versión final algunos momentos negativos.
Aunque dicha historia no tiene relación directa con la investigación del mencionado accidente, es una muestra convincente de lo que valen en realidad las declaraciones de las autoridades holandesas sobre su “no intervención en una instrucción independiente llevada a cabo por el Grupo de instrucción conjunto”. Resumiendo, los métodos son evidentes.
Pregunta: Durante la nueva ronda de las negociaciones sobre Donbás celebrada ayer en Minsk, la vicepresidenta de la Rada Suprema de Ucrania, Irina Gueráschenko, declaró que Rusia tenía que abandonar inmediatamente la localidad de Debáltsevo, «retirar las armas y anular los resultados de las pseudoelecciones en las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk. Rusia se comporta como un gamberro debajo de un puente repitiendo que no hay presencia rusa en Donbás». Mientras tanto, el presidente actual de la OSCE, Miroslav Laichak, aseguró que en Donbás no había tropas rusas. Comente, por favor, la declaración de la parte ucraniana.
Respuesta: Es una nueva insolencia por parte de los políticos del régimen ucraniano que no consiguen ni solucionar los conflictos internos, ni consolidar la sociedad, ni implementar las reformas anunciadas por ellos mismos. Este nuevo ataque descarado está destinado a camuflar sus propios fracasos ante la nación. No hay otra explicación.
En cuanto a la segunda cuestión, es una tendencia ya generalizada de acusar de todo a Rusia, y en este aspecto el régimen de Kíev está entre los más ingeniosos y descarados.
Pregunta: El próximo 31 de marzo, se celebrarán las elecciones presidenciales en Ucrania. Es más bien una pregunta de carácter técnico. Si al pueblo ucraniano se le permite ejercer el voto y elegir a su presidente, ¿es posible que Piotr Poroshenko, una vez privado de la inmunidad política y diplomática, responda ante la Justicia por sus crímenes?
Respuesta: Creo que una pregunta que debería hacer a la parte ucraniana. Rusia no tiene nada que ver con esto. Puede dirigir su pregunta a los representantes oficiales en Ucrania, donde abundan legisladores que hacen declaraciones osadas, como la que usted acaba de citar. Estoy segura de que encontrarán algo que responder.